
“Solo con tecnologías podemos aumentar la producción de las empresas y del campo”: María del Pilar Noriega
Una de las sabias costeñas habló con EL HERALDO de las conclusiones en su área, la tecnología, para desarrollar el país; así como de cómo fue el trabajo de la Misión de Sabios y la financiación que proponen para la ciencia.
La samaria María del Pilar Noriega Escobar fue una de las tres integrantes costeñas de la Misión de Sabios -compuesta por 46 miembros nacionales e internacionales-, grupo que acaba de entregar su informe con 65 recomendaciones para el desarrollo del país, en distintos frentes, como una hoja de ruta para los próximos 25 años.
Los tres retos de la Misión fueron los de Colombia Bio-Diversa y Bioeconómica, Colombia Equitativa y Colombia Productiva y Sostenible. Y estos, a su vez, estuvieron divididos en ocho focos: Ciencias Sociales y Desarrollo Humano con Equidad; Ciencias de la Vida y la Salud; Biotecnología, Bioeconomía y Medioambiente; Océanos y Recursos Hidrobiológicos; Ciencias Básicas y del Espacio; Energía Sostenible; Industrias Creativas y Culturales y Tecnologías Convergentes –Nano, Info y Cogno- e Industrias 4.0.
De este último foco, Noriega fue la coordinadora y las universidades Eafit y del Norte, de Barranquilla, cumplieron el rol de secretaría técnica.
La sabia e inventora magdalenense es actualmente y desde 1993 integrante del Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho, Icipc, de Medellín.
Es ingeniera química de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, tiene un doctorado en ingeniería mecánica con énfasis en polímeros de la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos; tiene dos posgrados en química de la Universidad Técnica de Dresde, Alemania y en extrusión de polímeros del Instituto de la Tecnología del Plástico de la Universidad de Stuttgart, Alemania.
Además, tiene certificaciones en propiedad intelectual, en nivel avanzado, de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, Ompi, organismo de las Naciones Unidas; es coautora de cinco libros, coinventora en cuatro patentes de invención otorgadas en Colombia, dos patentes de invención otorgadas en Estados Unidos, cuatro solicitudes de patente de invención internacionales y una solicitud de patente de invención en Colombia.
¿Cuál fue su rol dentro de la Misión de Sabios?
Tuve dos roles. Fui comisionada por el Gobierno en febrero pero también fui la coordinadora del foco temático de tecnologías convergentes e industrias 4.0. En este campo se considera la nanotecnología, la biotecnología, todas las tecnologías de información y comunicación, así como las ciencias cognitivas, las neurociencias.
¿Cómo fue el trabajo en la Misión?
La Misión tuvo dos momentos. Un primer momento estuvo ligado al trabajo de los comisionados en cada foco. Fuimos asignados en ocho focos diferentes. Así que hubo un tempo entre febrero y mayo en que cada foco hizo sus diagnósticos en el país, un gran número de foros tanto con industria como con academia en distintas ciudades, encuestas nacionales que fueron enviadas desde Colciencias, y el trabajo interno del foco era cómo avanzar hacia cuáles serían propuestas y oportunidades en las diferentes áreas. El segundo momento es cuando hacemos un trabajo convergente de los focos hacia misiones emblemáticas y de ahí surgen los tres retos, cada uno de esos retos tuvo sus misiones, terminamos en cinco misiones emblemáticas y cada misión sus programas. Así que en estos 10 meses pudimos llegar realmente a una gran conclusión de misiones, programas, proyectos, indicadores y hojas de ruta.
¿De su reto qué conclusiones destaca?
Nosotros lideramos el reto que se denominó Colombia Productiva y Sostenible, y ahí nos pusimos un indicador muy importante que fue el de lograr a 2030 duplicar la producción de la industria manufacturera de Colombia y también actividades científicas y técnicas para la parte de participación de las industrias digitales, muy ligadas a la convergencia, y poder lograr que estas industrias digitales lleguen a ser el 3% del PIB total del país. También vimos que la convergencia tecnológica puede lograr incrementar la productividad del sector agrícola y agroindustrial, así que también propusimos duplicar esa producción de la agricultura gracias a las nuevas tecnologías y la industria 4.0, mejorar suministros, productos y servicios. Eso sí, hablando todo el tiempo de sostenibilidad, o sea de reducir al máximo impactos en lo ambiental y no competir con la alimentación.
¿De qué manera puede la tecnología ayudar en países pobres como Colombia?
Es clave la entrada de las nuevas tecnologías de información y comunicación, ahí estamos hablando del internet de las cosas, o sea lo que nos permite la comunicación equipo a equipo o máquina a máquina. Obviamente los lenguajes son programados por el ser humano. Nos permite la sensórica avanzada el cálculo de computación en las nubes de información, permite la robótica, todo el avance a través de drones, el manejo de imágenes y sacar información valiosa a partir de las imágenes. Eso se denomina ‘big data’ y ‘smart data’, y todo el tema de las cadenas de suministros, ‘blockchain’, que tiene que ver también mucho con el tema logístico. Solamente introduciendo y apropiando tecnologías podemos aumentar muchísimo la productividad tanto en las empresas como en la parte agrícola y agroindustrial.
¿Y cómo sería la financiación de todas estas ideas?
La financiación de todas estas propuestas de la Misión, hemos previsto y así quedó en el reporte, va a tener dos fases: una en la que al principio es más el esfuerzo del sector público y en la fase dos es más el esfuerzo del sector privado. Así que nosotros hemos propuesto que al año 2028 se pueda llegar a que la investigación y el desarrollo en Colombia sean el 1,2% del PIB, en donde el 0,8% venga de la inversión pública y el 0,4% venga de la inversión privada. Y eso es posible, la parte clave de los nuevos fondos sería la atracción de las inversiones de las industrias a estas propuestas y proyectos dándoles a las industrias seguridad jurídica. Es muy importante que las reglas de juego no cambien en el tiempo para que ellas puedan invertir, y todo el relacionamiento internacional es muy importante. En la cumbre de Cartagena, en junio, países como Alemania, Francia e Inglaterra ofrecieron apoyo a Colombia para estas implementaciones de la Misión.
Usted es samaria, ¿cómo ha sido su recorrido científico?
Soy samaria. Hice mi bachillerato en el Colegio de la Presentación en Santa Marta y ya luego mi carrera, estudié ingeniería química en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y luego hice dos posgrados en Alemania, trabajé en Europa, en Holanda. Hice un doctorado en los Estados Unidos, con una beca de Colciencias. Y este doctorado es el fruto de la Misión de Sabios anterior, que tuvo un reporte que se llamó ‘Al filo de la oportunidad’, en que recomendó muchísimo formaciones doctorales para el país.
¿De qué se trata su actividad actual?
Estoy en la parte de investigación y desarrollo en el tema de polímeros pero en diferentes sectores. Soy coinventora en patentes de polímeros en el sector de la salud, por ejemplo en el desarrollo de medicamentos y casualmente soy coinventora en una patente entre este Instituto del Plástico y del Caucho, la Universidad del Norte de Barranquilla y la empresa Procaps.

¿Los colombianos que trabajan en ciencia y tecnología tienen que necesariamente irse del país para formarse y desarrollarse de forma adecuada, o en Colombia se puede?
En mi caso viví 10 años fuera de país y luego regresé a estar aquí en Colombia. Con la conectividad que tiene este país es realmente muy posible estar viviendo en Colombia en alguna institución colombiana, academia o industria, y estar conectado con el mundo. Casualmente en octubre de este año lancé un libro en Alemania, con una editorial alemana, pero con todo el conocimiento que ha sido elaborado aquí en Colombia. Pienso que el futuro es de esta manera. Habrá colombianos que se queden en Colombia articulados con el mundo y habrá quienes vivirán fuera de Colombia pero lo importante es que formen parte de nuestra diáspora científica y estemos conectados. Eso está en una de las recomendaciones de la Misión. Colombia debe aprender, así como lo han hecho India y China, a tener muy integrados sus científicos dentro del país y los que están en la diáspora de Europa, Estados Unidos e incluso Asia.