Un primer derrumbe que cayó hacia la 1:30 de la mañana de ayer no provocó mayor susto entre los vecinos del barrio Los Cedros, frente a la bomba de gasolina, en la avenida Kévin Ángel. Por la tempestad, no les pareció raro lo que ocurrió.
A las 5:30 de la mañana aproximadamente sintieron la tierra temblar, las ventanas de las viviendas vibraron y luego escucharon los golpes de algunas rocas. El deslizamiento ocurrió en una curva, en la que, según los habitantes del sector, es común ver chorrear el agua.
En alerta por el susto salieron y se toparon de frente con la cantidad de tierra, rocas y árboles que taparon la vía. El carro que un vecino estrenó hace un mes quedó aprisionado contra una pared. Otros dos derrumbes más pequeños afectaron la cancha de microfútbol y una calle contigua. Por fortuna, sin lesionados.
Hasta la Universidad Autónoma se registraron dos deslizamientos más, también leves y en donde no resultaron afectados.
CASAS DESTRUIDAS
En el barrio Sierra Morena el panorama era distinto, los deslizamientos provocaron el desalojo de cuatro casas ubicadas detrás de la capilla, en la Avenida Marcelino Palacio. Sus ocupantes corrían para sacar sus enseres mientras que al frente la tierra se seguía desprendiendo.
La Policía acordonó el sitio, mientras que en la parte baja del barrio los vecinos despejaban con palas y baldes la tierra y los escombros que obstaculizaban el paso. Cuatro viviendas se fueron al piso, pero sus ocupantes salieron ilesos. En una cancha se reunieron para que los funcionarios públicos los censaran.
DESALOJADAS
El miércoles en la tarde, el Cuerpo de Bomberos recomendó a tres familias desalojar igual número de viviendas en las escalas que comunican a San Jorge con Los Cedros, sin embargo, solo los ocupantes de una accedieron. Cerca de la Universidad Autónoma se desocuparon dos casas.
CAMBIO CLIMÁTICO
El investigador del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional, Fernando Mejía Fernández, explicó que los 156,2 milímetros de lluvia que se registraron durante cinco horas y media podrían ser consecuencia del cambio climático.
Añadió que en este siglo se registraron cinco aguaceros sobre los 140 mm en Manizales, lo que cae regularmente en un mes invernal en la zona Andina de Colombia. Concluyó que con la emergencia que vive la ciudad se pone al descubierto los graves problemas en el ordenamiento territorial urbano.