El Editorial | Evitar el contagio
Debemos tener claro que aunque hayamos dejado atrás el pico de la pandemia el letal virus sigue ahí, esperando por una oportunidad para arremeter.
Barranquilla mantiene una sostenida mejora en el número de casos y muertes por Covid-19: 62 contagios y 3 decesos, según el reporte de este lunes 31 de agosto. Un 90% de los 36 mil pacientes positivos ya se recuperaron y la ocupación de UCI en la red pública y privada es del 49%, 20% por el virus y 29% por otras patologías. Bajo este panorama arranca hoy la nueva fase de aislamiento selectivo, en la que el riesgo más significativo lo asumirán aquellas personas temerarias que pequen por exceso de confianza.
Es un momento crucial en el que debemos tener claro que aunque hayamos dejado atrás el pico de la pandemia el letal virus sigue ahí, agazapado y esperando por una oportunidad para arremeter, como lo demostró durante la etapa más dura de esta inédita crisis sanitaria en la que murieron más 1.500 habitantes de la ciudad. Sin una vacuna segura y eficaz, no se debe perder de vista la amenaza latente de un contagio o lo que es peor, de un rebrote que obligue a un nuevo confinamiento con catastróficas consecuencias para la prestación de los servicios de salud, la sanidad mental de las personas y la reactivación de la economía, que empezó a mostrar señales de recuperación.
En un escenario complejo en el que casi todo está permitido, pero nadie se encuentra a salvo, el Distrito es enfático en advertir que quedan prohibidas las reuniones sociales en inmuebles públicos y privados, salones sociales y áreas comunes de propiedad horizontal. Las fiestas, las rumbas, celebraciones y otros eventos, que a muchos no nos dejaron dormir durante el fin de semana, amenazan con convertirse en focos de propagación del virus, probablemente con la misma intensidad y virulencia como ocurrió a mediados de año. Son espacios de comprobada exposición al contagio en los que, por una marcada interacción social, las personas relajan las medidas de protección y el distanciamiento.
Aunque en Barranquilla los indicadores sean realmente favorables, esto no significa que no se pueda producir una segunda ola del virus. Evitar el contagio depende, desde hoy, de cada ciudadano que tendrá que ser lo más estratégico posible en la aplicación de las medidas. ¿Cuáles se preguntará usted, si ya ni siquiera hay ‘pico y cédula’? Las de siempre: uso obligatorio del tapabocas, lavado permanente de manos y distanciamiento físico. Miles de personas que llevan meses en las calles por razones laborales incorporaron estas rutinas a su diario quehacer mitigando el riesgo de contraer la infección. Nunca tuvieron una opción distinta que aprender a convivir con el virus actuando con responsabilidad individual y colectiva para no resultar contagiado ni contagiar a su entorno más cercano. Es la actitud correcta, antes, ahora y mientras dure esta pandemia.
La Alcaldía de Barranquilla puso en marcha una campaña que convoca a los ciudadanos a no relajarse en esta nueva fase en la que se permite, sin ningún tipo de restricción, la circulación de personas y vehículos. El Distrito debe mantener diálogo permanente con los líderes comunitarios de todas las localidades, así como con representantes de sectores sociales, empresariales, académicos e institucionales para desarrollar estrategias conjuntas que dinamicen la ciudad sin abandonar el cumplimiento de las normas de bioseguridad garantes de la recuperación de la economía y la generación de empleo.
Establecimientos y locales comerciales, excepto discotecas, bares, tabernas, clubes nocturnos y lugares de baile – cuyas actividades siguen suspendidas – tienen que asumir un mayor compromiso para exigir con transparencia el acatamiento de las medidas sanitarias entre sus clientes y usuarios, entre ellas el control del aforo que no puede superar el 50% de su capacidad y el uso del tapabocas.
Determinante que cada usuario de Transmetro se concientice sobre el aumento de la demanda del servicio que podría crecer un 5%. Se recomienda anticipar la llegada a las estaciones en horas pico, al menos hasta que el Gobierno nacional amplíe la capacidad del sistema porque el tiempo de espera, que había aumentado, podría ser aún mayor por la alta afluencia. La reactivación de las operaciones aéreas y terrestres demanda nuevos tiempos de arribo a aeropuertos y terminales donde se exigirá la aplicación de protocolos de bioseguridad. La ´nueva realidad´ que llegó para quedarse.
Que nadie baje la guardia, especialmente los caminantes de la salud del Distrito. Hay que seguir realizando pruebas para detectar casos, rastrear y aislar contagios sin excepción y ubicar a adultos mayores. Todos unidos contra el virus: un reto común para alcanzar el máximo beneficio posible de este esfuerzo en el que la meta es evitar el contagio.
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