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En Junior soñaban con un triunfo, lo necesitaban, lo pedían a gritos y por fin se les dio. Luchado, trabajado, sufrido, pero llegó… y eso llena de confianza al grupo de jugadores, que el pasado sábado salieron sonrientes del ‘Metro’.

'Darle las gracias a Dios por la victoria, porque hace rato la veníamos buscando y nos era esquiva. Este triunfo nos da esperanzas de seguir en la lucha', dijo Daniel Moreno, que ante Unión entró en la segunda parte y tuvo una actuación bastante aceptable.

'Siempre he tenido la confianza del profe, pero debo reconocer que no venía teniendo buenos partidos. Esta vez sentí que aporté, que ayudé al equipo a lograr este triunfo tan necesitado', agregó.

Los clásicos no se juegan, se ganan, por eso la felicidad en el camerino rojiblanco era doble. No solo se volvió al camino del triunfo luego de cuatros partidos sin ganar —entre Liga y Copa—, sino que se hizo ante el histórico archirrival y en el último minuto, cuando ya Unión se sentía con un punto seguro en el bolsillo.

'Fue un clásico. Hace rato no ganábamos uno de local y esta se logró. Tres puntos importantes para agarrar esa curva ascendente en este tramo final de la Liga. Vamos en la mitad del torneo y siempre es importante sumar de local. Ahora ya debemos pensar en el Cali', manifestó Teófilo Gutiérrez.

'En el primer tiempo mostramos buen fútbol, por ahí nos falta un poco el training para la definición, pero eso lo vamos a ir encontrando con los entrenos, con los partidos, y más cuando uno gana, porque eso le genera confianza al equipo, al grupo, a los compañeros nuevos. Merecíamos el triunfo por todo lo que hicimos durante el partido y la forma como lo hicimos. Unión se echó para atrás, defendieron el cero a muerte, pero al final lo pudimos ganar', agregó el delantero barranquillero de 34 años.

Teo valoró el trabajo de Roberto Peñaloza, asistente que ayer estuvo a cargo del equipo a raíz de la suspensión de dos meses que recae sobre Comesaña. El atacante considera que el equipo respondió al reto de ganar sin la presencia de su técnico en el banco.

'El profe no estuvo en la raya, pero igual el equipo respondió. Aparte ‘Peña’ (Peñaloza) hizo un gran trabajo junto a Grau y la verdad que el equipo sacó eso que tenía que sacar, y demostró la jerarquía que debe tener un equipo grande. Lo más importante fue la forma como hicimos el trabajo, cómo jugamos y las sociedades que hemos creado y que van mejorando', aseguró el currambero.

El que terminó más tocado en lo anímico fue Edder Farías. El delantero venezolano volvió a irse en blanco ante el Unión y ya son nueve partidos (344 minutos) —entre Liga y Copa— sin poder estrenarse como goleador rojiblanco.

'Uno como delantero vive de los goles y lastimosamente a mí no me han llegado, pero sigo trabajando de la misma manera para seguir mejorando y poder marcar', expresó el venezolano de 31 años.

'Pero bueno, Ahora lo importante es que el equipo volvió al triunfo y seguimos en la pelea', concluyó.