Pregunta: ¿Cuál es el origen de la locución ‘mandar huevo’? Carlos Collins, Bogotá.

Respuesta: Porque se me hacía malsonante, pensé no contestar esta pregunta, pero, pese a todo, la curiosidad me condujo a averiguar por su origen. En principio era ‘¡manda uebos!’, del latín ¡mandat opus!, esto es, ‘¡la necesidad manda!’ o ‘¡la necesidad obliga!’. ‘Uebos’ es término que pertenece a la esfera judicial, y con el sentido de ‘necesidad’ figura en el diccionario. Dice V. Ortega, en su libro Palabradicción, que a veces, en vocablos de la misma raíz, al pasar del latín al español, la ‘o’ se conserva o se transforma en ‘ue’. Por eso decimos ‘óseo’ y ‘hueso’, ‘oquedad’ y ‘hueco’, ‘horticultura’ y ‘huerto’. El opus latino pasó a ‘uebos’, pues la ‘o’ cambió a ‘ue’ y la ‘p’ se volvió ‘b’. Hoy la locución, que luce vulgar porque se asocia a los genitales masculinos, denota asombro o indignación.

P.: Explica el mal uso de la palabra ‘demasiado’. Próspero A. Carbonell B., Barranquilla.

R.: ‘Demasiado’ en lugar de ‘bastante’ es de empleo muy frecuente. No es correcto hacer equivaler las dos palabras porque ‘bastante’ indica ‘abundancia’ en tanto que ‘demasiado’ indica ‘exceso’. Por eso, “el carro va demasiado aprisa” o “el café está demasiado frío” son frases correctas. Pero si alguien me hace un favor y le digo que es “demasiado amable” quizá se sienta ofendido porque todo lo que es demasiado deja de ser bueno, todo lo que está en demasía, aun la amabilidad, es inconveniente; solo debo decirle que “es muy amable”. Lo mismo ocurre con el amor. Así, es poco adecuado que una madre diga “quiero demasiado a mi hijo”, pues eso indica que es una madre sobreprotectora; solo debe decir “quiero mucho a mi hijo”. Es incorrecto afirmar “Luis tiene demasiado talento” porque se expresa que el talento de Luis va más allá de lo debido, y en el talento no puede haber excesos. También lo es “me divertí demasiado”, pues no es concebible que alguien se divierta en exceso, ya que en tal caso la diversión habría
cesado.

P.: ¿De dónde surgió el dicho “tirar los perros”? Lía Noguera, Ciénaga.

R.: En España, “echar los perros”, como dicen allá, significa regañar a alguien con fuerza, y proviene del toreo cuando, a petición del público, se mandaba una jauría de perros contra el toro ya exhausto para obligarlo a dirigirse a determinado punto de la arena. En América tiene un uso más coloquial y divertido, y significa lanzarse contra alguien como los perros en el canódromo se lanzan contra la liebre. Tiene connotaciones eróticas, y no se percibe como un dicho agresivo. Cuando a un hombre le gusta una mujer y comienza a enamorarla se dice que “le tiró los perros”. Lo mismo cuando una mujer se interesa por un hombre.

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