Accesibilidad, permeabilidad, conectividad y confiabilidad; estos fueron los cuatro elementos principales sobre los cuales se basó el sistema de planificación y monitoreo de la movilidad en Ciudad Mallorquín, uno de los desarrollos urbanos más significativos en el Caribe colombiano.
Hace más de una década, expertos en movilidad diseñaron un plan para este sector ubicado entre Barranquilla y Puerto Colombia y que proyecta alcanzar más de 16 mil viviendas.
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Tal como las ciudades más organizadas del mundo, así se concibió el modelo de transporte en este sector; su ubicación estratégica requería de un diseño único que incluía la intermodalidad y la sostenibilidad del territorio.
La zona donde se construye Ciudad Mallorquín y otros desarrollos, a diferencia de otros proyectos, se planificó con años de antelación.
Para ello, se realizaron estudios de tráfico, encuestas de origen–destino, aforos vehiculares con videograbación y análisis de flujos hacia los centros educativos, comerciales e industriales.
El ingeniero en Transporte y director de la compañía Mobility Hub, Jesús Díaz, quien hizo parte de este proceso, le narró a EL HERALDO que el Grupo Argos hace cerca de 12 años comenzó a hacer diagnósticos y análisis de la movilidad en la zona.
Para ello, sostuvo, contrató a empresas reconocidas en Latinoamérica e incluso a nivel mundial, con el fin de tener un panorama claro de la realidad del sector y del municipio, de cara a los desarrollos que estaban proyectando.
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En esta primera fase del plan vial, el grupo de expertos a cargo del proyecto se preguntó cuáles debían ser los principios estructurales que orientarían todo el diseño de las vías. ”Identificamos varios problemas de congestión muy fuertes, causados porque en ciertos momentos del día la red colapsa. Esto ocurre, por ejemplo, con la entrada y salida a las instituciones educativas de la zona”, indicó.
En este punto se plantearon los principios como el de accesibilidad, es decir, generar vías que permitan a los usuarios entrar y salir desde todos los puntos cardinales, evitando que las personas tengan que retroceder o buscar un único acceso.
A esto se suma el principio de permeabilidad. “Cuando evaluamos la red, encontramos cifras alarmantes: más de seis mil vehículos circulando. Pero si se brinda una solución altamente permeable, esos flujos se atomizan, se reparten en varias vías y se distribuyen hacia diferentes puntos cardinales, según la necesidad de cada destino”, explicó.
El experto en transporte afirmó que en este punto se pensó con base en la conectividad, la accesibilidad y la permeabilidad, pero un elemento clave era la confiabilidad. “Decíamos: ¿qué pasa si en la glorieta de la carrera 53 con 1B —una conexión importante de la zona, tanto para los colegios como para Mallorquín— ocurre un accidente y se cierra la intersección? Debemos garantizar que Ciudad de Mallorquín circule incluso en esas situaciones”, señaló.
Una de las razones por las cuales la red vial se diseñó muy permeable, explicó Díaz, fue con el fin de que, si por alguna razón la carrera 23 está cerrada, se pueda tomar la vía hacia La Playa u otros puntos que permitan movilizarse. “No puede pasar que Ciudad de Mallorquín quede bloqueada y que sus habitantes no puedan salir a trabajar porque hubo un choque. Existen opciones que permiten entrar y salir de la zona”, subrayó.
Con tal fin, se construyeron de manera anticipada 12 km de nuevas vías con secciones completas que incluyen andenes y ciclorrutas accesibles, además de los tramos previamente habilitados en la calle 2A, la carrera 65 y la carrera 53.
El diseño responde al principio de permeabilidad, buscando distribuir flujos vehiculares en múltiples conexiones para reducir la presión sobre corredores saturados como la carrera 51B, la 53 y la Vía al Mar.
Sistema interno
En Ciudad Mallorquín, se organiza jerárquicamente en vías locales, colectoras, semi-arteriales y de servicio, diseñadas con criterios de seguridad, accesibilidad universal y comodidad para todos los actores viales.
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Además, las intervenciones, están planificadas en fases para mitigar progresivamente los impactos. Hasta la fecha, además de las vías, se han construido dos retornos viales sobre la carrera 53 y se han habilitado los ocho ingresos y salidas del desarrollo urbano.
Residentes
Sebastián Mendoza, residente en uno de los complejos de Ciudad Mallorquín, aseguró que la movilidad es buena.
“Solo en ciertas horas se siente el impacto de la Universidad del Norte y el colegio Parrish, porque muchos vehículos se parquean hasta en la rotonda a esperar. Afortunadamente, hay otras salidas y retornos que permiten evitar esos embotellamientos”, indicó.
Sin embargo, le preocupa la falta de parqueaderos en algunos de los edificios, “aunque hasta ahora no ha sido un gran problema gracias a los espacios habilitados en zona pública”.
Cabe resaltar que el proyecto ofrece casi el doble de parqueaderos por apartamento frente a desarrollos similares, además de 692 plazas de parqueo público en bahías diseñadas para este fin.
Por su parte, Diana Rojas, otra residente en este sector, dijo que gracias a las múltiples entradas, las zonas de parqueos públicos y las bahías de acceso, la movilidad en el sector es favorable. Para quienes cuentan con vehículo particular, resulta bastante cómodo.
No obstante, el acceso se ha fortalecido recientemente con la ruta de buses de Sobusa, que pasa muy cerca y brinda una alternativa de conexión sin alterar el estilo ni la tranquilidad del lugar.
AMB incluyó a Ciudad Mallorquín en la oferta de transporte público
El director del Área Metropolitana de Barranquilla (AMB), Libardo García, confirmó que desde septiembre empezaron a ingresar algunas rutas que conectarán a los usuarios con diferentes zonas del área metropolitana de Barranquilla.
Actualmente, hay tres rutas autorizadas para prestar el servicio de transporte público colectivo en Ciudad Mallorquín: la ruta B18, operada por la empresa Sobusa, y las rutas D6 y D7, a cargo de la empresa La Carolina.
Estas rutas conectarán a Ciudad Mallorquín con importantes centros de servicios y comercio, como Buenavista, Villa Carolina, Villa Country, la Vía 40, el sector del Prado, el Centro de Barranquilla, la Calle 30 y el municipio de Soledad.
Las rutas autorizadas cuentan con una capacidad transportadora de 130 buses para cubrir la demanda diaria a lo largo de todo el recorrido, incluyendo a Ciudad Mallorquín.