Un jefe de Estado representa la voluntad del pueblo, del poder soberano que lo eligió en las urnas y no solo es el líder natural, es la imagen del país, de una nación. Como colombiano, no me siento representado por el señor presidente ni por sus actos y mucho menos con la forma en que viene manejando su cargo.
Filmada en blanco y negro, la cinta nos transporta al París de los años sesenta, cuando la improvisación —tanto en los diálogos como en las decisiones formales— se convirtió en motor creativo.
Barranquilla ya demostró que sabe transformar su infraestructura. El próximo paso es transformar la manera en que vivimos y nos relacionamos en ella. La cultura ciudadana no es un accesorio: es la base para conservar y multiplicar los logros.
De cara a esta fecha simbólica, el llamado no es a rechazar las expresiones de afecto hacia otros, sino a equilibrarlas con un amor sano hacia nosotros mismos. Porque difícilmente podremos ofrecer amistad genuina o un amor sólido si nuestra relación interna está quebrada.
Lo que se haya degenerado hay que regenerarlo, esta vez también en manos de un hombre Caribe, Efraín Cepeda, quien durante su presidencia del Senado bloqueó todas las estupideces que se le ocurrieron a Petro, desde una ilusa constituyente, derrotándolo en todo, así como también lo derrotará en la elección final.