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Con más de 14 años apostándole a la educación 100% virtual, el Politécnico Grancolombiano continúa cerrando brechas en el acceso a la educación superior en Colombia, especialmente en la región Caribe, donde su impacto se consolida con más de 4.000 estudiantes activos. Esta apuesta no es nueva, pero sí profundamente transformadora: ha permitido que jóvenes y adultos de municipios distantes, alejados del casco urbano de las grandes ciudades de la Costa, accedan a una formación de calidad sin tener que abandonar sus territorios.

“El acceso a la educación no puede seguir siendo un privilegio limitado por la geografía. La tecnología es hoy el gran democratizador. No se trata solo de trasladar el salón de clases a una videollamada, sino de construir modelos pedagógicos que funcionen y que transformen vidas”, afirmó Juan Fernando Montañez, rector del Politécnico Grancolombiano.

Educación para construir país

Con más de 60 programas entre pregrados, posgrados y educación continua, el Poli ofrece carreras como Derecho, Psicología, Ingeniería de Sistemas y varias Licenciaturas, todas en modalidad 100% virtual. Esta oferta ha permitido que miles de estudiantes accedan a la educación desde lugares como La Guajira, el sur de Bolívar, el Magdalena y otras zonas con limitaciones de infraestructura física para la educación superior.

El rector Montañez subraya que el 93% de los estudiantes del Poli pertenecen a los estratos 1, 2 y 3: “Eso es construir país. Es permitir que una mujer, que vive a varias horas de distancia de una ciudad principal de la Costa, pueda estudiar una licenciatura sin abandonar su comunidad ni desarraigarse”.

La institución promueve una formación centrada en el ser humano y la transformación social. “No me interesa solo formar abogados, sino buenos seres humanos. Porque lo que necesita Colombia es reconciliación, inclusión y oportunidades”, explicó Montañez.

En ese sentido, la institución también trabaja de la mano con el sector empresarial, brindando orientación al emprendimiento, oportunidades de prácticas profesionales y acompañamiento en empleabilidad. “Hoy es posible trabajar para una empresa en Europa desde Barranquilla. La educación virtual abre esas puertas y nos conecta con el mundo”, afirmó.

Impacto social en educación

La modalidad virtual ha tenido un efecto significativo en comunidades indígenas e insulares del país. El Poli ha instalado centros de conectividad en territorios como Kankawarwa, en la Sierra Nevada de Santa Marta, donde miembros de la comunidad indígena arhuaca acceden a formación profesional desde su propio entorno cultural.

“Tenemos estudiantes wayuu, arhuacos, y probablemente somos la institución con más impacto en San Andrés. No estamos llevando solo educación, estamos sembrando esperanza y capacidad de autogestión”, resaltó el rector.

Uno de los casos más inspiradores es el de Chelmis Yurai Manosalva, líder educativa de la comunidad Kankawarwa, quien se graduó como licenciada en Primera Infancia y está a punto de finalizar su maestría en Innovación Pedagógica. “Hoy es un referente para su comunidad. Eso es transformación real”, destacó.

Un modelo adaptado a cada estudiante

El Poli ha desarrollado una plataforma pedagógica flexible, basada en simuladores, videojuegos, podcasts, video resúmenes y contenidos interactivos que se adaptan al estilo y ritmo de aprendizaje de cada estudiante. “No todos aprendemos igual, y la virtualidad bien hecha reconoce esa diversidad”, explicó Montañez.

El fortalecimiento de la modalidad virtual en el Caribe se reflejó recientemente en las ceremonias regionales de grado celebradas en Barranquilla, donde 126 nuevos profesionales y posgraduados recibieron sus títulos. “Hoy el Poli le da la oportunidad a quienes antes no la tenían. Eso es hacer país. Porque construir país nos emociona”, concluyó Montañez.