El Heraldo
Marta Lucía Ramírez, vicepresidente de los colombianos. Cortesia
Colombia

“Si todos cumplen, esperamos que pronto se puedan abrir otras actividades”: Marta Lucía Ramírez

La actividad empresarial estará muy regulada para proteger la vida y la salud de los colombianos, pero también hay que garantizar que no se pierdan empleos ni se quiebren empresas.

Marta Lucía Ramírez, vicepresidente de la República, abogada bogotana de la Pontificia Universidad Javeriana, exministra de Comercio Exterior y de Defensa, exsenadora y exembajadora de Colombia en Francia, aseguró que el Gobierno, en coordinación con las autoridades locales, vigilará el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad que deberán asumir las empresas de los sectores autorizados a abrir. Si no los siguen, podrán ser sancionadas y hasta cerradas indefinidamente.

P.

A partir de este lunes 27, los colombianos inician una nueva fase de aislamiento. ¿Cómo va a ser?

R.

El país ha hecho un esfuerzo enorme durante el aislamiento. Me siento muy orgullosa de los colombianos porque la mayor parte ha tenido una actitud responsable y madura frente a esta circunstancia que jamás habíamos vivido, de estar encerrados durante un tiempo tan prolongado, pero no podemos mantenernos así indefinidamente.

Esta semana acompañé al presidente Iván Duque a una reunión virtual con el director de la Organización Mundial de la Salud, quien decía que la vacuna no estará disponible en el mercado antes de 18 meses. Durante este tiempo, tendremos que acostumbrarnos a convivir con el virus tomando cuidados, siendo cautelosos y asumiendo que hay que salir a producir, adoptando protocolos sanitarios, que no solo serán necesarios para el funcionamiento de las empresas, sino que se deberán aplicar para todo.

P.

¿Qué va a pasar este 27 de abril cuando comience la reactivación gradual de sectores productivos del país?

R.

Los colombianos ya no viajarán apretujados como un racimo humano en los buses, que solo podrán llevar un 35% máximo de ocupación y en ellos se debe utilizar tapabocas y si es posible, una careta de protección facial. En el trabajo, cada una de las actividades empresariales debe seguir las recomendaciones de los protocolos de salud y podrán funcionar, siempre y cuando hayan adoptado esos protocolos para garantizar medidas de distancia física. Por ejemplo, no puede haber puestos de trabajo a 60 centímetros de distancia. Mínimo tienen que estar a dos metros.

Todas las empresas deben tener suficientes lavamanos y se les debe explicar a los trabajadores, de manera permanente, cómo seguir estas medidas de protección sanitaria. Tendremos una actividad empresarial muy regulada porque hay que proteger la vida de los colombianos, pero garantizando también que sus empleos no se pierdan y que las empresas no se quiebren por cuenta de esta parálisis prolongada.

P.

¿Quién controla el cumplimiento de estos protocolos?

R.

La prioridad del Gobierno es velar por la salud de las personas. Todas las decisiones de salud pública se han tomado en función de los indicadores de desarrollo y velocidad de propagación del virus, a partir de curvas matemáticas, que demuestran que si el indicador está en 1 o menos de 1, es posible retomar la vida productiva. Pero si el indicador sube, se tendrá que cerrar.

Los controles de los protocolos, diseñados a partir de consideraciones técnicas del ministerio de Comercio Exterior para las empresas manufactureras y del ministerio de Vivienda para el sector de la construcción e infraestructura, los ejercerán funcionarios del ministerio de Salud, de las secretarías de las distintas regiones, a través de un Centro de Coordinación, donde se hará seguimiento. Se realizarán visitas a las empresas sin avisar para verificar el cumplimiento de las medidas, y si no lo están haciendo, habrá sanciones o multas y hasta la notificación de su cierre indefinido.

P.

¿Este es un primer paso?

R.

Es una demostración de cómo tenemos que cambiar, asumiendo un criterio de autoprotección y de solidaridad con la salud de los demás, de los trabajadores, colaboradores, clientes y proveedores. El Estado va a estar vigilando el cumplimiento de estos protocolos para que las empresas puedan seguir funcionando y si todos cumplen, esperamos que dentro de unos días o semanas, se puedan abrir otras actividades. Ojalá no haya retrocesos de los indicadores de la curva epidemiológica. 

P.

¿De qué más dependerá que sigan abriendo otros sectores?

R.

Para esta primera apertura, el Gobierno ponderó cuatro criterios: el riesgo del municipio, el riesgo de cada actividad productiva, el impacto de cada actividad productiva sobre el empleo y el impacto de cada actividad productiva sobre el producto interno bruto. Si tenemos municipios con bajo riesgo porque no hay contaminación del virus, se podrían realizar allí más actividades.

Por el contrario, en municipios con alto riesgo, habrá menos actividades o las que se desarrollen deben seguir unos protocolos absolutamente estrictos para asegurar que no aumente la velocidad del contagio. Bajo esos criterios se definió la lista de los sectores que entran a operar este lunes y hay que hacer una claridad, quedaron autorizados, pero no significa que todo el sector pueda salir a la calle. Eso estará condicionado a que cada empresa individualmente haya asumido sus protocolos de control.

P.

¿Qué otras actividades se podrían ir abriendo a futuro?

R.

Dependiendo de cómo evolucione la curva de contagios, se habilitaran otros sectores industriales, como por ejemplo la producción de muebles, en el que existe una altísima informalidad y es más difícil vigilar el cumplimiento de los protocolos. Otro sector muy importante es el del comercio, que ha venido funcionando en las grandes superficies a nivel de supermercados con medidas de distanciamiento social.

Muchos almacenes han marcado el piso cada dos metros para que no haya aglomeración de personas y se guarde una separación. Para el comercio, habría que aplicar ese tipo de protocolos y cuando estén dadas las condiciones a futuro, esperamos que a este sector se le pueda dar entrada.

P.

Con la reapertura de estos sectores productivos y las actividades físicas al aire libre, los alcaldes empiezan a cumplir un papel más relevante en la toma de decisiones. ¿Cómo se van a articular?

R.

Es indispensable esta coordinación con los mandatarios territoriales. Con los alcaldes y gobernadores de la Región Caribe, el presidente Duque ha mantenido puestos de mando unificados porque reconocemos la importancia de esta zona, con cerca de 11 millones de habitantes, que aporta el 20% del producto interno bruto nacional y que tiene actividades industriales y de servicios claves con marcadas diferencias.

Por ejemplo, en el Atlántico la industria manufacturera representa el 15% de su PIB, mientras que en el Cesar apenas alcanza el 2%. Esta transición hacia la reapertura tiene que hacerse de la mano con los mandatarios territoriales, que están pidiendo que se abran más sectores productivos y además, serán los secretarios de Salud los que tendrán la facultad de vigilar el cumplimiento de los protocolos en las empresas y decidir su cierre.

P.

En la Región hay muchos propietarios de pequeños y medianos negocios que están a punto de tirar la toalla. Piden ayuda del Gobierno y no quieren acudir a los bancos para endeudarse. ¿Qué les puede decir?

R.

La falta de liquidez de las personas, de las familias, de la clase media, de las empresas pequeñas y medianas es una de las mayores dificultades que hoy afrontamos. El tejido empresarial del país está conformado por las Pymes y en la mayoría de los casos no cuentan con un ahorro suficiente para contingencias como esta.

El propio presidente Duque, con el ministro de Hacienda, ha estado buscando mejores condiciones para las empresas con los banqueros, insistiendo en la necesidad que haya financiación mucho más rápida, menos costosa, eliminando los cobros de los servicios financieros como las comisiones. Desde el Gobierno estimamos que, por lo pronto, la única opción es el endeudamiento porque el Estado tiene una situación fiscal que no es para nada fácil.

El Marco Fiscal de Mediano Plazo se decidió a comienzos de año con unos supuestos totalmente distintos, se suponía que íbamos a tener una revaluación del orden de 1.5%, pero resulta que al mes se bajó el precio del petróleo y hoy tenemos una devaluación del 19%. Fue un primer cimbronazo fiscal y el segundo, la caída del barril Brent, que se pensaba estaría en un precio de 67 dólares y hoy está en 22 dólares.

Este no es un Gobierno que tenga la holgura fiscal que tienen otros en países desarrollados para decir que vamos a asumir obligaciones como el pago de las nóminas o de los servicios de las empresas. Lo quisiéramos hacer, pero esto no es realista.

P.

¿Entonces qué les queda?

R.

El Gobierno está comprometido en lograr financiación a largo plazo, que no significa realmente un riesgo extraordinario para los pequeños empresarios. El Fondo Nacional de Garantías está asumiendo el 90% de la garantía en los créditos y si en el peor de los casos, esa empresa o industria no logró salir adelante, del crédito que tomó va a quedar debiendo en realidad el 10%.

Yo le recomiendo a las pymes del Caribe que analicen sus proyecciones de mercado para, una vez se restablezca una relativa normalidad, sepan si va poder recuperarse y así entender que esa deuda en dos o tres años será viable pagarla. Hablen con los bancos para conseguir los créditos.

P.

¿Esta crisis está cambiando las prioridades del Gobierno?

R.

Con el presidente Duque, tenemos claro que hay que enfrentar la pandemia con el compromiso de proteger la salud, pero evitando que se genere más pobreza en Colombia. Esta crisis no puede profundizar la brecha social ni la de ingresos o la de género que hay en el país. En medio de estas dificultades, rescato que se aceleró todo el programa de educación digital.

Nos tocó a la fuerza, pero rápidamente muchos colegios y universidades desarrollaron sus plataformas digitales y a futuro será posible ofrecer educación superior a los jóvenes en línea con calidad. Luego de la pandemia, tenemos que salir robustecidos como economía competitiva y exportadora. Hay que cambiar las importaciones de alimentos.

El país gasta cerca de 25 billones de pesos para importar 15 millones de alimentos que, en muchos casos, se podrían producir aquí en proyectos de grandes cultivos e incluso, se pueden procesar y exportar. Además, más de 3.600 empresas del sector de confecciones se inscribieron en un programa para producir ropa para personal de salud y en pocas semanas, tendremos suficiente material para el mercado local y habrá oportunidad para exportar.

P.

¿Qué pasa en materia de salud?

R.

Este gobierno se propuso hacer la Ley de Punto Final, que va a sanear el sistema. No hay derecho que los hospitales que hoy deberían tener laboratorios públicos, que son una obligación legal, no los tengan. Es un descuido que hay que corregir y no se puede permitir que se roben la plata de salud como ha ocurrido. Este es un crimen cruel que desmantela hospitales, los deja sin dotación y expone la vida de las personas. Nuestro compromiso es dejar fortalecido el sistema y si sobran ventiladores o ucis, después de la pandemia, no importa porque la prioridad ahora es salvar vidas fortaleciendo todos los hospitales.

P.

En medio de esta crisis, muchas mujeres y sus hijos están siendo víctimas de violencia intrafamiliar.

R.

Falta una cultura del respeto, de equidad de género y conciencia para cuidar a los niños, a los hijos propios y a los de los demás. Si hay un hogar donde se abusa contra la mujer y los menores, no podemos quedarnos callados porque esta es una actitud cómplice que nos hace parte del delito. Debemos ser capaces de reaccionar como sociedad, y la justicia también debe hacerlo porque no ha estado a la altura. Ha sido lenta frente a abusos y feminicidios.

Demasiados trucos de abogados para alargar procesos y evitar la práctica de pruebas, dejando un manto doloroso de impunidad frente a lo que pasa en el interior de los hogares. Cuando esto acabe, hay que salir transformados.

Cuando vemos la muerte tan cerca, tenemos que renovarnos como seres sociales y tener una disposición distinta a compartir en sociedad con los más próximos con el respeto, aprecio y amor, que tenemos que dar mientras pasamos por esta vida terrenal.

P.

¿Cómo está usted?

R.

Estos son momentos en los que se pone a prueba la vocación de servir en lo público, que significa coherencia y entrega, y me siento privilegiada de aportar para que haya más bienestar para todos, acompañando a un presidente que ha demostrado visión, talante, convocatoria y capacidad de sacrificio.

Ha sido un trabajo muy intenso, de largas horas con reuniones virtuales que empiezan muy temprano, con los ministros de Comercio y de Agricultura para garantizar el abastecimiento de medicamentos y alimentos en el país. Somos un equipo de gente dedicada, con la ilusión de que Colombia salga bien librada de esta pandemia. Las cosas hay que tomarlas como llegan y está siendo muy difícil en la vida personal para todos, con muchas preguntas y hasta tristezas. No vemos a nuestros seres queridos.

Yo no veo hace un mes a mi papá, que es alguien demasiado importante para mí, y me da una nostalgia enorme.

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