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El Santuario de Fauna Acandí, Playón y Playona, un área protegida de más de 13.000 hectáreas en el Caribe colombiano, enfrenta una grave amenaza ecológica debido a la presencia creciente de sargazo (Sargassum), una macroalga marina que ha comenzado a invadir sus costas.

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En los últimos años, esta situación se ha vuelto especialmente evidente en las playas de Capurganá, donde el sargazo está generando serias alteraciones en el equilibrio ecológico y social de la región. La acumulación de estas algas crea sombras que bloquean la luz solar, lo que acelera la muerte de los corales. Además, su presencia en el agua puede causar irritaciones en la piel de los turistas y dificultar las labores de pesca artesanal.

Cortesía Cocomanorte

Uno de los impactos más preocupantes es el que sufre la fauna marina, especialmente las tortugas caná y carey, especies clave para la conservación en el Caribe. Las grandes acumulaciones de sargazo —que en algunas zonas superan los 50 cm de altura— están actuando como barreras físicas que impiden el acceso de estas tortugas a sus sitios tradicionales de anidación. Se estima que más del 60% de las áreas de desove podrían estar actualmente afectadas.

Cortesía Cocomanorte

La remoción del sargazo es una tarea que requiere el esfuerzo conjunto de las comunidades locales, el apoyo del gobierno y la colaboración de organizaciones ambientales. Esta situación representa una alerta vigente y creciente, que se prevé se repetirá en el futuro cercano, por lo que es urgente implementar medidas de manejo y mitigación efectivas para proteger este ecosistema único.