Uno de los más comunes es el crédito educativo, con programas del Icetex que ofrecen préstamos con tasas subsidiadas y períodos de gracia para comenzar a pagar después de graduarse. Además, muchas universidades brindan planes de financiación propios y becas internas, dirigidas a estudiantes con buen rendimiento o bajos ingresos.
Las becas son otra vía clave. Iniciativas como Ser Pilo Paga y las Becas de Excelencia, así como apoyos universitarios, permiten cubrir matrícula, libros y otros gastos. Estas pueden otorgarse por mérito académico, necesidad económica o programas específicos.
En la región Caribe
El Caribe colombiano también ha avanzado en este frente. Ciudades como Barranquilla, Cartagena y Santa Marta acceden a créditos educativos con condiciones flexibles gracias al Icetex. Además, el programa “Puedo Estudiar”, impulsado por la Política de Gratuidad del Gobierno Nacional, benefició en 2024-2 a 146.188 estudiantes con matrícula gratuita, gracias a una inversión de 154.189 millones de pesos.
Los departamentos con más beneficiarios fueron Cesar (26.406), Bolívar (26.154), Magdalena (23.611), Atlántico (22.410), Córdoba (20.705), La Guajira (16.595), Sucre (9.686) y San Andrés (618).
Otras alternativas
Además del sector público, existen instituciones financieras privadas y empresas que ofrecen créditos educativos y becas corporativas, muchas veces enfocadas en áreas específicas o comunidades vulnerables.
Pese a los avances, siguen existiendo desafíos como el acceso limitado a algunos apoyos o las cargas económicas asociadas. Sin embargo, las reformas recientes buscan mejorar la equidad y ampliar las oportunidades para todos.
Hoy más que nunca, informarse sobre las opciones disponibles es clave para garantizar una educación superior de calidad y al alcance de todos.