El Congreso y el Gobierno tienen la oportunidad de hacerlo en serio, de convertir el discurso en hechos. Sería un error histórico frenar ese impulso justo ahora y dejar que el pan se queme en la puerta del horno. Este es el momento de confiar en las regiones y permitir que el futuro empiece donde siempre debió estar: con la gente.
Lo que preguntan por ahí.
Entendamos esto mejor, normalmente usted escucha hablando en la prensa y a nuestro ministro que el país va a llegar al 20% de energía renovable, pero eso se debe a que solo habla del Sector eléctrico. Y el sector eléctrico, es decir, la energía que consumimos en nuestras casas, la que pasa por las líneas eléctricas, la que nos cobra el operador de red, significan solo el 17% de toda la energía del país.
Colombia corre el riesgo de normalizar una bonanza criminal. La macroeconomía parece estable no porque tengamos una economía robusta, sino porque circulan dólares sin declarar. No es un triunfo: es la derrota silenciosa de una nación que se resigna a que su motor económico sea la cocaína.