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Daniel Pacheco es un comerciante barranquillero de 61 años, y de esos 30 han sido trabajando bajo la línea informal. En la formalidad solamente pudo trabajar durante dos años cuando era mensajero en una clínica en Barranquilla.

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El hombre le contó a EL HERALDO que vive del día a día, y de eso depende mucho su familia, compuesta por su esposa y sus tres hijos.

En ese sentido, Pacheco relató que le hubiese gustado cotizar para poder tener una pensión digna; sin embargo, la falta de oportunidades laborales a lo largo de su vida lo obligó a optar por la informalidad.

“Yo siempre estoy agradecido con la vida porque hay trabajo, y eso es algo importante, aunque también me hubiese gustado contar con un empleo formal para poder tener mis ahorros, lograr tener mis cesantías y todo tipo de prestación social”, resaltó Daniel Pacheco.

La informalidad se puede ver de diferentes maneras, y aunque muchas personas tienen puntos de vistas distintos sobre esto, la realidad es que el famoso rebusque se ha vuelto tan poderoso en Colombia que los mismos datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) indican que está por encima del 50 %, una situación que ha puesto incluso a pensar a muchos empresarios del país en que si se plantea cambiar las normas laborales en Colombia es clave que lo que se esté conversando en favor de la reforma sea con dos objetivos claros: el primero, la generación de empleo, y lo segundo, la reducción de la informalidad, afirmando cada uno de estos empresarios consultados por EL HERALDO que estos dos temas no están contemplados en el proyecto de ley que quiere sacar el Gobierno, y que ya naufragó en la Comisión Séptima del Senado y ahora revivió, con retoques, en la Comisión Cuarta.

Algunos datos

Como se mencionó anteriormente, la informalidad tiene un peso enorme en el mercado laboral del país. Según el último informe del Dane, la tasa de informalidad para el trimestre de enero a marzo fue del 57,2 %, lo que significó un incremento de 0,9 puntos porcentuales en comparación con el mismo trimestre de 2024, cuando fue de 56,3 %.

Si lo miramos a través de cifras, para ese periodo analizado hay 23,3 millones de colombianos que actualmente están trabajando, pero de ese número un total de 10 millones son formales, pero 13,3 millones viven de la informalidad en el país.

Si miramos a Barranquilla y su área metropolitana (únicamente Soledad), encontramos que para el trimestre de enero a marzo de este año la proporción de informalidad estaba en 51,5 %. Esto representó un descenso de 2,2 puntos porcentuales frente al mismo periodo de 2024, cuando estaba en 53,7 %.

Y en materia de ciudadanos se observa que en ese mismo territorio hay un total de 901 mil ocupados, pero de esa cifra 464 mil son informales y 437 mil formales, lo que indica que prevalece la informalidad laboral en la capital del Atlántico y Soledad.

Jhony OlivaresEn el centro de Barranquilla es donde más se puede ver la informalidad laboral, de hecho la proporción viene siendo del 51,5 % para el trimestre de enero a marzo de este año.

Expertos ante la reforma ideal

Los expertos y gremios empresariales consultados por EL HERALDO aseguraron que la informalidad se puede combatir si se cambia de buena manera el sistema laboral en Colombia.

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Fernando Salazar, profesor investigador de la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, indicó que de cada 100 trabajadores 42 tienen un trabajo formal con derechos y una cierta estabilidad con posibilidades de acceso a crédito, seguridad social, etc. Entre tanto, 58 están en una actividad informal sin los derechos mínimos que debe tener cualquier ciudadano que haga su vida digna y le permita mantener una tendencia sostenible de crecimiento en términos de derechos y seguridad social como la salud, educación y posibilidades de una pensión por vejez.

“Conocer lo fundamental de abordar este tema y formular estrategias hacia el encuentro de soluciones no solo fortalece a la sociedad en sí, sino a la economía del país, porque asegura también la formalización y control de los niveles de recaudo por tributación, tema que significa una debilidad que ha presionado a los gobiernos de los últimos años a estar presentando reformas tributarias para poder superar el déficit presupuestal del Estado, claro, bajo criterios de buen gobierno y eficiencia en el manejo de los recursos para el gasto público evitando temas tan sensibles como la corrupción”, señaló Salazar.

Añadió dentro del tema que replantear el manejo de esta problemática a través de la reforma laboral es la propuesta que puede y debe abordarse.

“Pero también es importante alejarla de sesgos políticos y no verla como una herramienta de populismo, porque los efectos pueden llegar a ser peores que la actual situación. Si se siguen vendiendo ideas que contiene la propuesta de reforma, por ejemplo el caso del pago obligatorio a los practicantes próximos a terminar sus carreras, mecanismos que no son nuevos y algunas empresas consideran y lo aplican desde hace muchos años, pero venderlo como una obligación, es contraproducente, porque las organizaciones no están obligadas, ni tienen por qué estarlo, a permitir el ingreso de practicantes, y, si ahora va a representar una carga salarial adicional, muy seguramente las empresas van a preferir dejar de permitir o aceptar practicantes profesionales”, explicó el experto.

El presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), Bruce Mac Master, manifestó que es clave realizar una nueva reforma laboral y que esta cuente con el respaldo de todos los frentes políticos y gremios empresariales.

El dirigente gremial expresó que el texto que salga del Senado tiene que velar por reducir la informalidad en el país que es relativamente alta.

Añadió dentro de su intervención que cualquier análisis que uno haga del sector laboral colombiano o de la realidad laboral colombiana tiene que obligatoriamente tener en cuenta la informalidad.

“Qué es la informalidad? Pues es un trabajador que no tiene vacaciones, que no tiene contrato, que no tiene horas extras, que no tiene incapacidades, que no tiene acceso a la seguridad social, que no tiene tampoco pensión, es decir, yo me atrevo a decir que los trabajadores informales son trabajadores sin derechos, entonces nos parece extraño que una discusión laboral, inclusive que la consulta en su momento, como fue planteada, se olvidara prácticamente de los trabajadores informales, se olvidara básicamente de seis de cada diez trabajadores”, dijo Mac Master.

A su vez, María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, señaló que si se aprueba una reforma laboral para reducir la informalidad esta tendría un gran éxito en el país.

“En ese camino de reducción de la informalidad se debe permitir establecer acciones que den también un relacionamiento de una reforma laboral con la reforma pensional. Estas deben de estar unidas y deben trabajarse mancomunadamente”, socializó Lacouture para este medio.

Análisis: alza del empleo es por la informalidad

Un análisis de Corficolombiana precisó que el crecimiento del empleo proviene principalmente de sectores con niveles altos de informalidad, mientras que las pérdidas de puestos de trabajo se concentran en el segmento formal.

“Esto evidencia una pérdida de capacidad de la economía para mantener empleos con condiciones laborales reguladas”, indican.