Al-Waleed bin Khaled bin Talal Al Saud, llamado por muchos como el “Príncipe Durmiente”, falleció el pasado 19 de julio en Arabia Saudita después de permanecer 19 años en coma, consecuencia de un accidente ocurrido cuando apenas tenía 15 años.
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Su padre, el príncipe Khaled bin Talal Al Saud, confirmó la noticia en redes sociales con un mensaje en árabe en el que expresó su tristeza y se encomendó a la voluntad divina: “Con el corazón lleno de fe en el decreto de Alá, y con profundo pesar, despedimos a nuestro amado hijo”.
Al-Waleed nació en abril de 1990 y era conocido con el apodo familiar de “Dede”. En 2005, mientras estudiaba en una academia militar en Londres, sufrió un grave accidente automovilístico que le provocó severas lesiones cerebrales y hemorragias internas. Desde entonces, permaneció en estado de coma.
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Tras ser estabilizado, fue trasladado a la Ciudad Médica Rey Abdulaziz en Riad, donde permaneció internado bajo soporte vital por decisión de su padre, quien durante todos estos años mantuvo la esperanza de que su hijo despertara algún día. Aunque en ciertas ocasiones se reportaron leves movimientos, nunca hubo señales de una recuperación neurológica significativa.
Durante estas dos décadas, su familia estuvo presente constantemente. Su padre decoraba su habitación en fechas especiales y compartía actualizaciones sobre su estado de salud, convirtiendo al joven príncipe en un símbolo de perseverancia y fe para muchos en el país.
El príncipe Khaled compartió una imagen en blanco y negro de su hijo tras anunciar su muerte, y confirmó que el funeral se llevará a cabo el domingo 20 de julio.