La conclusión del Departamento del Tesoro es que Gustavo Petro fue incluido en la lista Clinton por “ haber participado o intentado participar en actividades o transacciones que han contribuido materialmente o representan un riesgo significativo de contribuir materialmente a la proliferación internacional de drogas ilícitas o sus medios de producción”.
Frente a este nuevo escenario, el gran dilema para la sociedad colombiana -como para las demás democracias contemporáneas- es distinguir entre los ‘likes’, la empatía digital que generan estos personajes, y la formación o experiencia necesarias para ocupar cargos públicos de representación popular que conllevan enormes responsabilidades y son determinantes para el futuro del país.
En Colombia ya se gravan las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados, supuestamente para cuidar la salud pública. Se nos trata como ‘bebés’ a los que hay que guiar a punta de impuestos. Una sociedad libre preferiría programas voluntarios de educación y consumo responsable en vez de coerciones fiscales disfrazadas de salud pública.
Si quiero atacar más, debo defender mejor. Así reza un viejo aforismo futbolero.