Además de ser reconocido como uno de los mejores spots del mundo para la práctica de deportes náuticos, la playa de Salinas del Rey marca un hito sin precedentes al convertirse en la primera del departamento del Atlántico en recibir la certificación de Bandera Azul.
Este es un reconocimiento global que se otorga a aquellos destinos que adoptan prácticas sostenibles en turismo y demuestran excelencia en aspectos como la calidad del agua, la seguridad, la educación ambiental y el manejo responsable del entorno.
Esta distinción no es fruto de la casualidad. En los últimos años, el departamento ha impulsado un proceso de transformación costera que no ha estado exento de tropiezos, pero ya empieza a tener resultados visibles.
Se trata de una política pública que ha respondido a un clamor histórico y ha permitido que los balnearios del departamento tengan una nueva cara a través del mejoramiento de la infraestructura, la inclusión de actividades comunitarias y la protección del entorno natural.
En este punto del municipio de Juan de Acosta se han realizado inversiones para mejorar la prestación de servicios para los cientos de deportistas que llegan atraídos por sus condiciones propicias para la práctica de deportes náuticos.
Esta acreditación refuerza la reputación de este destino ante visitantes de índole nacional e internacional, lo que permitirá dinamizar la economía local, fortalecer la confianza en la gestión costera y posicionar al departamento dentro de una red mundial de playas que operan bajo estándares de clase internacional.
Y así lo ha visionado el gobernador Eduardo Verano, quien recibió en Bogotá la distinción durante una ceremonia liderada por la Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Acodal), operador nacional de Blue Flag y Green Key, programas pertenecientes a la Foundation for Environmental Education (FEE), por sus siglas en inglés.
“Obtener la certificación de Bandera Azul nos permitirá competir con los destinos de mayor calidad del mundo. Es una apuesta por un turismo responsable, por playas limpias, seguras y con servicios de alto estándar”, aseguró.
Es de anotar que la certificación abarca un kilómetro de frente costero; de esa extensión, 360 metros se encuentran zonificados para el uso seguro de bañistas y deportistas, con accesos, señalización y protocolos definidos según los criterios internacionales del programa.
Con esta distinción, Salinas del Rey se convierte en la décima playa del país en recibir el sello, sumándose al selecto grupo conformado por Playa Azul de La Boquilla, en Cartagena; Playa Blanca, en Santa Marta; y Johnny Cay, en San Andrés, entre otras.
Esta certificación afianza un esfuerzo institucional cuyo impacto empieza a hacerse visible y que, de mantenerse en el tiempo, puede consolidar en el Atlántico una cultura turística basada en la sostenibilidad, la calidad y la protección real del patrimonio natural.
Con el transcurrir del tiempo, Salinas del Rey se ha consolidado como un destino para un turismo más especializado, sostenible y competitivo. Sin embargo, no se encuentra exento de desafíos. La construcción de una vía de acceso al Centro de Deportes Náuticos, como ya lo alertó la Contraloría General de la República, debe ser una prioridad para contar con un ecosistema de primer nivel para propios y visitantes.
Por último, pero no menos importante, este no debe ser un esfuerzo aislado. La Bandera Azul debe convertirse en una certificación rutinaria para todos los balnearios del departamento. Se debe afianzar como un estándar mínimo y no una excepción a la regla.
Playa Miramar y Playa Pescadores, en Puerto Colombia, así como Punta Astilleros, en el municipio de Piojó, se encuentran llamados a ser los próximos en alcanzar ese reconocimiento para así contar con un modelo costero sostenible en el Atlántico, que sea un caso de éxito que se termine replicando a nivel nacional.








