Un Ministro de Trabajo no puede ponerse la camiseta de los trabajadores pero tampoco el del sector empresarial. Debe ser una persona conciliadora entre esos sectores productivos del país, pues si bien los trabajadores con su sudor mueven la economía, los empresarios aportan los recursos económicos para dinamizar el aparato productivo.
Durante el gobierno, el país ha sido testigo de todo tipo de escándalos, desórdenes, malos indicadores, proyecciones negativas, tragedias y, en resumen, dificultades generales para el ciudadano. Frente a cada uno de esos episodios, hemos intentado explicar, resaltar y sobre todo evitar que esos tropiezos afecten aún más a la nación.
Lo cierto es que en la “conducción del gobierno” el mérito es el ausente, reemplazado por el activismo y el clientelismo, al punto de ordenarle a la canciller dejar sin requisitos los cargos diplomáticos, pues “hasta el hijo de un campesino puede ser embajador”, denigrando de esa condición dignificante, que nada tiene que ver con la preparación para ocupar un cargo público. Sé de buenos candidatos, orgullosos hijos de campesinos.
El cerebro cambia con la tecnología porque se adapta constantemente y modifica sus mensajes. Trabajos sobre la sobreposición a las pantallas y el efecto que producen da la falsa sensación de lo que leen y como lo integran a su cultura.