Las operaciones se desarrollarán principalmente en los departamentos de Putumayo y Cundinamarca.
Es momento de dejar atrás los prejuicios. No todos los territorios mineros son sinónimo de destrucción. En muchos casos, estos espacios han sabido convertir sus recursos del subsuelo en oportunidades para su gente.
Este panorama se debe a que se respeta al sector privado, se defiende la libertad de empresa, se elimina la burocracia innecesaria y se envía un mensaje de tranquilidad a los mercados. No se gobierna para saquear sino para administrar y gestionar.
Ojalá la pobreza se pudiera eliminar radicalmente en Colombia, logrando al mismo tiempo una transición energética justa. Probemos gritando todos al unísono la palabra que nos transmitió la cultura romana: ¡Abracadabra! y esperemos cómodamente sentados.
La empresa puso en marcha un plan especial de trabajo y en articulación con las autoridades, para hacer frente a las restricciones operativas surgidas por la alteración del orden público.