Los reductores de velocidad —entre ellos los conocidos popularmente como ‘policías acostados’— son los preferidos por las comunidades preocupadas por el exceso de velocidad de los conductores, mientras que estos últimos suelen quejarse por su instalación 'desmedida' en las calles, lo que les produce daños a sus vehículos, según comentaron.
De acuerdo con el manual de señalización vial de 2015 del Instituto Nacional de Vías (Invías), los cuatro tipos de reductores de velocidad son resalto trapezoidal, resalto parabólico, resalto portátil y resalto tipo cojín, sin incluir los estoperoles o taches.
Sin embargo, los ciudadanos barranquilleros 'desesperados' por prevenir accidentes también se animan a instalar, por su cuenta, reductores artesanales, como cabuyas y montículos de concreto a lo ancho de las vías, sin seguir los parámetros establecidos por las autoridades del tránsito.
Tal es el caso de la calle 27, entre carreras 17B y 19, del barrio Las Nieves, donde fueron instalados por la misma comunidad cinco resaltos portátiles o ‘policías acostados’, pero con una altura que supera los 10 cm, debido al 'exceso de velocidad' de motos y carros, y a los 'frecuentes atracos' que se registraban en el sector.
'Los reductores de velocidad son para beneficiarnos a nosotros y a nuestros hijos que a veces salen a las calles y vienen esas motos metidas (a gran velocidad). Además, por aquí hay mucho peligro, la delincuencia siempre anda en moto o en carro', dijo Martha Cabrera, quien reconoció que entre los vecinos reunieron dinero para construir los resaltos.
Aunque los vecinos de esta ama de casa estuvieron de acuerdo con sus declaraciones, tras agregar que los reductores de velocidad 'han sido un buen método' para percibir seguridad, el taxista Luis Carlos Filós mostró su preocupación ante los problemas mecánicos que ha sufrido su carro con estas barreras.
'Son tantos ‘policías acostados’ en una calle y lo peor es que son muy altos. He tenido que llevar mi carro varias veces al taller para arreglarle la suspensión, los amortiguadores y los rodamientos', sostuvo el conductor afectado.
Sus opiniones se obtuvieron en un recorrido que hizo un equipo de EL HERALDO por las calles de la ciudad para identificar sectores donde se usan estos reductores con y sin autorización. Es así como se ubicaron otros dos sectores, en la calle 88, entre las carreras 7H y 7J (Las Malvinas) y en la carrera 26, entre calles 65B y 68 (San Felipe), donde se instalaron tres y cuatro resaltos, respectivamente.
'Está mal hecho que se instalen tantos en una calle, porque obstaculiza el paso de vehículos y puede ocasionar tropiezos cuando los niños estén jugando en la calle', manifestó Nurys Martínez, moradora del barrio Las Malvinas, donde la altura de los reductores supera los 10 cm.
Según la Secretaría de Tránsito y Seguridad Vial del Distrito, 2.444 reductores de velocidad están distribuidos con autorización en Barranquilla, de esos se instalaron 356 este año, incluyendo los taches.
La autoridad del tránsito agregó que no existe en la norma un parámetro que indique la distancia mínima entre un resalto y otro, sino que se deben instalar de acuerdo con el criterio de ingeniería y garantizando la seguridad y la movilidad.
Por su parte, el analista en vías y transporte Isidro Ruiz indicó que no es posible saber si hay exceso de reductores de velocidad, ya que estos se dan por las necesidades de regulación.
'Lo que es importante resaltar es que al menos se tiene un inventario de los reductores que hay en la ciudad y eso sirve para gestión de la señalización', aseguró el especialista.
Añadió que estos elementos tienen cosas positivas, como la reducción de velocidad en zonas escolares; y cosas negativas, como la obstrucción física.
En Detalle
Instalación
De acuerdo con la Secretaría de Tránsito y Seguridad Vial, para la autorización de la instalación de estos resaltos se recibe una solicitud por parte de la comunidad y luego se hace un estudio de la vía, y se verifica que cumpla con los requisitos que establece el Invías. Entre ellos están que sea en una zona escolar, presencia de peatones o puntos con alta siniestralidad. Los dispositivos deben tener un largo igual o mayor al 70% del ancho del carril, un ancho de 0,3 a 0,5 m., y una altura entre 0,02 y 0,08 m. Deben ser de color amarillo o con franjas amarillo y negro alternadas. Además, el manual de señalización indica que todo resalto permanente requiere de las señales de proximidad a resalto y de ubicación de resalto. Un ejemplo de ello es en la carrera 8 con calle 93, que cuenta con señalización vertical y horizontal para reducir velocidad a escasos metros de una institución educativa.




















