El Heraldo
Óscar Pájaro posa sonriente en su vivienda que aúin consevra la fachada original de los años 50. Orlando Amador
Sociedad

Casas por café, el trueque que unió en los 50 a Finlandia con Simón Bolívar

Por iniciativa del entonces presidente Gustavo Rojas Pinilla se importaron casas prefabricadas desde ese país europeo hacia la ciudad de Barranquilla.

Diez mil setenta y cinco kilómetros separan a Colombia de Finlandia. Y aunque pareciera ser una diferencia bastante grande, la realidad indica que ambas naciones han estado unidas desde hace varias décadas atrás.

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Muestra de ello sucedió en la década de los 50 durante el gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla, que intercambió por cargamentos de café unas casas prefabricadas que llegaron desde el país europeo.

En un viaje que atraviesa dos continentes y una distancia que equivaldría a cruzar 3.148 veces el Puente Pumarejo, llegaron a la ciudad de Barranquilla, provenientes de Finlandia, alrededor de 2.700 casas de madera, listas para ser ensambladas.

La llegada de estas casas a lo que hoy se conoce como Barrio Simón Bolívar fue una idea que nació como un proyecto de saneamiento para los habitantes del sector conocido como Zona Negra, actual Rebolo.

Yalmar Vargas, director del departamento de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad del Norte, fue uno de los que lideró la investigación de “Casas por café” para conocer la historia detrás de estas.
El arquitecto aseguró a esta Casa Editorial que “el Instituto de Crédito Territorial tenía un programa de mejoramiento de barrios subnormales en Colombia y había dos barrios en la región Caribe que necesitaban de ese programa. Chambacú en Cartagena y en Barranquilla en la Zona Negra. Gracias a ese programa  Rojas Pinilla contrata estas casas en Finlandia a una empresa que luego de la Segunda Guerra Mundial se dedicó a hacer viviendas para reconstruir todas las ciudades afectadas por la guerra”.

Asimismo, mencionó que aunque el acuerdo describía un total de 2.700 casas, solo llegaron 1.500 a la ciudad. “Descubrimos que entraron por Cartagena, llegaron por mar al puerto de esa ciudad y de allá las trajeron hasta acá por tierra, por eso queremos averiguar si en Cartagena construyeron algunas de estas viviendas.

Rafael Arévalo, es uno de los habitantes del barrio y uno de los primeros en vivir en las casas finlandesas

El hombre mencionó que “las casas las dieron por un valor de cuatro mil pesos y se pagaban veinticinco pesos mensuales”.

Arévalo agregó que “nadie se quería venir para acá, decían que eran ‘casitas de palomas’. Uno estaba acostumbrado a que las casas de Rebolo tenían 30 o 40 metros de fondo y hasta 25 de frente, eran casas inmensas, en cambio acá veíamos un patio de dos o tres metros y la gente se echaba para atrás”.

Viviendas con nostalgia

Óscar Pájaro, llegó a los cinco años al barrio Simón Bolívar, proveniente de Soledad

“Mi mamá aprovechó la oportunidad de que estaban dando estas casitas, que nadie las quería porque le llamaban casas de palomas. Ella aprovechó que se iba para Venezuela y le dejó a mi abuela la tarea de conseguir toda la documentación y se logró en 1958”.

El hombre, aún hoy, 64 años después continúa viviendo en la misma vivienda, que conserva la misma fachada de aquella época. Según explicó Pájaro sigue estando así pues, “esto fue lo que nos dejó nuestra madre. Mi hermano y yo que somos los que la vivimos, la hemos dejado así por amor a lo que nos dejó nuestra madre”.

Sin embargo, explicó que están próximos a tumbar la fachada completamente debido a que “ya se está llenando de comején, hay muchos problemas con el pavimento y se nos mete el arroyo hasta la casa”.

Otro de los que conserva aún su casa, pintada, como si estuviera atrapada en el tiempo, es Wilson Blanco, quien aseguró haber “nacido aquí”, refiriéndose a su casa y a su barrio. 
El hombre, que vive junto a su hermano en la casa, aún preserva todas las particiones originales con las que vino su vivienda.  

“Es lo mejor, es un tesoro para nosotros. Casas como estas ya no se hacen así”.

Por último dijo que ha mantenido su vivienda en el estado original porque “mi mamá dijo que la casa debía permanecer así, esa fue su voluntad y así la mantenemos”.

Una réplica en 2022
Viviendas como estas en Simón Bolívar fueron traídas desde Finlandia. Orlando Amador

Este año la tradicional Cátedra Europa que organiza la Universidad del Norte, que concluyó este viernes, tuvo a Finlandia como país invitado. Es por ello que  para conmemorar la visita de representantes de ese país a Barranquilla se decidió crear una réplica de la fachada de una de estas casas.

Alessandra Meza, docente del departamento de Arquitectura y Urbanismo, estuvo encargada de la creación del frente de la casa. 

En conversación con EL HERALDO mencionó que esta idea nació de una investigación para encontrar la relación entre Finlandia y Colombia desde el punto de vista de la arquitectura.

“Lo que nos llamó la atención es que esas viviendas aún se conservan en el imaginario de la ciudad, de los habitantes que recuerdan ver muchísimas casas de madera en la vía hacia el aeropuerto”.

En ese sentido y guiados por Yalmar Vargas, decidieron crear esta fachada.

“Abordamos el ejercicio desde un punto de vista académico, se involucraron a estudiantes que estaban analizando el tema de residencias para viviendas unifamiliares. Les sirvió como ejercicio práctico para ver en realidad cómo son las dimensiones de una vivienda de pocos metros cuadrados”.

Para poder construir esta estructura se demoraron alrededor de una semana en el ensamblado de las piezas.

 

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