El 14 de julio de 2011 será una fecha que por siempre permanecerá en la memoria de Andrea Jaramillo Char, ya que ese día, rodeada de familiares y amigos, recibió la noticia que era la Reina del Carnaval de Barranquilla 2012.
Hoy, siete meses después de aquel momento lleno de alegrías y lágrimas, Andrea hace un balance de cada uno de los eventos donde estuvo presente y de lo orgullosa que se siente de haberle dado a Barranquilla y a Colombia un Carnaval inolvidable.
¿Cómo describes la experiencia del Carnaval de Barranquilla 2012?
Como una experiencia única, irrepetible, la mejor que he tenido en mi vida, la más gratificante, la más bonita, en la que he crecido como persona y con la cual he conocido más a mi ciudad.
¿Cómo era Andrea antes del Carnaval 2012 y cómo es ahora?
Después del Carnaval tengo varias cosas claras, por ejemplo que no serviría para estar encerrada en una oficina. En lo que me vaya a desarrollar profesionalmente tengo que estar en contacto con la gente y escuchar sus necesidades. Yo antes era muy perfeccionista, muy exigente con las cosas, pero eso ya pasó a otro nivel y en estos momentos tengo la capacidad de tomar decisiones por mi sola. Uno va aprendiendo en que momento decir que si o no. Estoy contenta y sin duda crecí como persona.
¿Las expectativas que tenías antes de ser Reina del Carnaval se cumplieron?
Uno sueña con hacer un Carnaval inolvidable, pero a veces uno no alcanza a imaginar la magnitud que tienen los actos y los eventos. Las exreinas te dicen: vas a ver cuando visites los barrios, vas a ver el día que te pongan la corona. Ellas te cuentan que las palabras no son suficientes y tienen razón.
Luego de vivir esta experiencia ellas se quedaron corticas en lo que me dijeron. Cuando uno es Reina del Carnaval aplica más el ‘quien lo vive es quien lo goza’. Sí se cumplieron aquellas expectativas. Yo siempre tuve un propósito, que era que los barranquilleros recordaran a Andrea, no simplemente a la Reina del Carnaval 2012.
¿Qué fue lo más difícil de ser reina?
Hay algo que no me pasó y lo hablaba con mis papás y mi equipo de trabajo. Nunca me quejé si me tocaba levantarme temprano o ir a algún lado. De hecho siempre le decía a Nistar (jefe de prensa) que me pusiera más cosas o le reclamaba si estaba quieta en mi casa (risas). Yo creo que eso se dio por lo apasionada que estaba.
Si me preguntas por lo más difícil, la verdad es que lo más frustrante para mí fue el cuento de la espuma. Fue triste encontrarme con personas que me la lanzaban, y no eran solo los niños, la gente adulta también lo hacía.
Yo me volví dura con las personas que lo hacían y si veía que lanzaban espuma no llegaba a donde estaban ellos. Hay que saber usarla, pero sobre todo no lanzársela a los hacedores del Carnaval.
Viviste varios momentos especiales, ¿cómo describirías cada uno de esos eventos?
Cada uno es completamente diferente y por tanto el sentimiento es distinto. La Lectura de El Bando fue mi primer encuentro oficial con el pueblo barranquillero, mi primera oportunidad para manejar un público y llegué al estadio muy ansiosa. El día de la coronación es como la realización de ese sueño, una vez que te ponen la corona tú sabes que se te cumplió lo que deseabas. Los desfiles de los cuatro días de Carnaval son una experiencia inigualable, la adrenalina es impresionante.
Pero yo tuve una experiencia que me gustaría resaltar que fue el desfile de Suroccidente, que tal vez muchos no conocen y que es lindo, de bordillo, larguísimo pero la gente estuvo animada de principio a fin.
¿Cómo fue la planeación de tu coronación?
Fueron cuatro meses de trabajo arduo, con un equipo increíble. Pudimos demostrar primero que aquí en Barranquilla se pueden hacer grandes espectáculos y con talento completamente barranquillero, y segundo que logramos tener a las personas conectadas todo el tiempo. Pensamos en una tarima donde todos pudieran ver y disfrutar del show. Mi coronación fue un regalo para Barranquilla.
¿Qué le cambiarías al Carnaval de Barranquilla?
Le daría los escenarios apropiados para los distintos eventos. Yo creo que el Distrito, el Estado y la Fundación tienen que pensar que esto no solamente es una fiesta de cuatro días, que ya es lo que nos representa en el mundo. Necesitamos un escenario para El Bando, la coronación. Yo estuve a punto de hacer las llamadas para ver si mi coronación se hacía en el Metropolitano, porque no quería que se quedara tanta gente afuera.
Hay que ponerse las pilas y construir un escenario adecuado para nuestro Carnaval. Además, ojalá la nueva generación se ponga la camiseta y amemos el Carnaval, hay que tener sentido de pertenencia por nuestra fiesta. Hay que hacer una fuerte campaña de cultura ciudadana.
¿Qué se puede hacer para mejorar el Festival de Orquestas?
Yo pienso que se deben respetar los horarios y dejar a un lado los egos. Hay que pensar en Barranquilla y en la gente que pagó la boleta para verlos. Además, si uno se va montar a una tarima a hacer un homenaje a un grande, lo debe hacer apropiado de la canción y con el mayor respeto.
Por Brenda Romero Martínez
