El concepto de capital social ha sido estudiado desde distintas disciplinas como la sociología, la psicología, las ciencias políticas y la economía. Esta diversidad de aproximaciones ha enriquecido el concepto, pero también ha hecho difícil la existencia de un consenso sobre cuál es la definición más apropiada.
Sin embargo, una definición frecuente, aportada por el sociólogo y politólogo Robert Putnam, considera al capital social como las normas y redes sociales que facilitan la acción colectiva para alcanzar objetivos comunes y beneficios mutuos.
Así, el capital social es un instrumento a través del cual es posible aumentar el bienestar de la población, pues quienes acumulan capital social participan en asociaciones cívicas y políticas, hacen control político y trabajan en equipo para alcanzar objetivos comunes. En este sentido, contar medidas del capital social acumulado por las personas es tener una herramienta fundamental de política pública.
La interrelación entre las personas genera beneficios para la sociedad al mejorar la acción colectiva y la gestión de recursos comunes, esto aumenta las posibilidades de que los individuos ejerzan sus derechos. Por ejemplo, una sociedad unida mejora la vigilancia sobre la gestión pública y disminuye los costos de encontrar información, lo cual haría más fácil el seguimiento al uso de los recursos públicos y conseguir empleo.
No obstante, a pesar de los beneficios del capital social, no existe certeza de cuánto y qué tipo de capital social acumula, por ejemplo, la población de bajos ingresos en el Área Metropolitana de Barranquilla. Es por esto que la encuesta del Observatorio de Condiciones Socioeconómicas del Atlántico -OCSA- de la Universidad del Norte, inició la recolección de la información que permitió conocer el estado del capital social de esta población.
Actualmente, el capital social para la población de bajos ingresos del Área Metropolitana parece no ser el apropiado, con grandes falencias en temas como percepción y confianza a las instituciones del estado. No obstante, contar con esta línea base se convierte en una oportunidad para que académicos, hacedores de política y demás actores de la sociedad tengan un acercamiento a la realidad de la situación de esta población y a las distintas perspectivas en el análisis de los beneficios que brinda el capital social a la sociedad.
*Profesor del IEEC, Uninorte.
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