Un primer tiempo sin puntería y un segundo periodo totalmente desdibujado frustraron a Junior en su intento de sumar una victoria ante Millonarios, que terminó ganando 1-0 con un gol en la agonía, en la noche de este miércoles en el estadio Roberto Meléndez, en la jornada 13 de la Liga II.
Los dirigidos por Julio Comesaña, que se estrenaba en el Metropolitano en este décimo ciclo en el club, terminaron escuchando los airados reclamos de su afición que, con otras palabras, pide mayor enjundia y entrega.
La etapa inicial resultó movida y emocionante. Los dos equipos salieron a intercambiar golpes, a jugar de tú a tú, a medir fuerzas sin tantos temores, sin esconderse, sin quemar tiempo.
Junior, a pesar de algunas imprecisiones y titubeos a la hora de salir desde atrás y elaborar jugadas, sobre todo con José Ortiz y César Haydar, fabricó la mayor cantidad de opciones claras de gol, pero Bacca, Sambueza y Pajoy desperdiciaron.
Ninguno de los tres pudo aprovechar las sorpresivas proyecciones y centros venenosos de Wálmer Pacheco, la mejor arma ofensiva de Junior.
Cuando no fue la falta de tiza en los guayos, apareció Juanito Moreno con sus manos y sus pies ahogando el grito de gol. El reemplazo de Álvaro Montero, que se encuentra en la selección Colombia, se mostró atento e impermeable.
Estuvo muy cerca de anotar el cuadro tiburón. Con un poco más de puntería hubiese cantado uno o dos goles ante un Millonarios que también tenía imprecisiones en el medio, pero que metía miedo con Carlos Gómez y sus arrancones y amagues por derecha.
Con Daniel Ruiz intrascendente haciendo taquitos fallidos y dejando escapar la pelota, Gómez fue nítidamente el visitante más desequilibrante y peligroso.
De todas formas, los rojiblancos sufrían más en medio de algunos tartamudeos y falta de confianza para sacar el balón.
Desde la raya técnica, el técnico Julio Comesaña avisaba desesperado que se calmaran y tocaran más la pelota con criterio y seguridad.
Cuando Junior circulaba el esférico con tranquilidad y exactitud, aparecía repentinamente Pacheco brindándole profundidad al equipo.
Sambueza, que se vio muy activo, e Hinestroza, desde su ubicación de lateral, también se conectaron por izquierda y provocaron varios acercamientos sin final feliz.
A Junior, además, de tino le faltó que el árbitro Éder Vergara no se apresurara a cortarle una clara situación de gol al sancionar un penalti al que el VAR le dio reversa después cuando Bacca se disponía a ejecutar. Un papelón increíble del juez central cordobés.
Con la sensación de que Junior debió terminar con ventaja en el marcador, culminó el primer periodo.
Ya en el segundo tiempo, cuando se esperaba que Junior mejorara y fuese más efectivo, su fútbol se empezó a desinflar. Pajoy y Sambueza se apagaron y Julio Comesaña demoró demasiado en sustituirlos.
En general, todo el equipo se movió agotado, disperso y sin ideas. En vez de crecer, disminuyó su rendimiento y recayó en las inseguridades a la hora de salir.
Fueron tan recurrentes las pifias, que Viera optó por sacar largo. Haydar, muy oportuno e intuitivo en los anticipos, erró la ruta de escape.
Millonarios apretó tuercas en la zona posterior y trabajó tranquilo en la segunda parte. Moreno, que había ensuciado y sudado el buzo en la primera parte, se relajó y observó cómo Carlos Gómez seguía dando problemas en el area local y se acercó tres veces con riesgo inminente de gol.
En la última, en la agonía del partido, se fugó desde la mitad de cancha y definió ante Viera, que rechazó el balón. El rebote le quedó a Herazo, que falló resbalándose, pero no Jáder Valencia que anotó. El réferi anuló la acción por un supuesto fuera de lugar que no existió en realidad, y el VAR validó el tanto que encendió más los ánimos de la hinchada rojiblanca.
De nada sirvieron los ingresos tardíos de Cetré, Albornoz y Yesus Cabrera. No encontró más fórmulas de ataque el Junior y se fue masticando la amargura de una derrota que enreda más la misión de recuperar el terreno perdido y lograr la clasificación.