A mi entender, los comunicadores sociales, llámense locutores o periodistas, deben ser formados bajo el criterio del buen uso de las palabras mostrando además un perfil ajeno a protagonismos y ser cuidadosos en transmitir al público mensajes sesgados de cualquier sentir personal.
Recientemente escuché a un joven comunicador elogiar con mucho acierto a una niña declamadora de 11 años en una entrevista por TV, pero al final cuando la niña respondió, ante su pregunta, que se inclinaba por las matemáticas en el colegio, el entrevistador concluyó con marcada ingenuidad: “Ah, entonces no tendrás problema para contar los billetes cuando tengas éxito”, sin imaginar el efecto que pudiese tener tan escueta sentencia en una mente infantil.
Y ni hablar de lo que se debe soportar al escuchar transmisiones del beisbol de grandes ligas por Telecaribe, con apartes de la vida personal del locutor que a nadie interesa y sus chistes en lenguaje chabacano, autoelogiados con un “¡qué maravilla!”
Jorge Negrete N.
C.C. 5566688 de B/manga