Más impuestos significa menos actividad económica, menos actividad económica significa menos empleo, por ende, más pobreza. El Gobierno parece dispuesto a recorrer esa cadena completa, sin importar el costo social con tal de mantener el poder en el 2026.
La tragedia no está río abajo. La tragedia empieza en casa. La única manera de reducir esta mortandad ambiental es tan simple como separar desde la fuente: bolsa blanca para lo reciclable, bolsa verde para lo orgánico y bolsa negra para lo no aprovechable.
Según la cosmovisión del mundo macondiano, el 2026 es un año de renacimiento, independencia, cambios y nuevo liderazgo. Circularían grandes cantidades de billetes del presupuesto público y de las canecas de la selva. Además, habrá un estallido social ante la estafa política en muchos pueblos que vendieron su voto y les pagaron con billete falso.
Los beneficios de este modelo no solo se ven en términos “económicos” sino también en resultados humanos. Una mejor vía implica menos accidentes en ella, menos trancones, mayor conectividad de regiones marginadas históricamente con el centro del país, menores costos logísticos para los productores y comerciantes de las regiones.
Al traslaparse el crecimiento poblacional con despegue económico se genera el llamado “bono demográfico” que puede durar unas pocas generaciones, durante las cuales disminuye el número de hijos sin que la población haya envejecido mucho. Con menos niños y ancianos dependientes se facilita el ahorro que financia la inversión, ésta el crecimiento económico, el cual a su turno fondea la seguridad social.