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Lo vocación agrícola en el Atlántico está en riesgo. El creciente desinterés de los jóvenes en las dinámicas del campo ha creado una 'falla' en la cadena de producción, poniendo en riesgo la continuidad de este oficio en varios municipios del departamento.

Las precarias condiciones del campo ha sido el principal motivo para que muchos jóvenes hayan tomado la decisión de dejar sus parcelas para irse a las ciudades en busca de nuevas oportunidades.

Esta situación se ha convertido en un signo de alerta para distintos gremios y entidades, teniendo en cuenta que la 'carga de producción' en el campo está recayendo sobre personas mayores sin que haya un revelo generacional.

Ramiro Manjarrés, miembro de CitriAtlántico y otras entidades relacionadas con el ámbito agrícola, sostuvo que la problemática se ha empezado a notar en los municipios debido a la decisión de los mismos padres.

'Muchos padres no quieren que sus hijos sigan en el campo y por eso han decidido enviarlos hasta la ciudad para que se formen y puedan asentarse allá', aseguró Manjarrés en diálogo con EL HERALDO.

El dirigente también comentó que esta situación ha permitido una 'migración' del capital destinado a la agricultura y la ganadería a otros sectores de la economía.

'También estamos preocupados porque cerca del 90% de los campesinos en el departamento ya sobrepasan los 60 años, mientras que un grupo muy reducido cuenta entre 45 y 60 años', agregó Manjarrés.