El puente festivo que se empieza a vivir y con el que se le da la bienvenida a noviembre cobra mayor fuerza este sábado con la celebración del natalicio 70 de Álvaro José Arroyo González, el inmortal Joe Arroyo.
Hoy las emisoras y redes sociales desempolvarán la música creada por este genio cartagenero que se instaló en Barranquilla para convertirse en el artista más importante de la música tropical colombiana. De la mano de su orquesta La Verdad, esa con la que además de pegar grandes hits bailables como Rebelión, En Barranquilla me quedo o La noche, creó su propio ritmo al que denominó ‘Joeson’, una mezcla de cumbia, porro, chandé, salsa, reggae, entre otros.
Debido a su autenticidad, este artista de swing irrepetible logró calar en el gusto de varias generaciones. Incluso pese a su ausencia física (falleció el 26 de julio de 2011), su repertorio sigue siendo escuchado por nuevos oyentes en plataformas digitales, de la misma manera que lo disfrutan quienes tuvieron el privilegio de ir a sus conciertos.
Entre las canciones que han cobrado nueva vida y que sin duda son bailadas por las nuevas generaciones están Teresa vuelve y El trato, que en el segundo semestre de este 2025, se pueden declarar como un verdadero fenómeno que demuestra que pese a que Joe Arroyo partió hace 14 años su ausencia es solo física, porque son sus letras y ritmos los que lo mantienen más vigente que nunca.
El dato curioso es que Teresa vuelve y El trato fueron publicados hace 35 años en el LP La guerra de los callados, siendo en ese momento sensación. La pregunta que muchos se hacen entonces es por qué luego de tanto tiempo se reactivan. La respuesta incluso sobrepasa el plano terrenal; sin embargo, algunos de sus músicos estrellas, esos que fueron testigos privilegiados del proceso creativo del denominado ‘Centurión de la Noche’ y su orquesta La Verdad, se atreven a dar explicaciones que evidencian que Joe fue un aventajado a su época.
El timbalero Ricardo ‘el Pin’ Ojeda sostiene que “la música del Joe ha traspasado generaciones debido a que siempre la hizo pensando en el pueblo, en la gente, especialmente en el bailador, incluyendo elementos como sintetizadores que en su momento fueron toda una novedad”.
Por su parte el productor, clarinetista y saxofonista Juventino Ojito, quien fue por años el encargado de trasladar los sonidos que Joe le dictaba con la boca al pentagrama para que todos los músicos pudieran grabarlos, sostiene que su eternidad radica en su africanidad. “Esa mezcla africana, indígena y europea que nos invade a todos en el Caribe y que él supo aprovechar gracias a un talento innato marcó la diferencia. Y es que es tan fuerte y tan grande todo el esplendor de su talento que se conserva aún con el paso de los años. Hoy cuando celebramos 70 años de su nacimiento debo decir que Joe dejó un inmenso legado que nos pertenece especialmente a todos los caribes colombianos y a todo el mundo, porque Joe hizo música muy universal”.
Pero no solo quienes trabajaron a su lado destacan su talento, también lo hacen representantes de la música del nuevo milenio e incluso artistas de otros géneros como la champeta. Uno de ellos es Giblack, el mismo que ha viralizado su versión del Paga Pato, una versión moderna de El trato. Este joven cartagenero destaca que Joe es un gran referente para las nuevas generaciones de cómo mezclar la música caribeña. “A él le gustaba innovar, es de los pocos artistas en Colombia que creó un ritmo propio, así que me siento bien contento de poder interpretar legalmente una canción suya”.
Es cierto que Joe se nutrió de distintos géneros y que quizás esto lo llevó a adaptar algunos éxitos en lengua extranjera, pero su intención siempre fue una sola: lograr que el bailador llegara al éxtasis, por lo que muchos consideran que en su momento todo lo que hizo fue válido.
Hoy cuando se conmemoran siete décadas de su partida, sus fieles seguidores están de festejo y la fecha se convierte en la oportunidad ideal para recordarlo y decirle desde este plano terrenal que su música jamás morirá, porque hay letras que pegan con temporada del año, siendo la de carnaval donde es el rey absoluto, al punto que los organizadores del Festival de Orquestas debieron inventarse un galardón nuevo para poder premiarlo: el denominado Supercongo de Oro ¡Qué viva Joe!








