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Me duele la muerte de Rodolfo Zambrano por múltiples razones; amigo entrañable de sus amigos, y de los amigos de sus amigos; contertulio como pocos; cívico por excelencia; destacado financista y banquero, y dueño de una personalidad donde la elegancia y la categoría la envidiarían en la más encumbrada de las monarquias .

Con la partida hacia el descanso eterno de Rodolfo Zambrano, pierde Barranquilla uno de sus más preclaros cronistas.

Entusiasta Alguacil de su memoria, cualquier aconte cívico, cultural o social que prescindía de su presencia, sencillamente carecía de importancia.

Paz en la tumba de un filántropo que hace parte de la galería de ciudadanos ilustres que a pesar de haberle dado la vuelta al mundo, mantienen a Barranquilla en un lugar especial de su corazón.

Ignacio Consuegra.