A menos de tres semanas de que culmine el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, su promesa de cumplir “el sueño que tenía Bolívar en el río Magdalena” y sacar el proyecto adelante, después del escándalo de Navelena, aún se encuentra pendiente.
Digo “aún” porque en el Caribe guardamos la esperanza de que el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, tenga la voluntad política de citar al Confis en los próximos días para que así se materialicen los recursos para la asociación público privada (APP) de una obra considerada estratégica para el país.
Una de las dificultades expresadas por el presidente Santos en el foro ‘Recorrido por las APP’ –la última vez que se refirió al río Magdalena– es el tema de las vigencias futuras, pero con la ampliación del cupo para el sector transporte resultado del Conpes de mediados de junio, este tema se superó y lo único pendiente sería la aprobación del gobierno entrante “dado el costo del proyecto”, como manifestó el mandatario.
En ese sentido, no debería haber mayores inconvenientes en el proceso de empalme, si se tiene en cuenta que durante la campaña el presidente electo Iván Duque señaló que “tiene que ser una victoria temprana del gobierno, el avanzar en esa navegabilidad que también requiere un manejo integral de las cuencas”.
En los últimos días, los medios de comunicación han hecho eco de la llegada y del comienzo de las operaciones de la draga Uilenspiegel para el dragado del canal de acceso al Puerto de Barranquilla. Ese dragado, desafortunadamente, no es más que pañitos de agua tibia. Necesitamos soluciones a largo plazo. De ahí nuestra insistencia al Gobierno nacional de que deje avanzando la nueva APP estructurada por Cormagdalena.
La APP no es un capricho de los costeños, es una megaobra que integra con el menor costo, kilómetro a kilómetro, a 19 departamentos que están unidos al Magdalena (además de los 13 ribereños, cuento también a La Guajira, Norte de Santander, Córdoba, Valle, Risaralda y Quindío). Se podrían transportar hasta 15 millones de toneladas por año (durante el primer semestre de este año, según las cifras de Cormagdalena, esta cifra va en 1,5 millones de toneladas).
Los ahorros en el costo del transporte pueden llegar a USD10 dólares por tonelada en el trayecto Barranquilla-Bogotá, así que si se tiene en cuenta la movilización de 100.000 contenedores, podría haber un ahorro en fletes hasta de USD22 millones al año. Hoy solamente Ecopetrol tiene un ahorro de $60.000 millones al año en los 12 millones de barriles que transporta por el río. No hay sino bondades al apostarle a la APP. El camino es largo, por lo que las decisiones hay que tomarlas ya. A cada día de demora del Gobierno en dar vía libre a la APP del Río hay que sumarle, por lo menos, 18 meses que van desde la apertura del proceso licitatorio hasta el inicio de la etapa de construcción.
Si hoy se tomara la decisión, la navegabilidad del Río se lograría solo hasta 2022. Esperamos que el Gobierno no siga dilatando una obra vital para hacer de Colombia un país más competitivo y equitativo.
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