El Heraldo
Sociedad

‘Antioquia tiene mar’, una nueva apuesta del turismo paisa

El territorio antioqueño trabaja por promover el turismo en su costa y por recuperar los territorios que se encuentran más al norte de su ubicación. 

Los dedos delicados de Ruth Herrera Tapias frotan la madera que ha sido cortada en una ración específica para lograr un producto fino y delicado, un cuelga llaves.

Con un cincel de diferentes tamaños, elimina cada rasgo de la corteza que no favorezca y también las partes que pueden representar algún daño para el resto de la pieza de madera.

La playa de Arboletes, municipio de Antioquia, ubicado en la Costa y a tan solo una hora y quince minutos de Montería vía terrestre, provee para Ruth la materia prima de la iniciativa en la que labora: Madera Salada (@madera_salada). 

El nombre proviene del mar y de que toda la madera utilizada en el emprendimiento son de troncos que llegan hasta las orillas de la playa y que de alguna manera obstaculizaban el espacio de los bañistas de la zona. 

“Por nuestra ubicación, el río Atrato y su desembocadura hace que llegue madera en exceso. Aunque es muy difícil recuperar todo lo que llega a nuestra playa, hacemos todo lo posible. Esta es nuestra manera de aportar al proceso de recuperación de las playas y de la ruta turística que apoya la Gobernación de Antioquia de la mano de su Secretaría de Turismo. Ya se ve el cambio, la playa parece otra, es muy poco lo que aún se ve”, afirmó en conversación con EL HERALDO

Dos mujeres más completan el equipo. Su labor se inicia en la orilla de la playa de Arboletes, donde recuperan troncos, los ponen a secar durante mínimo ocho días a temperatura ambiente, sin que les dé la luz solar, y luego de cortar las piezas cada una pasa hasta por diez tipos de lijas diferentes. Con este material se diseñan desde portavasos, hasta mesas y sillas. 

“El último paso es el barniz, no le quitamos esos huequitos o esas imperfecciones, porque valoramos cada detalle, es nuestra esencia y lo que nos hace únicos”.

Por otra parte, allí mismo, en el cálido, muy tranquilo y silencioso Arboletes, se encuentra Salvando Mares, otra iniciativa que también da una segunda oportunidad a los residuos arrojados al mar, en este caso al plástico PET.

“El municipio de Arboletes arroja 1,7 toneladas de basura diariamente, entre aprovechable y orgánico, antes éramos una iniciativa, pero desde enero somos una fundación, porque no solo limpiamos el mar de Arboletes todos los días a las 6:00 a. m., sino que también vamos a playas y afluentes cercanos, porque sabemos que todo va de la mano y que si no limpiamos otros lugares no se avanza mucho”, contó Alejandro Montoya, cofundador de Salvando Mares

Estas dos propuestas trabajan de la mano y son algunos de los factores por los cuales las playas de Antioquia, las segundas más extensas de Colombia, luego de La Guajira, son diferentes, están recuperadas, limpias y disponibles a todo público.

Flor del paraíso es el nombre que lleva el muelle – mirador, que fue inaugurado hace algunos meses atrás. Una obra de 511 m2 que permite que los visitantes caminen hasta llegar a un punto bastante alejado de la orilla y así observar el mar que en múltiples ocasiones su oleaje permite que varias gotas de agua salada aterricen en el rostro de quienes lo visitan. 

Hace casi un año, la Gobernación de Antioquia, de la mano del secretario de Turismo, Sergio Roldán Gutiérrez, se propusieron reactivar y recuperar una zona turística de la Costa Caribe, que para muchos era desconocido. 

‘Antioquia tiene mar’ es la iniciativa que trabaja por tres dimensiones: las oportunidades que da el mar para los territorios, la biodiversidad del ecosistema marino y la cultura para resaltar y ampliar esa visión de la cultura paisa que por años se ha tenido de esa parte de Colombia. 

“El turismo en Antioquia está usualmente asociado a las montañas y ríos, nunca al mar, así que se inicia esta estrategia que busca subrayar el mar de Antioquia, para que se visibilice como destino y a través de esto generar una serie de productos que se puedan empaquetar para ser solventes y mostrarlo a los turistas”, explicó Sergio Roldán Gutiérrez, secretario de Turismo de Antioquia, en un recorrido por las playas de Arboletes, al que fue invitado esta casa editorial.

La gastronomía local es protagonista en la playa.

La estrategia ha contado con la inversión de un poco más de ocho mil millones de pesos en estrategias y obras de reestructuración de playas.

Hasta el momento, la Secretaría, que apenas fue inaugurada hace poco más de un año, planea también campañas de concientización e información que iniciarán con series animadas en las que los niños puedan aprender sobre la extensión costera del territorio antioqueño.

“El Atlántico y Bolívar tienen una capacidad turística muy importante, pero no siempre tiene la capacidad de atender a la capacidad turística, creo que como país es posible que se pueda redistribuir en el territorio de mar y playa todas las estrategias que hay con el turismo. La única manera de generar un turismo responsable y sostenible es trabajar unidos todos los departamentos de la Costa”, sostuvo el funcionario.

El bullerengue también se baila en Antioquia

La belleza que estaba oculta tras múltiples problemáticas que sufrió hace varios años el Urabá antioqueño es visible y ya no la empaña ninguno de los factores que mantenían alejados de la zona a los turistas. 

Los migrantes que llegaban a las playas de Necoclí, uno de los once municipios de la subregión urabeña, hace parte del pasado.

Ahora, una playa muy tranquila, limpia, en muy buen estado y sin nada que envidiar a las del resto de la Costa recibe a propios y turistas en la zona.

La brisa, su arena blanca y una silla de playa se tornan paradisiacos para los bañistas en medio de una temperatura un poco más elevada a lo que se pensaría de Antioquia. 

El bronceado perfecto se puede conseguir y de forma muy económica.

Las playas son abiertas al público, cuentan con restaurantes –bar y una amplia oferta gastronómica a precios muy asequibles, sin dejar a un lado que todos los productos para consumir son completamente frescos, pues resulta de la pesca del día, riqueza del mismo mar. 

Mural representativo del bullerengue de la zona.

Las coloridas calles del municipio se pueden recorrer tranquilamente y en pocos minutos se pueden observar casas adornadas con murales que fueron pintados por un colectivo de 11 artistas locales, con el apoyo de la administración.

Las polleras largas con colores tropicales, turbantes y blusas con arandelas a la altura de los hombros son el atuendo que caracteriza a las matronas y cantadoras que bailan y cantan bullerengue, un sonido propio de la cultura costeña.

Con tambores, coros y coqueteo en medio de la danza demuestran que el arraigo cultural de Necoclí no abandona al sabor de la Costa. Asimismo, como el léxico de los propios, representa dicha fusión. “Somos costeño-paisas”, dice el mototaxista Rangel Méndez, con mucho orgullo, mientras se le escucha mezclar ambos acentos.

Platos como langostinos al ajillo, sierra o corvina frita, arroz de coco, ensalada y patacón suenan a una gastronomía completamente diferente a lo que un colombiano relaciona con la cultura antioqueña. 

“Aquí comemos pescado, bailamos bullerengue, pero también amamos la bandeja paisa, los frijoles, el carriel y el sombrero, el poncho no se usa tanto porque hace mucho calor, pero somos la mezcla de las dos culturas”, sostuvo Rangel.

La directora de Planeación de la Secretaría de Turismo de Antioquia, Yomaira Rosales Quintero, explicó que “este tipo de cultura gastronómica de Antioquia, desconocida para muchos, es una de las apuestas con las que el departamento se prepara para ofrecerles a los turistas la invitación a sus territorios, es por esto que es importante que se conozca no solo lo que se está haciendo en las mejoras en los destinos, sino que se conozca lo que se está haciendo a nivel de infraestructura en todo el territorio”. 

A pocas horas de la Costa

El túnel Guillermo Gaviria Echeverry, o más conocido como el túnel del Toyo, está ubicado a 70 km de Medellín, en el municipio de Giraldo, occidente antioqueño, terminando en el municipio de Cañasgordas.

El objetivo de la megaobra que articula a las vías 4G, específicamente las vías al Mar 1 y 2, es reducir a la mitad del tiempo el traslado entre Antioquia y la Costa. 

“Nosotros confiamos en el proyecto porque no llegaron a imponerse y trabajar, sino que dialogaron con la comunidad, escucharon nuestra necesidad y hoy día llevan varios años trabajando de nuestra mano y todavía el puerto ni siquiera ha iniciado sus obras, por eso estamos confiados con que este y el desarrollo del turismo en nuestra región será un gran avance para comunidades como nosotros”, sostuvo. 

“Donde normalmente podríamos demorar unas 15 horas debido al mal estado de las carreteras, las curvas al borde de las montañas y los derrumbes que se presentan, se reducirá a por lo menos unas seis horas y media, un avance muy importante, que ayuda con el desarrollo del país, ayudando a movilizar las cargas en menos tiempo y a menor costo”, explicó el ingeniero a cargo de la obra.

Puerto Girón tiene esperanzas

A orillas del río León, se encuentra Puerto Girón, un corregimiento de aproximadamente 700 habitantes que pertenece al municipio de Apartadó. 

Aunque tiene entrada por tierra, los pobladores acostumbran a usar las lanchas de motor para movilizarse entre pueblos cercanos.

El sabor del río, la brisa fresca y el pasar de las embarcaciones cargadas al puerto son algunas de las características de este lugar. 

“Somos un territorio lleno de mucha paz y tranquilidad, aquí se respira aire sin contaminación, se come pescado y se guardan las tradiciones ancestrales de nuestros abuelos, es tanta la tranquilidad que contamos con un habitante que tiene 111 años y aún tiene mucha vida por delante”, cuenta una habitante de Puerto Girón

La población tiene sus esperanzas puestas en el desarrollo del nuevo Puerto Antioquia, una megaobra que promete ser la segunda más grande del país, luego del puerto de Buenaventura. 

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