Si bien restan dos meses para llegar a la primera vuelta en las urnas y ocho para que Gabriel Boric termine su mandato presidencial en Chile, el país se encuentra en un momento decisivo, marcado por la creciente preocupación en temas como la seguridad, la migración y el estancamiento económico que, según las firmas encuestadoras, en sus más recientes resultados, le darían la victoria al conservador José Antonio Kast, quien perdió frente al expresidente Sebastián Piñera en la primera vuelta de los comicios de 2017 y frente a Boric en la segunda vuelta de 2021.

No obstante, lejos está Kast en esta tercera ocasión de quedar rezagado. Sus banderas, que en el pasado alejaron a muchos votantes, en esta oportunidad han logrado reunir ese sentir colectivo de que la izquierda no ha podido darle solución a situaciones como el aumento en la delincuencia y la llegada descontrolada de miles de migrantes, por lo que su campaña se configura como la más sólida hasta el momento, por encima de candidatos como Evelyn Matthei, de derecha tradicional, y Johannes Kaiser, un candidato novedoso con propuestas disruptivas como el derecho al porte de armas, libertades personales y el antiglobalismo.

Así mismo, la victoria de Jeannette Jara, militante del Partido Comunista, exministra de Trabajo del Gobierno de Boric y quien ganó las primarias de la centroizquierda del 29 de junio con un inesperado 60 por ciento de los votos, terminó por darle un impulso al propio Kast, intensificando la polarización y virando la opinión pública hacia quien ha puesto en sus propuestas el combatir la criminalidad como máxima de su eventual Gobierno, desplazando así a los candidatos de derecha que desecharon de su agenda cuestiones populares, pero cruciales para el momento que vive el país.

Por su parte, Jara, quien también se mantiene en la contienda, tuvo su racha como ministra de Trabajo al conseguir que el Congreso aprobara una ley de semana laboral de 40 horas, un aumento del salario mínimo y una reforma de las pensiones. Sin embargo, el desplome de la popularidad de Boric, que ha descendido del 50% al inicio de su mandato a casi el 30% desde junio de 2023, la ha venido impactando, al tiempo que han emergido problemáticas como el narcotráfico, los secuestros y los homicidios en los últimos años, lo que tiene alarmados a los chilenos, que solían considerar estas cuestiones como propias de otros países de América Latina, pero no del suyo.

En ese sentido, Jara ha propuesto reforzar la policía, construir nuevas cárceles y aumentar la capacidad de las prisiones, así como combatir el crimen organizado levantando las protecciones del secreto bancario para seguir el rastro del dinero que estos grupos manejan. En contraste, Kast —con un mensaje más confrontacional— anunció una propuesta de reforma penitenciaria que incluye el aislamiento de los líderes criminales, la construcción de prisiones de máxima seguridad para “delincuentes altamente peligrosos y extranjeros” y penas más severas para los miembros de bandas.

En resumen, mientras Jara habla de procesos de regularización para los inmigrantes y de expulsión en casos en los que la justicia les halle culpables de cometer delitos, Kast habla de cerrar fronteras, construir muros y vallas perimetrales.

Así mismo, en materia económica, otra de las preocupaciones de los chilenos, en medio de un aumento del 47 por ciento de la población extranjera en Chile desde 2018, la encuesta de Cadem asegura que el 37 por ciento de los ciudadanos señalan al aumento de la inmigración como la principal razón de la tasa de desempleo del 8,9 por ciento que tiene hoy el país. De igual forma, un informe de julio del Instituto Nacional de Estadísticas, recogido por varios medios de comunicación, señaló que el país creó únicamente 141 puestos de trabajo durante el trimestre anterior.

Sumado a lo expuesto, el Banco Central asegura que se espera un crecimiento económico de hasta un 2,75% para este 2025 y de 2,5% para el 2026, lo cual corresponde a la mitad del crecimiento registrado hace 20 años, situación que preocupa.