El panorama de la inseguridad alimentaria en Colombia, según los datos más recientes del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), muestran una disminución general en la prevalencia de la inseguridad alimentaria a nivel nacional, especialmente en áreas urbanas, pero persisten problemas significativos en algunas regiones del país.

Las cifras revelan una reducción en la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave en los hogares colombianos, pasando del 28,1% al 26,1% en 2023. Sin embargo, las disparidades regionales son evidentes. Por ejemplo, se presentó un aumento de la inseguridad alimentaria moderada o grave en 15 departamentos, siendo Vichada el que muestra el mayor crecimiento. En otros casos, los incrementos oscilaron entre 3,7 y 7,2 puntos porcentuales.

Un análisis más detallado revela que en el Departamento del Atlántico, el 35,8% de los hogares (783 mil) se encontraban en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave en 2023. Aunque esto representa una mejora con respecto al año anterior, coloca al Atlántico como el sexto a nivel nacional, incluso por encima de Antioquia (21.6%) y Valle del Cauca (26.1%). A nivel de cabeceras, 748 mil hogares están en esta condición. La situación resulta aún más preocupante en los centros poblados y áreas rurales, donde aproximadamente 7 de cada 10 hogares se encuentran en inseguridad alimentaria. En cuanto a los hogares que presentan una prevalencia de inseguridad alimentaria grave, el departamento se sitúa 3,5 puntos porcentuales por encima del total nacional.

Para abordar esta problemática, es necesario promover la diversificación de cultivos y el uso de prácticas agrícolas sostenibles. Esto podría aumentar la seguridad alimentaria en la medida que permita proporcionar una gama más amplia de nutrientes y fuentes de alimento. Además, es indispensable mejorar la infraestructura agrícola, como carreteras rurales y sistemas de almacenamiento para reducir las pérdidas postcosecha y permitir un mejor acceso a los mercados.

Así mismo, la implementación de programas de protección social que brinden asistencia alimentaria a los grupos más vulnerables, junto con la educación nutricional, son acciones claves para mejorar el acceso a alimentos nutritivos. La educación nutricional puede ayudar a las comunidades a comprender la importancia de una alimentación equilibrada y a utilizar los recursos disponibles de manera más eficiente. Finalmente, se debe fomentar la investigación y la innovación en el ámbito agrícola y alimentario para desarrollar soluciones sostenibles en el largo plazo.

*Directora de Fundesarrollo