BOGOTÁ. Las autoridades ecuatorianas capturaron el pasado miércoles en Manta, en la costa central del vecino país, a José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, líder de ‘los Choneros’, la principal banda delincuencial y de narcotráfico del Ecuador, con estrechos nexos con las disidencias de las FARC en Colombia.
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La captura de Fito se da tras la reciente detención semanas atrás de cuatro de sus presuntos aliados en Bogotá, con lo que los investigadores de ambos países confirman la red de narcotráfico que hay entre ambos países y que llegar a Centroamérica y finalmente a Estados Unidos. E incluso, el exlíder de la banda narcotraficante ecuatoriana, alias JR, había sido asesinado en 2023 en Antioquia por su propio escolta tras llegar a Colombia.
El jefe de ‘los Choneros’, acusado por la Fiscalía de Nueva York por tráfico de cocaína y de armas, se había fugado en enero de 2024 de la Cárcel Regional de Guayaquil, ciudad ecuatoriana situada más al sur que Manta, donde pagaba una condena de 34 años por narcotráfico, asesinato y delincuencia organizada. Por ello, el gobierno del vecino país había ofrecido una recompensa de un millón de dólares por información sobre su paradero.
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“Gracias a las leyes de Solidaridad e Inteligencia, Fito fue capturado hoy y está en manos del Bloque de Seguridad”, escribió el presidente del Ecuador, Daniel Noboa, en sus redes sociales, haciendo alusión a la coordinación entre agencias de inteligencia y seguridad, tanto ecuatorianas como extranjeras.
El pasado 15 de junio el operativo en Bogotá había confirmado la red narcotraficante que conecta a ‘los Choneros’ con la Segunda Marquetalia, y uno de los detenidos, Vinicio Antonio, era considerado el cabecilla ‘los Choneros’ en Bogotá, de la que también hacen parte colombianos y todos tienen órdenes de extradición a Estados Unidos.
De acuerdo con las autoridades investigativas, en Bogotá se coordina un modelo criminal de protección armada, logística compartida y esquemas de lavado financiero en varios países entre ‘los Choneros’ y la Segunda Marquetalia, con representantes además de organizaciones criminales provenientes de América Latina, Europa y Asia que se mueven con bajo perfil, se hospedan en buenos hoteles y operan en el norte y occidente de la capital colombiana, así como en el aeropuerto El Dorado.