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Planta de Eternit en Barranquilla.
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Eternit encuentra su evolución en la economía circular

Eternit, con tres plantas en Colombia, una de estas en Barranquilla, donde suman 74 años de operación, anunció que continua el proceso de transformación interior de los procesos y de su imagen y logo corporativo.

Steve Evans, director de investigación del Instituto de Sostenibilidad Industrial de la Universidad de Cambridge, invita a los empresarios del mundo a preguntarse cuál es el valor de los desechos. Un buen uso de estos –señala Evans– puede generar valor, ahorrar costos a una organización en sus materias, duplicar sus ingresos, incrementar su rentabilidad, maximizar el uso de recursos y satisfacer los clientes. 

Eternit, con tres plantas en Colombia, una de estas en Barranquilla, donde suman 74 años de operación, anunció que continua el proceso de transformación interior de los procesos y de su imagen y logo corporativo. 

La compañía industrial tiene 77 años de vida empresarial y ofrece productos para el sector de la construcción. La organización está en el tren de la economía circular, cuyo pilar sostienen la eficiencia, la innovación, el valor, la tecnología y los sistemas, según Steve Evans.

Miguel Rangel Galvis, presidente de Eternit, indica que desde hace dos años, la planta de Barranquilla fabrica techos de polipropileno, que cuenta con materia prima proveniente en un 65% material reciclable. En la planta trabajan 250 personas, se han generado 20 nuevos puestos y tienen una producción de 24.000 toneladas al año.

Explica el directivo que a partir de empaques, envolturas plásticas y desechos trabajan la peletización del plástico (comprimir un material en la forma de una bolita), y con estas fabrican techos desde hace dos años en Barranquilla. La compra de este material la contratan con proveedores que hacen la labor de la recolección
La conversión reafirma la apuesta por tecnologías en sistemas de cubiertas térmicas, polipropileno y PVC.

“La compañía está orientada a lo sostenible, el desarrollo de productos que tengan vida circular. La huella de carbono es uno de los compromisos que ha asumido la compañía con el buen uso del agua, cero vertimientos, los desechos vuelven al proceso. La fabricación de la teja de fibrocemento usaba celulosa virgen que se extrae de árboles, ahora lo que decidimos es reemplazar la celulosa que puede venir de bolsas de cemento reutilizadas, desperdicios en procesos productivos, de cartón que se recicla. Es una estrategia para ser más sostenible y ser más amigo con el medio ambiente”. 

SISTEMAS DE EDIFICACIÓN. La construcción sigue en terreno negativo en el año corrido y con una variación del tercer trimestre de este año (-2,6%), aunque el subsector de edificaciones mejoró sin la misma velocidad que el tercer trimestre de 2018 (5,8%). A este indicador se le sumó la aprobación de la ley antiasbesto que también golpeó a compañías como Eternit, que asumió el giro para mantenerse en el mercado. “Estamos fuera del asbesto desde el 2017 y desde el 2015 estamos haciendo todo el proceso de reconversión industrial”, asegura Miguel Rangel. 

La planta de Yumbo, Valle del Cauca también pasó por la transformación, y allí pasaron de fabricar techos ondulados a placas planas que tienen despachos desde Bogotá hacia Ecuador, Perú y Bolivia.

Este tipo de productos son estructuras que se utilizan para la construcción liviana, fachadas, muros interiores, en zonas húmedas, cocinas, baños y divisiones. La empresa interpretó que era una tendencia de crecimiento hacia sistemas livianos o construcción en seco. “Como sabemos que las ciudades están creciendo con edificaciones verticales, con menos techos, se generó una dinámica fuerte hacia el sistema liviano que ofrece ventajas en acústica y control de temperatura”, explica Miguel Rangel.

La planta de Yumbo pasó de una capacidad de 6.000 toneladas mensuales a 72.000 al año, y junto a la de Barranquilla, tendrá que aportar a un crecimiento para la demanda de sistema liviano. 

“Ampliar esa capacidad lo que nos permite también es tener más disponibilidad de producto para el Caribe. Estamos creciendo de una manera importante hacia mercados de exportación y somos fuertes en Panamá”, indica Miguel Rangel.  

Estos sistemas livianos en Suramérica tienen a Chile como uno de sus grandes promotores debido a que es un país de alta sísmica. En el país austral en promedio el uso del sistema es de 3 metros cuadrados por habitante. Colombia no alcanza aún el metro cuadrado per cápita, en Estados Unidos es de 14 metros cuadrados por habitante, en Europa está arriba de 7 metros cuadrados, indica Rangel. “Son tendencias y eso lo que muestra es que todavía hay una oportunidad en Colombia”.

Otro de los beneficios que permite a los constructores –dice el presidente de Eternit– es que es 50% más rápido y su peso es menor en un 33%, frente al 100% del sistema tradicional de construcción.

“Sabemos que no hay producto que dure más que el de las tejas de cemento ni aún todas las nuevas tecnologías que la superan. Estamos en un proceso, en una curva de aprendizaje, lo que estamos es promoviendo que con los nuevos techos de plásticos hay unas prestaciones increíbles”, afirma Rangel.  

Miguel Rangel Galvis, presidente de Eternit
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