Por medio de la Resolución 2015-156962 la Unidad de Víctimas hizo la inscripción formal de la Universidad del Atlántico al registro único de víctimas como sujeto de reparación colectiva en consecuencia de los hechos victimizantes, amenazas, asesinatos, y persecuciones políticas, que se dieron al interior de la institución académica durante finales de la década del 90 y principios del 2000.
Este proceso inició en 2001 con las primeras decisiones de la Defensoría del Pueblo frente a los hechos victimizantes ocurridos en la Uniatlántico y desde 2010 se viene trabajando para el reconocimiento de la afectación colectiva de la comunidad universitaria.
Según lo reconoce la resolución, la universidad fue víctima de una vulneración a su derecho de autonomía universitaria y epicentro de 'desaparición forzada, homicidio, masacre, lesiones personales, tortura, detención arbitraria, secuestro, allanamientos, amenazas, desplazamiento forzado, discriminación y estigmatización'.
El acto de notificación se llevó a cabo en el auditorio de Bellas Artes, y contó con la participación de la directora nacional de la Unidad de Víctimas, Paula Gaviria; el director de la seccional del Atlántico, Alfredo Palencia; el gobernador, Eduardo Verano; la rectora (e) de la Uniatlántico, Rafaela Vos Obeso, y el representante de las víctimas Javier Castro Poveda. Durante el evento, una bandera con los rostros de Darwin Peñaranda, José Saballet, Yuri Martínez y Dreiber Melo, estudiantes muertos en 2006, colgó desde el segundo piso del auditorio hasta la primera fila de asientos.
El evento se inició con la proyección de un video que por medio de titulares de prensa recordaba los asesinatos a los estudiantes y profesores que se vivieron en la universidad de 1997 a 2010. En ese período, según los registros que lleva el Centro de Memoria Histórica de Uniatlántico, se han reconstruido 73 casos de víctimas, 28 de las cuales fueron asesinadas.
Estas cifras las entregó la rectora Vos Obeso durante su intervención, en la que recordó la situación de 'violación sistémica de derechos humanos' que afectó a las organizaciones estudiantiles y sindicales FEU, Juco, Alma Máter, Dignidad Estudiantil, Sintraunicol y AsoCuba, 'todo por ejercer la legítima defensa de la educación pública'.
También rememoró experiencias propias que describió como 'escenas paralizantes' en su vida dentro de la Uniatlántico, 'como cuando dos jóvenes en la sede centro volaron por el aire por una granada, como lo fue también el caso de los jóvenes en la sede norte'.
Primer paso
Para Gaviria, directora nacional de la Unidad de Víctimas, este es un primer paso en el proceso de reparación administrativa de la universidad y significa el reconocimiento de que 'aquí hubo un tiempo donde no hubo autonomía universitaria, donde se afectó ese seno de la democracia que es la universidad. Se presentaron hechos de violencia como el asesinato de estudiantes y profesores'.
Gaviria explicó que esto se enmarca en las medidas de satisfacción que implica un proceso de recuperación de los estamentos universitarios, así como el nombre y la dignificación de la institución. 'Tenemos unas órdenes para reactivar y darle un impulso al comité de derechos humanos de la universidad, eso es una prioridad (...)Y la construcción de un comité de impulso conformado por la misma universidad que liderará las acciones y propondrá las medidas que se van a priorizar para lograr esa reparación', señaló.
El legado de las víctimas
Un momento emotivo del acto se dio posterior a la intervención de Castro Poveda, hijo del docente Alfredo Martón Castro Haydar, asesinado en el 2000.
Castro Poveda hizo un llamado a mantener vivo el legado de los mártires universitarios, tanto docentes como estudiantes y líderes sindicales que fueron víctimas de la 'polarización política y armada que instaló sus raíces al interior de la Universidad del Atlántico'.
Al finalizar, y en medio de los aplausos de auditorio, un grupo de estudiantes que se encontraba en el público empezó a proclamar arengas: 'Porque el que murió peleando vive en cada compañero', decían al unísono. Luego otra estudiante tomó la vocería y mientras pronunciaba los nombres de los 'compañeros Alonso Altamar, Humberto Contreras, Reynaldo Serna, José Luis Martínez y la Organización Alma Máter', el auditorio respondía: 'Presente, presente, presente'.