Es tan cómodo y tan nuestro poner los verbos en su lugar, que no tenemos que colocarlos donde no cabe. Se me pone la piel de gallina cuando escucho: El ojo se me colocó rojo,… oh! este líquido se colocó transparente.
Se advierte un dejo de duda para expresarse aún entre en profesionales, cuando deben poner o si tienen que colocar, uno de estos verbos en su lenguaje; el uno, no compite con el otro. Me puedo colocar (o poner) en la fila o debajo de un árbol pero cómo me coloco a bailar.
Para los fervientes seguidores de colocar, coloquen los libros en su lugar pero no se coloquen enojados si los encuentran desordenados.
Sin temor a que nos salgan plumas, podemos compartir tan generoso verbo poner con aquel humilde animalito “La gallina”.
Así en un futuro, no correríamos el riesgo de exclamar: ¡La gallina colocó un huevo!
Socorro Santis de Ávila
sosantisdavila_dea@hotmail.com
Centenario: Luis Carlos Meyer
Este miércoles 21 de setiembre se cumple el centenario del natalicio del gran cantante y compositor barranquillero Luis Carlos Meyer Castendat nacido en 1916. Su voz todavía se escucha en grabaciones acompañado por las orquestas Emisora Atlántico Jazz Band de Barranquilla y del italiano Guido Perla con porros, Milciades Garavito, tolimense y Emilio Sierra Baquero, fusagasugueño con rumbas criollas, Francisco Cristancho, boyacense con bambucos y torbellinos, Juancho Esquivel, momposino con porros y Rafael de Paz, mejicano con porros y cumbias
El mérito de Luis Carlos Meyer radicó en haber llevado a México la “Cumbia cienaguera” que grabó en 1952. Ello sirvió de base para que el país azteca adoptara este ritmo como parte de su música. Así tenemos hoy en día la cumbia mejicana.
Meyer fue condecorado en 1998 con la Cruz de Boyacá y la Gran Orden del Ministerio de Cultura. Sus más conocidas composiciones fueron los porro “Micaela”, “Trópico” y “El hijo de mi mujer”. Saludamos en este día a Luis Carlos Meyer esa gran gloria de la música colombiana.
José Portaccio Fontalvo
joseportaccio@hotmail.com
Escoger bien: ¿De retorno al pasado?
Los colombianos cuentan con tiempo suficiente, a partir de la fecha, para enterarse del contenido de los acuerdos farc-gobierno y expresar con el voto su conformidad o no al respecto. Lo más decepcionante es ser espectador de la manera tan ordinariamente incivilizada como los congresistas defienden sus puntos de vista. Bien pareciera que defendieran solo sus intereses políticos y no el bienestar de sus representados. Parecen vecinas en disputa en la que cada una ataca haciendo estandartes con los “trapos sucios” de la otra para avergonzarla como si no tuviera también el rabo de paja que todo el vecindario le conoce. Con esta actitud solo están fomentando lo que se pretende extirpar que son las rencillas entre grupos ideológicos que en el pasado nos llevaron a lo que durante más de setenta años se ha vivido en Colombia: la violencia fratricida. No cincuenta como se ha señalado todo el tiempo.
Vivimos en un estado de derecho que nos hace libres de pensar como se nos parezca mejor y que en el momento actual nos permite la escogencia del Sí o del No para el caso de los acuerdos en La Habana.
No se está haciendo la pedagogía apropiada para que el votante se guíe en su decisión sino que se está promoviendo el desconcierto con posiciones radicales que dan la sensación de haber intereses por que el país entre nuevamente, sin haber salido aún, al imperio de la violencia. Debemos analizar los resultados del Sí y del No para decidirnos. Analizar el futuro que representa cada escogencia y no dejarnos engañar con los fispirispis que cada sector político nos pretende hacer ver.
Ulises R Rico Olivero
uliricol93@hotmail.com



















