El cobro de $3 millones que prestó a mediados del año pasado derivó en una cadena de amenazas que llegaron a dejarle por escrito a un lado de la puerta de su casa, en la pared, debajo del timbre. Redactado con marcador, el primer mensaje decía: paga. A la semana siguiente, el tono fue más agresivo: paga, malp…
A este habitante del sector El Prado, en el norte de Barranquilla, incumplir el pago de la deuda le salió literalmente ‘barato’, pues otras personas pierden electrodomésticos, vehículos, joyas, casas y hasta la vida.
Esa es la realidad del negocio ilegal que en esta ciudad y la costa Caribe colombiana lo denominan ‘cobradiario’, ‘prestadiario’ o ‘pagadiario’. En otras regiones le dicen ‘gota a gota’.
'Es un fenómeno social que impacta de manera clandestina la seguridad. El que inicia ese préstamo se convierte fácilmente en víctima o victimario', asegura el general Mariano Botero Coy, comandante de la Policía Metropolitana, en visita a EL HERALDO.