Giovanni Hernández ha repetido hasta la saciedad que “no hay tiempo de trabajo”. Lo dijo al llegar, lo dijo en medio de los buenos resultados (permaneció once partidos invicto) y lo dice, mucho más, ahora que el equipo está en un bache. Esas palabras siempre han aparecido en su discurso.

La verdad es que la agenda de Junior ha estado bastante apretada. Bajo el mando del técnico caleño, el equipo rojiblanco ha disputado 16 partidos (de tres torneos diferentes) en menos de dos meses. 16 juegos es casi la totalidad de una temporada regular de la Liga. Sin duda que hay un cúmulo de partidos importante (algo habitual para los equipos grandes que clasifican a torneos internacionales).

Reconociendo que no es fácil afrontar una seguidilla de juegos como esta, que Junior no se reforzó convenientemente para encarar con éxito tres desafíos y que han existido muchas lesiones, tengo que decir que el hecho de que “no hay tiempo de trabajo” no es suficiente argumento para justificar el mal momento que se vive.

Si se necesitan cinco meses de labores y un plantel de lujo para vencer a equipos como Fortaleza, Huila y Blooming, apague y vámonos. Lo que hay alcanza de sobra para superar a esos tres rivales.

Sin tiempo de trabajo, Junior logró estar once fechas sin derrotas antes de entrar en este rato adverso. Lo que nunca se ha podido lograr continuamente es un estilo de juego sólido y agradable, una identidad. Aunque ya se debieran ver algunos rasgos, eso sí amerita más trabajo.

Las razones para el mal momento son varias y en la nota que abre esta página planteamos ocho (de seguro hay más). Pero no es una sola.

En el fútbol nadie tiene la verdad, lo que hoy es cierto, mañana es mentira y viceversa. Teniendo claro eso, me atrevo proponer algo. ¿Qué tal si se recupera el sistema y la esencia que cuajó este equipo durante año y medio con Alexis Mendoza?

Como no hay tiempo de trabajo, es mejor no improvisar con línea de tres zagueros en el fondo ni insistir en una doble línea de tres de mediocampo hacia arriba, con un ‘10’ (Sebastián Hernández) haciendo de ‘6’ y un ‘6’ (Luis Narváez) haciendo de ‘10’. Reorganicen y recuperen la herencia futbolística que dejó el entrenador barranquillero. Por lo menos mientras se tiene lo que quiere Giovanni, más tiempo de trabajo. ¿No es mejor eso ahora?