El próximo presidente asumirá un país fiscalmente agotado, sin espacio para errores ni promesas vacías. Con una deuda en ascenso, ingresos debilitados y un gasto inamovible, las decisiones que deberá tomar serán drásticas: una reforma tributaria de gran calado, recorte del aparato estatal, y ajustes que afectarán subsidios y programas populares.
“Los Luna…” su obra mayor. Su legado en movimiento. Porque solo a un lunático con visión, de esos que entienden que la cultura no se abandona ni se improvisa, se le ocurre sostener durante décadas un evento que son, sin exagerar, los auténticos Grammys del Caribe.
Esos precandidatos, sin expresarlo, nos están tildando de ilusos o ignorantes a los que apoyamos y tenemos a Abelardo De la Espriella por encima de ellos en las encuestas. ¿No será que son ellos los equivocados? Lo cierto es que si su masivo apoyo se mantiene o incrementa, y si realmente están pensando en función de patria, tendrían finalmente que apoyarlo quedando todos o casi todos muy mal parados.
La modernización exige un nuevo pacto civil-militar. Un país que aspira a crecer, atraer inversión y ampliar su democracia, necesita unas Fuerzas Militares fuertes, disciplinadas y modernas, no debilitadas por la improvisación o la falta de continuidad estratégica.