Dos veces por semana camina el antiguo puente Pumarejo debido a sus enfermedades con las articulaciones. Son, por supuesto, recomendaciones del doctor que él sigue a cabalidad al salir los primeros rayos del sol.
En medio de su andar, Reynaldo Figueroa transita en una estructura histórica para Barranquilla que, actualmente, atraviesa un deterioro evidente. No obstante, asegura con mucha convicción que este puente “aguanta unos 200 años más”.
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“Hay unas barandas que se han robado, pero hay muchas que no han podido arrancar. ¡Cómo será de fuerte que no han podido robarle todas las barandas!”, expresó el habitante de 82 años.
No obstante, la medida cautelar del Tribunal Administrativo del Atlántico establece lo contrario al alertar que el puente presenta un “gran estado de deterioro” que representa una amenaza para la comunidad.
Por ende, el alto tribunal ordenó que se instalaran barreras, barricadas, muros u otro tipo de cerramiento que obstaculicen su tránsito peatonal y otros medios de transporte.

Esta orden, si bien debe ejercerse —en parte para contribuir a las funciones principales del nuevo puente—, propicia una serie de problemáticas para las comunidades aledañas.
Y no solo de remembranza, pues Reynaldo aún recuerda la inauguración del mismo y el “río de gente” que asistió para conocer lo que sería el reemplazo del ferry, sino para aquellos que lo transitan diariamente para poder llevar un sustento a sus hogares.
Un punto conectivo
El puente Pumarejo es un medio de conexión entre Barranquilla y Palermo, corregimiento del Magdalena. De esta manera, durante el día, cierta cantidad de personas transita por esta estructura, principalmente los vendedores ambulantes y recicladores.
William Jiménez lleva 23 años surtiendo su puesto de plátanos, coco, papaya y demás alimentos en el corregimiento para comercializar en sectores como Costa Hermosa y Salamanca.
Indicó que el cerramiento o demolición de dicho paso elevado lo afectaría demasiado puesto que, con su carretilla, ha logrado alimentar a sus hijos y sus nietos. De esta manera, insta a las autoridades a que, en lugar de destruirlo, lo intervengan.
“Si lo van a intervenir, que sea para mejorarlo. Que se convierta en un proyecto para que Barranquilla tenga dónde disfrutar momentos. Esto es algo histórico. No es para destruirlo, es para llevarlo adelante”, expresó el habitante del barrio Ferrocarril.
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Por otra parte, Luis Roberto Díaz, quien vende coco frío y toma este puente para dirigirse a Barranquilla junto con su compañero Álvaro Acevedo, desde hace 20 años esta estructura es su ruta habitual, y demolerlo significaría más esfuerzos para su movilidad.
“Nos daría demasiado duro tener que subirlo todos los días, en cambio este es más bajito”, señaló el vendedor de cocos.
Por otro lado, Edwin Castro, quien es reciclador, la alternativa de subir el nuevo puente resultaría una amenaza para ellos, ya que se exponen a un atropello.
“Para nosotros es un peligro. Arriba avanza mucho carro, pero aquí es mejor. Yo soy del barrio La Luz y me encargo de reciclar. Si cierran este puente no podría trabajar porque hay mucho tráfico en aquel puente”, sentenció.
Es de señalar que este puente no solo es transitado por vendedores, sino también por camiones que se encargan de transportar agua al corregimiento de Palermo.
Antiguo Puente Pumarejo será deconstruido por fases durante 5 años
Durante una rueda de prensa con el Ministro de Interior, Armando Benedetti en la sede de Asoportuaria, la ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, anunció que, en el antiguo puente Pumarejo, se realizará una intervención progresiva para retirar la estructura por fases a partir del 2026 durante cinco años con una inversión de cerca de $146 mil millones con vigencias futuras.
Rojas aseguró que este procedimiento se realizará no solamente por acatar un fallo de un tribunal sino además porque es necesario.
“Hay una propuesta justamente acatando esa sentencia y la necesidad, no solamente que a uno lo obliguen, sino la necesidad de avanzar”, afirmó.
En cuanto al futuro del viejo puente, dijo que el próximo 20 de noviembre estará nuevamente en Barranquilla y presentará oficialmente el plan por etapas al tiempo que realizará una visita técnica a la estructura para analizar lo que se realizará en este lugar.
“Se han escuchado ideas para aprovechar la estructura, incluso como espacio recreativo o turístico. Hemos oído la propuesta de convertirlo en una especie de malecón o mirador, mientras se garantiza el paso de embarcaciones de gran calado”, señaló la jefa de cartera.



















