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Este desafío de colosales proporciones contra un enemigo desconocido y extremadamente peligroso, como el coronavirus, exige una respuesta descomunal de la sociedad barranquillera.

Barranquilla conmemora hoy sus 207 años afrontando un momento complejo e incierto. Una etapa difícil y hasta dolorosa, desencadenada por una emergencia sanitaria, social y económica sin precedentes en el mundo, que pone a prueba el liderazgo de sus autoridades y la cohesión de sus ciudadanos llamados a cerrar filas – espalda contra espalda – en la defensa de los valores que han hecho grande a esta tierra clavada en el corazón del Caribe colombiano.

Este desafío de colosales proporciones contra un enemigo desconocido y extremadamente peligroso exige una respuesta descomunal de la sociedad barranquillera que, sin ningún distingo, sea capaz de demostrar unidad para darle pelea y derrotarlo usando como principales recursos la solidaridad y la responsabilidad.

Esta crisis es una oportunidad para demostrar el coraje, la valentía y la fortaleza de un pueblo que sabe reír con desparpajo y franqueza, gozar en paz y armonía y divertirse con tal intensidad como si fuera la primera, la única y la última vez que lo hiciera. Así lo demuestra, año tras año, desbordando alegría en su Carnaval de mil colores, tradiciones y folclor, en el que decenas de miles de personas se congregan para disfrutar y compartir en sana convivencia, dando lecciones de tolerancia colectiva y respeto mutuo.

La gente barranquillera, leal y apasionada, ama y sufre como pocas, pero nunca abandona. Rodea a su Junior del Alma, a Papá, y vive por él y para él, sintiendo como propios sus triunfos y derrotas y soñando, con ilusión y devoción inconmensurables, que este año sí volverá a dar la vuelta olímpica en el Coloso de la Ciudadela porque el Tiburón se lo merece todo.

Barranquilla es cultura, música, literatura, cine, danza, pintura, teatro... Son incalculables las expresiones artísticas surgidas del talento de los nacidos en esta esquina del Caribe, verdaderos íconos en sus saberes y quehaceres que en distintas épocas han marcado tendencias a través de sus obras en las que han logrado recrear sus ideales, creencias y puntos de vista.

Toda esa fuerza, esa pasión sin límites, ese ardor que entusiasma y une a los barranquilleros y que articula a cada ciudadano con su tierra con ejemplarizante ímpetu y vehemencia, es la que hoy debe inspirar para seguir en pie frente a la adversidad que golpea en tiempos de la pandemia.

No es tiempo de dejar que el miedo venza o la incertidumbre paralice. No habrá mejor día que este 7 de abril de 2020 para agitar nuestra bandera con infinito orgullo y vestir los hogares de la ciudad con sus colores. Hoy es el día de la esperanza y de la fortaleza, de la coherencia y la confianza, de aguantar y adaptarse, porque este virus no le ganará a Barranquilla, no doblegará a su gente trabajadora, alegre, honesta y comprometida que saldrá victoriosa de este trance, que no es más que un paréntesis en sus vidas.

Avanzar en medio de esta crisis demanda dar ejemplo de solidaridad con los más vulnerables para que no se sientan abandonados y exige actuar con responsabilidad frente a las medidas que invitan a cuidar los unos de los otros con entrega y sacrificio. Es una inaplazable tarea de humanidad y civismo para recuperar el valor del esfuerzo colectivo y pasar la página de la indiferencia, los egoísmos y la banalidad rampante. Tremendo reto que permitirá consolidar una Barranquilla más unida y protectora en la que prime el bienestar común.

Esta es una conmemoración inusual, todo lo es ahora y se requiere serenidad, disciplina y paciencia para afrontar la actual coyuntura, pero que no se pierda la vitalidad y las ganas de seguir adelante. El mundo está reescribiendo su historia, y cuando esto pase habrá motivos de sobra para celebrar sintiendo el abrazo del Río en el Malecón, bailando y cantando en las esquinas rumberas o compartiendo con los amigos en el bordillo durante las noches de luna bonita.

¡Resiste Barranquilla, lo mejor está por venir. Feliz cumpleaños!

PD: Gratitud a los héroes de esta crisis que, además de los profesionales de la salud, son los choferes de transporte público, el personal de limpieza, los conductores de ambulancias y los cajeros de supermercados, entre muchos otros. Ustedes son protagonistas hoy en EL HERALDO.