El Heraldo
Iván Duque, presidente de Colombia, ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas. Archivo
Colombia

Los desencuentros de Duque que han marcado su política exterior

El presidente ha sido protagonista de discusiones con Venezuela, acabando con Unasur y reconociendo a Guaidó como presidente, con Cuba y también con la ONU.

A solo 20 días de haberse posesionado, el presidente Iván Duque envío una carta para salirse de Unasur, denunciando que este organismo “nunca” denunció los “atropellos” del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.

Esta fue la primera decisión en materia de política exterior de Duque y fue el inicio de una gran disputa diplomática con el vecino país.

Hoy, a dos años y 7 meses del gobierno de Duque,  Venezuela rompió relaciones con Colombia, el país fue de los pocos que se abstuvo de votar el levantamiento de embargo de Estados Unidos contra Cuba, tiene en curso además una disputa diplomática con la Isla por los jefes del Eln que se encuentran en La Habana, salió en contra de la Organización de las Naciones Unidas y Estados Unidos le reclama  por el aumento de cultivos ilícitos.

La disputa con Venezuela. Esta ‘novela’ de conflicto entre los dos países empezó desde la campaña presidencial de Iván Duque, tras anuncios claros del partido gobiernista Centro Democrático de no querer que Colombia “se convirtiera en una Venezuela”.

En Venezuela, que ya vivía uno de sus momentos más críticos a nivel económico, empezó un desplazamiento masivo hacia varios países de la región, entre esos Colombia.

Una vez en el poder, Duque lideró una ofensiva contra lo que llamó la “dictadura” de Maduro.

Fue así como el 27 de agosto de 2018, Colombia envía una carta para retirarse de Unasur, aludiendo entre otras razones, que este organismo sirvió de “comodín” para “los propósitos de una dictadura”.

Después de la autoproclamación del entonces presidente de la Asamblea de Venezuela Juan Guaidó como presidente interino del vecino país, Colombia lideró un movimiento en toda la región en respaldo al opositor.

Venezuela ahora enfrentaba un problema político interno al tener dos presidentes reconocidos por dos sectores distintos: Maduro y Guaidó.

Colombia decidió incursionar en este problema y su política exterior se fue definiendo en aras de acabar con el “régimen” de Maduro. Fue así, como desde las frontera con Colombia, Guaidó intentó hacer entrar una ayuda humanitaria el pasado 23 de febrero de 2019.

La tensión diplomática creció de tal forma, que se empezaron a escuchar los rumores de guerra.

Maduro salió en su defensa a decir que esa ayuda humanitaria era un “caballito de Troya” para una incursión militar y ese mismo día rompió relaciones con Colombia, convirtiéndose en el primer hecho trascendental de política internacional en el país.

“He decidido romper todas las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno fascista de Colombia y todos sus embajadores y cónsules deben salir en 24 horas de Venezuela ¡Fuera de aquí, oligarquía!”, con estas palabras Maduro despidió a Colombia de su país.

Cuba, otro de sencuentro. Las relaciones con Cuba habían mejorado, luego de haber sido el epicentro de las negociaciones del Acuerdo de Paz con las Farc.

En la Isla se encuentran los jefes negociadores del Eln, con los que Colombia adelantaba un posible proceso de paz. Pero tras la salida del expresidente Juan Manuel Santos y al subir Duque al poder, el diálogo se paralizó.

El ataque del Eln a la Escuela General Francisco de Paula Santander en Bogotá hizo que el presidente tomara la decisión de romper de manera definitiva el diálogo hasta que no hubiese “un compromiso” por parte de la guerrilla.

Después de esto es que comienza una segunda disputa a nivel internacional. Colombia le exigió a Cuba extraditar a los jefes del Eln que se encuentran  en su territorio.

Pero Cuba no ha cedido en la petición del gobierno de Colombia debido a la existencia de unos protocolos que indican que de romperse el diálogo darían  garantías para que vuelvan al territorio colombiano. 

La disputa diplomática que ha causado Colombia, tras desconocer los protocolos, ha desmejorado las relaciones entre ambos países. Sumado a lo anterior, Colombia fue de los pocos países que les negó el voto ante la ONU para que se levantara el embargo de Estados Unidos.

El rechazo a la ONU.  La pelea más reciente de Duque fue con la Organización de Naciones Unidas, el órgano de mayor distinción en materia de Derechos Humanos al que pertenecen todos los países del mundo.

Tras un informe que revelaba que hubo abusos por parte del Esmad y la Policía durante las protestas sociales, el presidente calificó de “intromisión” las recomendaciones del organismo.

Pero además, dijo que el informe era “sesgado”.

Días después, el relator de Derechos Humanos de la ONU, Michael Forst manifestó su intención de reunirse con Duque para hablar de su informe sobre asesinatos de líderes sociales, antes de ser presentado.

Pero el mandatario no se reunió con él y tampoco lo invitó tal como se había planteado tiempo atrás para que el relator terminara la verificación de tal situación en Colombia.

La tensión con la ONU aumentó y desde la Cancillería rechazaron el otro documento de la misma organización.

De inmediato sonó en el ambiente político la idea de retirarse de este organismo internacional.

Forst, por su parte, indicó que la intención de la ONU “no es señalar con el dedo a los países, sino asistirles”.

Vergüenzas internacionales. También Duque ha estado en el centro de la polémica por manejos de ciertos temas a nivel internacional.

Con una poca popularidad en el país, esos desaciertos internacionales no le ayudan al fortalecimiento de su imagen.

Es el caso de las polémicas fotos que presentó en un informe que entregó a la ONU, denunciando la presencia del Eln en Venezuela, siendo que las imágenes correspondían a espacios colombianos.

Así mismo, la conversación privada del ex embajador en Estados Unidos Francisco Santos con la actual canciller Claudia Blum, la cual se filtró, mantuvo a Colombia en una polémica internacional.

Santos refirió que el Departamento de Estado de los EEUU estaba “debilitado”.

Tras estos hechos, Santos recibió una llamada en la que le dijeron que no era “conveniente” que asistiera  a la reunión con el secretario de Estado, Mike Pompeo, en Bogotá y el diplomático, más tarde, renunció.

Una agenda narcotizada. Pero más allá de los desencuentros que han marcado la política exterior del presidente Duque, la agenda internacional de Colombia pareciera que hubiese regresado en el tiempo, con Venezuela y la lucha contra el narcotráfico.

Para el internacionalista Héctor Galeano, la agenda se “narcotizó”.

“Si uno ve en el tema con Estados Unidos, solo retornamos al tema del narcotráfico. La fumigación se convirtió en el tema prioritario”, precisó.

El internacionalista ejemplificó que uno de los aspectos que se plantearon en la política exterior tanto de los expresidente Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe Vélez fue el comercio, con la firma de varios tratados.

“El tema comercial prácticamente no existe en el gobierno de Duque. Colombia no ha firmado otros tratados de libre comercio”.

También refirió el experto en política exterior que la agenda se “venezolanizó”. Aunque el liderazgo de Duque frente al tema de Venezuela había sido uno de sus compromiso en campaña y se vio un rápido acompañamiento de otros países, el hecho de que Maduro aún esté en el poder generó desánimo.

“Venezuela se convirtió en el epicentro de la política exterior de Colombia, sin tener ningún logro. De hecho, acabamos con Unasur. Colombia lideró la creación de Prosur, pero después de más de un año no hay nada escrito sobre Prosur. (...) Así que América Latina se quedó sin ninguna organización en la cual dialogar y buscar beneficios propios”, señaló Galeano.

Refiriéndose al mismo tema de Venezuela, el experto calificó de grave el hecho de que no haya relaciones con Venezuela, cuando es la frontera “más dinámica” que tiene Colombia.

“Es la frontera más permeada por narcotráfico, actores de la violencia y contrabando de gasolina y no tenemos ni un solo canal de comunicación, así sea uno informal. Lo grave es que es nuestro vecino y es una dinámica migratoria impresionante. (…) Además, Colombia se quedó sola en esa lucha contra Maduro”, puntualizó Galeano.

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