El Heraldo
Alejandro Gaviria ejerció como ministro de Salud durante el Gobierno de Juan Manuel Santos. Cortesía
Colombia

“El control de precios no es un capricho ni un acto de populismo”: Gaviria

Desde el primero de este mes comenzó a regir el control directo de los precios de 902 medicamentos “para evitar los abusos”, según el exministro.

A principios de diciembre se anunció la reducción del precio de cientos de fármacos que entró en vigencia desde el primero de enero. Una noticia que llegó después de que la Superintendencia de Industria y Comercio ratificara la Circular 07 del Ministerio de Salud y Protección Social, cuyo objetivo es someter a control directo de precios de 902 medicamentos. 

Un grupo en el que se destacan los anticonceptivos y antihipertensivos y un proceso que viene desde hace años, un tema abanderado por el exministro de Salud Alejandro Gaviria –que empezó con los medicamentos oncológicos–.

Para Alejandro Gaviria la forma de explicar lo que sucedió “es fácil”, aunque la mayoría de los ciudadanos haya asistido tarde a una ardua lucha de poderes que duró varios años, pero que tuvo una feliz conclusión que comenzó a materializarse al comenzar el 2019.

Para él es tan sencillo como afirmar que el país adoptó desde hace varios años una política farmacéutica “para evitar abusos”, en la que, primero, se comparan los precios en Colombia con los precios de otros países, “y luego se fijan los precios para que coincidan con los países que tienen los precios más baratos”.

“Diría, en suma, que la disminución en los precios es producto de una política pública que ha combinado método y voluntad y que hoy muchas mujeres pueden beneficiarse”, sostiene Gaviria, al ejemplificar con los anticonceptivos que en algunas presentaciones pasaron de costar 58.000 a 22.000 pesos.

P.

Varios años de análisis e investigación y la respuesta. Aunque fuera de su ministerio, ¿fue positiva?

R.

Me queda una sensación del deber cumplido. No es fácil, en medio de la crisis de confianza actual, que se reconozca una política pública. Eso es satisfactorio.

También lo es que exista continuidad, que las buenas políticas se mantengan, se mejoren, muestren que sí hay posibilidades de avanzar. También me queda esa sensación, la de haber podido combatir un poco el cinismo, el desencanto generalizado.

P.

La circular se expide días antes de abandonar la cartera. ¿Pensó en algún momento que no se daría?

R.

Hubo muchas luchas. Hubo primero una circular que fijó la metodología, hubo tres circulares previas de control y esta última, centrada en los medicamentos que paga la gente directamente.

Hubo también una lucha para permitir mayor competencia, una puntual sobe el interés público de un medicamento oncológico, en fin, esta fue una lucha con varios capítulos.

P.

¿Cuál fue el dato que más le impactó?

R.

Los datos que más impactan siempre cuando uno trata de hacer la referenciación internacional y encuentra medicamentos que valen 2 o hasta 6 veces más en Colombia que en otros países.

Las desviaciones en los precios. Cada ronda de los medicamentos tenía casos, generalmente para las presentaciones yo pedía un top 10 o 20 y ahí uno ve desviaciones que son absolutamente absurdas.

P.

Estuvo rodeado de personas de academia con los que elaboraron artículos académicos publicados en revistas científicas...

R.

Es un equipo casi todo femenino. Tatiana Andia, Claudia  Vaca, Carolina Gómez y Héctor Castro. Algunos ya estaban en el Ministerio, otros eran académicos. Personas que conocía de las universidades, porque de alguna manera cuando hay un ministro que viene de la academia, quieren trabajar ahí. No es solo voluntad, también es conocimiento.

En este grupo, junto a otros investigadores, fuimos capaces de hacer algo que es bastante inédito en el sector público y es el hecho de escribir artículos académicos y publicar en revistas la metodología. Eso nos daba fuerza en el debate y muchas veces no se dice.

P.

¿Cómo se toma la decisión de los artículos?

R.

Eso viene del año 2012 – 2013. Empezó a despertar la atención en la Región, iba a alguna conferencia y me decían que escribiéramos eso. Algunas de las políticas públicas fueron traducidas y publicadas.

P.

Recibió presiones internacionales, cartas, solicitudes para que esta regulación no se diera.

R.

Siempre tuve el apoyo del Gobierno del presidente Santos. Siempre tuvimos, además, la fuerza que da una metodología bien concebida, un respeto a las cifras, un énfasis en la transparencia. Por eso digo que no solo se necesita voluntad. También método, argumentos, datos, etc.

 

P.

Cuando se habla de esta circular, se menciona su nombre. Y de una u otra forma se recuerda la lucha directa que tuvo con las farmacéuticas para regular y controlar. ¿Cómo ve ese enfrentamiento?

R.

Lo veo como un asunto primordial, central en la función del Ministerio. El control de precios no es un capricho, ni un acto de populismo. Es una necesidad por dos razones complementarias.

La primera, que muchas veces se soslaya, es garantizar la sostenibilidad del sistema de salud. La segunda, la que ahora se reconoce, es evitar abusos y permitir el acceso a medicamentos.

P.

De las solicitudes, cartas, llamadas y demás que recibió durante este proceso, ¿cuál fue la que más le llamó la atención?

R.

Hay una que fue revelada recientemente. Una compañía farmacéutica estadounidense les envía una carta a unos funcionarios del gobierno pidiéndoles que mantengan la presión en el tema del acceso a la OCDE. Eso se sabía, pero la carta es bastante explícita. Demasiado.

P.

¿Qué piensa de esa particularmente?

R.

Había tenido este tipo de presiones cuando surgió la declaración de interés público del medicamento de Novartis (Glivec). Sabía que era parte de esta situación. Me daba un poquito de preocupación que una política pública que había venido persiguiendo el Gobierno desde hace años, como era la entrada a la OCDE, se viera frustrada por esto, pero tenía el apoyo del presidente y en ningún momento se pensó echar esto para atrás. Mejor dicho, cosas que pasan y de alguna manera estaba acostumbrado a ese tipo de presiones.

Lo que nosotros hicimos desde el comienzo y eso causó cierto escozor es que todas esas comunicaciones que llegaban al ministerio, las buenas, malas, de crítica o de apoyo, todas las publicábamos. Generalmente se hacían de manera poco transparente.

P.

Desde el principio sabía lo que venía…

R.

No desde el principio, pero desde el primer año me di cuenta que esto necesitaba un poquito de coraje, soportar estas presiones y, en el fondo, no hacerles caso.

P.

¿Cuál fue el freno que hubo con el concepto de la Superintendencia de Industria y Comercio para que ese 6 de agosto (la fecha estipulada) no se diera el aval?

R.

La regulación es dinámica. Necesita cambios y ajustes permanentes. La literatura académica describe la relación entre regulador y regulados como un juego del gato y el ratón. Hay que estarse moviendo permanentemente. Por eso propusimos un cambio en la metodología que incorporara el análisis de valor. No pudo aprobarse. Pero está lista. Ojalá el nuevo gobierno, con los cambios que considere pertinentes, la saque adelante.

P.

¿En dónde se estaba quedando la diferencia en el precio de los medicamentos?

R.

Eso es simple. En las utilidades de las compañías farmacéuticas, intermediarios y, algunos casos, hospitales.

P.

¿Se puede hablar de mafias que se lucraban con la salud de los pacientes?

R.

Yo vengo del mundo académico. Me gusta la precisión del lenguaje. Es más adecuado decir que había abusos inaceptables de una posición dominante que empezaron a ser corregidos.

P.

Empezaron… ¿qué falta?

R.

Es una tarea que nunca termina. Llegan nuevos medicamentos, hay nuevos registros sanitarios. Tiene que ser una política permanente, no es de una sola vez. No es que se hizo una ronda y ya se terminó la tarea. Si se miran muchos medicamentos que quedan en el mercado pueden tener precios más altos en Colombia que en otros países.

Hay un tema que no conoce la opinión pública y para mí es frustrante. En la primera ronda de control de precios no se enfocaron en estos medicamentos que afectan más directamente a la gente sino oncológicos que paga el Sistema de Salud. Estás en un tratamiento de cáncer como el que yo tuve, aplican los medicamentos y eso no los paga la gente de su bolsillo sino el Sistema de Salud, las EPS. Ahí hubo grandes ajustes –incluso mayores– y esos controles también fueron fundamentales para que no se quebrara el Sistema.

Pero cuando se hizo esa política enfocada en esos medicamentos mucha gente como que no entendió y no se dio cuenta que era una política trascendente e importante. Solamente en estas últimas rondas de medicamentos, donde ya habíamos acabado con los esenciales que paga el sistema y dijimos que íbamos a enfocarnos en los que paga la gente como los antihipertensivos, antidepresivos y anticonceptivos, hubo un mayor reconocimiento.

P.

Y entra en vigencia la regulación en 2019...

R.

Esperé con paciencia que entrara en vigencia. Sabía que, con el tiempo, se iban a reconocer los logros. Algunos políticos, recuerdo por ejemplo al senador (Jorge) Robledo, alcanzaron a decir que nada se había hecho. Yo estoy acostumbrado, después de seis años en el Ministerio, a la crítica sin razón y a la demagogia.

P.

El Senador Robledo siempre habló de la reducción de precios y del impuesto a las bebidas azucaradas.

R.

Yo no quiero pelear con él porque no me gusta, pero me parece injusto porque hubo una última metodología que no logró aprobarse porque faltó un aval de la SIC.

Me acuerdo que estaba en el segundo día después de salir del Gobierno y hubo un artículo que mostró eso y él por desconocimiento o mala intención, no lo sé, me dijo que lo de la regulación de medicamentos era falso. Y es injusto porque llevábamos cinco años haciendo eso.

Me pareció en su momento una forma como de control político malintencionada y sin mucho sentido. Dije, bueno, ya la gente se dará cuenta en su momento cuando esta resolución empiece a regir que esto no es mentira.

Él también se opuso a lo de las bebidas azucaradas, pero eso es otra pelea.

P.

En una de las entradas de su blog menciona “movernos de un equilibrio a otro” en los cambios que debe tener nuestro Sistema de Salud. En el ámbito macro estaría la regulación de los precios de medicamentos y dispositivos. ¿Nos estamos acercando?

R.

Todavía falta, pero veo una mayor conciencia en los agentes del sector, una voluntad de trabajo colectivo. El sistema gasta más de lo que tiene, hace a veces más de lo que toca y nadie parece estar contento. Tiene que moverse a un equilibrio con mayor coherencia y más humanismo. Es una labor de todos.

P.

Otro de los temas bandera en su ministerio fue el impuesto a las bebidas azucaradas. ¿Cómo ve el panorama en 2019?

R.

No veo por ahora cambios al respecto. Pero es cuestión de tiempo. Es una tendencia global imparable.

P.

¿Qué puede seguir en esa pelea?

R.

Esa pelea se tiene que dar en el contexto de otra reforma tributaria. Acabamos de pasar una muy difícil, entonces tiene que esperar. Es una discusión de naturaleza global, cada vez tiene más evidencia y tarde o temprano será una normativa en nuestro país.

No puedo decir si en cuatro, cinco o seis años, pero eso va a pasar y las mismas compañías están transformándose.

P.

¿Qué le quedó faltando en su ministerio?

R.

Muchas cosas. Pudimos haber regulado más medicamentos, pero tuvimos por allá un problema con la ley estatutaria, ciertos temas de naturaleza legal. Pero creo que Colombia hoy tiene una política farmacéutica que es un ejemplo de la Región. Eso es importante.

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