La Navidad, al final, es eso: una temporada para agradecer, pero también para mirar hacia adentro. Para reconocer nuestras propias oportunidades y recordar las que otros no tienen. Para entender que la dignidad no depende de la situación jurídica de nadie. Que todos, absolutamente todos, merecemos una segunda oportunidad.
Abrir el 2026 con gratitud no es un gesto ingenuo ni romántico. Es una decisión consciente de salud mental, humildad y crecimiento personal. Las personas agradecidas no viven ancladas al pasado, pero tampoco lo niegan. Caminan más ligeras porque no cargan cuentas pendientes con la vida.
Cada vez que tengas que escoger, elegir, seleccionar, votar o decidir, no te dejes envolver por la falsa elocuencia. Escapa de la presión propia del afán y supera la estigmatización para que te equivoques menos. Indaga, contrasta, verifica y confía a partir de tus convicciones: Esa es la vida plena.
Ahora sí se entiende por qué los sindicatos del carbón siguen apoyando a un Gobierno que trabaja activamente para acabar con esta industria. El pliego deja claro que ya no están defendiendo la continuidad del empleo ni la viabilidad del sector, sino negociando su liquidación.