El despliegue de 5 mil militares estadounidenses en aguas de América Latina y el Caribe para perseguir a los carteles del narcotráfico por disposición la semana pasada del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, es un mensaje claro al régimen venezolano, al que el pasado miércoles la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, acusó de narcotráfico, develando al tiempo la confiscación de 700 millones de dólares en bienes que vinculó con el presidente Nicolás Maduro, sobre quien se aumentó de 25 a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a su arresto.
El asunto no es nuevo, pues los Estados Unidos de Trump, desde su primer mandato, acusaron a Maduro de narcotráfico y terrorismo, asegurando que el Cartel de los Soles está liderado por el mandatario y por funcionarios y militares de alto rango del Gobierno venezolano.
Ahora se ha desplegado, tras un plan configurado en las últimas tres semanas, el Grupo Anfibio Iwo Jima, la 22ª Unidad Expedicionaria de los Infantes de Marina del Comando Sur, los otros dos barcos del grupo anfibio: el USS Fort Lauderdale y el USS San Antonio, así como un submarino de ataque de propulsión nuclear, aviones de reconocimiento adicionales, varios destructores y un crucero de misiles guiados. Venezuela, por su parte, no tardó en responder al inicio de un posible asedio gringo. En este sentido, el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, aseguró este sábado que Washington busca imponer una narrativa para “agredir” a Venezuela, cuestionando además que no desplegará tropas en el Pacífico, “por donde sale casi el 90 % de la droga para Estados Unidos. ¿O sea, el problema es el Caribe? ¿El tema es Venezuela?”.
Y ya el jueves pasado, el ministro de Interior y Justicia de Venezuela, Diosdado Cabello, había afirmado que también Caracas había desplegado sus efectivos en aguas venezolanas, tensionando mucho más la cuerda. La situación ha seguido escalando. El senador estadounidense Bernie Moreno le echó más gasolina al fuego luego que desde Cartagena asegurara que Maduro no estará en la Presidencia de Venezuela en diciembre.Se refiere el legislador republicano a que la administración de Trump designó a ocho carteles mexicanos como organizaciones terroristas, emitió más de 150 órdenes de arresto federales por narcotráfico y terrorismo, y desplegó a más de 5 mil efectivos militares en la frontera sur y el Caribe. La ‘guerra’ parece estar ad portas de iniciar.
El optimista relato norteamericano fue alimentado mucho más luego de que el fiscal estadounidense afirmara que los activos confiscados a Maduro incluyen dos lujosos aviones, varias casas, una mansión en República Dominicana, varias mansiones en Florida, una granja de caballos, nueve vehículos, millones de dólares en joyas y dinero en efectivo. Pero desde Caracas desmintieron tal: el canciller venezolano, Yván Gil, dijo que Bondi, en vez de explicar “su papel en encubrir los crímenes” del multimillonario Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores y quien se suicidó en prisión en 2019, inventa “un cuento” contra Maduro. Y, en medio de los dimes y diretes, la líder opositora de Venezuela, María Corina Machado, hizo un llamado a las “naciones democráticas del mundo” a sumarse en su lucha contra Maduro, quien considera fue vencido por Edmundo González Urrutia, actualmente en el exilio, en las presidenciales de 2024, pese a que el ente electoral proclamó la reelección del líder chavista.
Sin embargo, uno de los que no le copió fue el presidente Gustavo Petro. El mandatario colombiano respaldó al régimen del vecino país, haciéndole frente a Washington, su principal aliado comercial, y con quien en los últimos tiempos ha protagonizado varios incendios diplomáticos que han sido apagados por los equipos consulares de ambas naciones.
Así las cosas, ha sido advertida Venezuela por parte de los Estados Unidos, y en Colombia, que a priori no tiene nada que ver en las tensiones actuales, no hay consenso frente al llamado de Petro de respaldar el régimen. Amanecerá y veremos.