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Medio ambiente

Las amenazas que rodean a los Parques Nacionales del Caribe

Un informe de Parques Nacionales Cómo Vamos reveló los grandes problemas que afronta la región Caribe a raíz del constante daño a sus ecosistemas.

Los Parques Nacionales de la región Caribe colombiana, que cuentan con la mayor diversidad del país, se encuentran en alerta roja. La deforestación, la minería ilegal, los cultivos de coca y los daños constantes del hombre a los distintos ecosistemas de estos pulmones de la nación, han abierto una profunda y grave herida que, de no ser tratada con inmediatez y precisión, terminará incidiendo de manera directa o indirecta en el recrudecimiento de los fenómenos climáticos actuales.

Palabras más, palabras menos, cada día hará más calor en la Costa Atlántica, se descongelarían los glaciares de la Sierra Nevada de Santa Marta y se agudizarían las emergencias por las temporadas invernales, especialmente, en regiones como La Mojana, entre otros. Habría más inundaciones, más desbordamiento de ríos, más lluvias torrenciales y los termómetros marcarían una temperatura más sofocante con relación al mes pasado.

Lo anterior quedó reflejado, entre otros indicadores, en el informe de Parques Nacionales Cómo Vamos (Pncv), el cual determinó que 45 de los 59 Parques Nacionales Naturales (PNN) del país tienen algún grado de amenaza en sus ecosistemas, siendo los  14 parques del Caribe los que reflejan mayor afectación.

Según el informe, la Sierra Nevada de Santa Marta tiene en la actualidad algún grado de amenaza en ocho de los 18 ecosistemas que posee. Cinco están marcados como vulnerables, uno está en peligro y dos están en peligro crítico. Esto, teniendo en cuenta que es uno de los parques más diversos y ricos de Colombia, generaría un devastador efecto en toda la región y el país si no se toman medidas urgentes de cambio, según Sandra Vilardy, directora de Pncv.

En la Sierra Nevada, además, han sido deforestadas 124 hectáreas, de las cuales, al menos, cuatro serían para la siembra de cultivos ilícitos como la coca.

Por otro lado, la Ciénaga Grande de Santa Marta presenta cuatro de sus 10 ecosistemas en peligro y 38 áreas deforestadas.

“El Caribe, lamentablemente, es la región con mayor degradación de sus ecosistemas más allá de los parques nacionales. Hemos deforestado la mayor parte del territorio y los ecosistemas acuáticos, las ciénagas y los ríos han sido bastante deteriorados y esto nos ha puesto en una gran vulnerabilidad por la problemática climática que se va a presentar en el país”, explicó Vilardy.

“La deforestación, además, trae una perdida de diversidad genética. Dentro de los bosques las semillas de las diferentes especies se han ido perdiendo y esto es malo porque estas semillas ayudarían a la restauración y la recuperación de los ecosistemas. Estamos perdiendo superficie y diversidad genética”, agregó.

Vilardy explicó que el daño continuo al que está siendo sometida la Sierra Nevada de Santa Marta tendrá repercusiones graves en los años siguientes para todo el país, sobre todo en la mayoría de los departamentos en la región.

“El problema es que en la región Caribe los ecosistemas se han deteriorado de una manera tan grande. Como hemos ido canalizado y rellenando al servicio de ecosistema de regulación hídrica se han presentado las tragedias que están pasando hoy en día. Pasa lo de la Mojana, lo que hemos visto en Santa Marta y Taganga y el desbordamiento de los ríos de las zonas bajas de la Sierra tienen que ver con la pérdida de la regulación hidrológica que cumplen los bosques y los humedales. Seguimos creando mayor vulnerabilidad. Nuestros parques no solo sirven para regular el tema de las aguas, sino también para sostener la ganadería en sitios tan importantes como Córdoba, Valledupar y La Guajira”, precisó Vilardy.

Además de la afectación de la flora, el continuo daño en los parques nacionales del país ha ocasionado que cada vez sean más los animales que estén en peligro de extinción.

Factor social

Según el informe, en los Parques Nacionales Naturales del país viven alrededor de 22.300 personas con diversidad de condiciones étnicas y sociales, y en su interior hay 17.634 unidades productivas agropecuarias; sin embargo, la información al respecto sigue siendo limitada, muy poco frecuente, reduciendo la precisión en análisis y recomendaciones.

El análisis revela que el 63% de los habitantes de los Parques Nacionales viven en la pobreza. De igual manera la incidencia de pobreza multidimensional en  los contextos municipales, en promedio, es de 51,4% y es más persistente en los contextos de los parques de tierras bajas y altas temperaturas.

Esta brecha social, al final del día, genera que los habitantes de estas zonas del país busquen, entre otras cosas, ganarse unos pesos con la caza ilegal, como sucedió en la Ciénaga Grande tras la muerte de un manatí, o con la minería ilegal, deforestación y el uso del suelo para cultivar coca.

Paramillo, que se encuentra entre la región Caribe y Antioquia, es el parque que mayor número de hectáreas de cultivo de droga posee (1.786). Además, tiene 452 hectáreas deforestadas y reporta 6.719 casos de desplazamiento forzado y 14 víctimas de atentados terroristas.

Le sigue la Sierra Nevada con 1.478 personas afectadas por el conflicto armado, el Corchal, con 511, Corales del Rosario y el Tayrona con 343.

Precisamente el Parque Tayrona es una de las zonas con mayor daño al reportar 4 ecosistemas, de los 12 que posee, en algún grado de peligro, de los cuales tres son críticos.

“El Estado debe enfrentar de manera estratégica a las empresas criminales que impulsan la deforestación, los cultivos ilícitos y la minería ilegal, que afectan a varios de los Parques Nacionales Naturales del país. Existen procesos muy dinámicos y en aumento, hay procesos crónicos en algunos parques, pero también hay procesos incipientes, que deben ser gestionados de manera diferencial. Las acciones deben ir acompañadas de procesos para definir acuerdos con los pobladores locales que se ven involucrados en estos fenómenos, debido al poder de los determinadores de las acciones criminales”, explicaron desde Pncv.

En la actualidad, según el informe de Pncv, Macuira es el parque nacional natural de Colombia con mayor número de habitantes (1.290), seguido de Los Flamencos (772), Paramillo (665) e Isla Salamanca (550).

Por último, Sandra Vilardy explicó que para la conservación de todas estas zonas es necesario un trabajo articulado entre todas las partes paras llegar a un mejor puerto y, de esta manera, contribuir al sostenimiento ambiental de Colombia

“La conservación genera múltiples beneficios a la sociedad, es necesario avanzar en la identificación y valoración integral de sus contribuciones al bienestar humano y a la economía local, regional y nacional. Resolver preguntas como cuánto contribuye a la producción ganadera la regulación del agua en los Parques Nacionales o cuánto contribuyen los parques a la polinización de los cultivos agroindustriales aledaños, puede ser una oportunidad para identificar otros ingresos y promover dinámicas económicas, que reconozcan la ecodependencia y la conservación sea la base para generar valor”, concluyó.

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