El 7 de abril se celebra el bicentenario de Barranquilla y se preparan grandes acontecimientos. Es el momento de celebrar, sin duda, pero también de reflexionar sobre su futuro y el de toda su población, mucha de la cual sigue viviendo en condiciones de marginalidad. No se conoce su programa completo y es obvio que gran parte se le dedique a la música, a la diversión, a traer estrellas barranquilleras como Sofía Vergara y a representantes de Shakira, nuestra gran cantante con fama mundial. Pero esta ciudad no es solo rumba y fiesta. Tiene la mejor universidad de la Región Caribe, como es la Universidad del Norte, reconocida por su nivel académico aun en instituciones como la Universidad de los Andes y la Nacional, muy bien calificadas en el país.
Como barranquillera les propongo un tema y les ofrezco un regalo que hasta ahora no ha logrado tener eco en la ciudad, probablemente por falta de mayor promoción. Mea culpa. La sugerencia: mucho se ha dicho que Barranquilla será la capital de los TLC que Colombia está firmando a toda velocidad, sin beneficio de inventario. Sería muy valioso no solo para la ciudad sino para el país, que con motivo de su bicentenario esta frase tan usada por la Alcaldesa se llenara de contenido y se realizara un seminario para evaluar el impacto de esta apertura en la producción nacional y regional, así como las estrategias para minimizar sus costos y maximizar los beneficios tanto para el Caribe como para el país como un todo. Habrá público, sin duda, sobre todo si se le pide al Ministro de Comercio, que es costeño, que lo promueva. Puede que no pueda coincidir con la fecha exacta del bicentenario, pero todo el año debería ser de celebración y que bueno sería ponerle contenido a un tema que afecta a muchos.
Un regalo: desde hace algún tiempo, en conversaciones con la Universidad de los Andes y concretamente con su exrector Carlos Angulo y su rector actual, Pablo Navas, se pensó en un posible programa de intercambio entre la Universidad del Norte y los Andes para formar PHD en distintas áreas a profesores de la Región Caribe y particularmente de UniNorte. Ya existen estímulos de empresas como Promigás que apoya estudiantes con pocos recursos para que hagan sus estudios básicos de manera que no se requieren esfuerzos adicionales a este nivel. Pero la contribución sí podría ser a nivel de ofrecer doctorados al equipo de profesores que puedan beneficiarse de esta oportunidad.
Con profesorado de muy alto nivel se podría llegar a algo ideal: lograr que cada vez se tengan estudiantes de mayor nivel en la Universidad local y que no tengan que irse a Bogotá aquellos para los cuales el sacrificio económico es muy grande. Es evidente la enorme distancia que representa ser un profesional que se ha limitado al nivel básico y aquel que logra postgrados. La diferencia salarial y en términos de oportunidades cada vez es más grande especialmente si siguen siendo el motor del desarrollo colombiano, la minería y el petróleo.
Además, cada vez que se cuestiona la poca presencia de estudiantes del Caribe en los programas de posgrados en el exterior, es evidente que el no manejo de un idioma distinto al español se ha convertido en su mayor barrera. Posgrados en español serán, entonces, la oportunidad para aquellos que no han estudiado en los costosos colegios bilingües.
Por Cecilia López Montaño
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