El gobierno de Donald Trump evalúa la posibilidad de ejecutar un ataque militar en Venezuela contra objetivos que, según Washington, están siendo utilizados para el tráfico de drogas. Así lo reveló este jueves The Wall Street Journal, citando a funcionarios estadounidenses familiarizados con la discusión interna.
Las fuentes señalaron que entre los blancos identificados figuran puertos, aeropuertos y bases militares controladas por las fuerzas armadas venezolanas, que presuntamente sirven como puntos estratégicos para el contrabando de drogas hacia Estados Unidos.
Aunque Trump aún no ha tomado una decisión definitiva, los ataques aéreos —de concretarse— enviarían un mensaje directo al presidente Nicolás Maduro: que abandone el poder, según el medio estadounidense.
Desde el inicio de su administración, Trump ha prometido frenar el flujo de narcóticos ilegales provenientes de Latinoamérica, responsables de decenas de miles de muertes en Estados Unidos cada año. En ese contexto, ha desplegado un poderío militar sin precedentes en el Caribe, con el objetivo de reforzar las operaciones contra el narcotráfico.
Hasta ahora, la estrategia se ha limitado a la interceptación de embarcaciones sospechosas en el Caribe y el Pacífico oriental. Sin embargo, un ataque aéreo sobre territorio venezolano marcaría una escalada significativa en la política de presión hacia Caracas.
La portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, declaró que “el presidente Trump ha sido claro en su mensaje a Maduro: deje de enviar drogas y criminales a nuestro país”, y aseguró que el exmandatario está dispuesto a usar “todos los recursos legales” para frenar el narcotráfico.
Venezuela, señalada como ‘narcoestado’
El discurso de la administración Trump ha buscado presentar al gobierno de Maduro como el centro de una red criminal. Sin presentar pruebas, funcionarios han descrito a Venezuela como “un centro neurálgico de la actividad terrorista” y han acusado a las fuerzas armadas de operar junto a cárteles de droga.
El secretario de Estado, Marco Rubio, fue más lejos al calificar a Venezuela como “la Al Qaeda del hemisferio occidental”, al afirmar que la operación militar estaría dirigida contra “narcoterroristas”. Por su parte, el senador republicano Rick Scott advirtió que “si yo fuera Maduro, me iría a Rusia o China ahora mismo”.
Preparativos militares en el Caribe
De acuerdo con el reporte de The Wall Street Journal, Estados Unidos ha movilizado el portaaviones más avanzado de su flota junto con destructores equipados con misiles Tomahawk, cazas F/A-18 Super Hornet y aeronaves de guerra electrónica.
En las últimas semanas, se han realizado vuelos de bombarderos B-52 y B-1 cerca de la costa venezolana, como parte de misiones destinadas a evaluar las defensas antiaéreas del país.
Trump también confirmó que autorizó a la CIA a realizar operaciones encubiertas en Venezuela, aunque evitó precisar si el objetivo incluye un cambio de régimen.
La reacción de Venezuela
El presidente Nicolás Maduro respondió afirmando que Venezuela posee alrededor de 5.000 misiles tierra-aire portátiles Igla-S de fabricación rusa, desplegados para defender el espacio aéreo. “Cualquier fuerza militar del mundo conoce el poder del Igla-S, y Venezuela cuenta con no menos de 5.000 de ellos para garantizar la paz y la estabilidad”, aseguró el mandatario.
Expertos en defensa citados por el diario estadounidense indicaron que las fuerzas venezolanas disponen además de sistemas S-300 rusos, capaces de detectar y derribar aeronaves militares.


