Compartir:

Ni los guionistas de Netflix o Amazon Prime hubiesen escrito un libreto que recoja todas las emociones que se vivieron anoche en el estadio Hernán Ramírez Villegas, en el arranque de los cuadrangulares semifinales de la Liga BetPlay II-2022.

Y es que para que el Pereira venciera al Junior tuvo que pasar absolutamente de todo en el gramado del máximo escenario de los risaraldenses. Desde goles tontos, hasta remontadas impensadas. Desde penaltis anulados por el VAR, a penaltis convertidos por arqueros, en este caso por Sebastián Viera. De expulsiones infantiles, a ver a John Pajoy bajo los palos en los últimos minutos del partido. De ver a un equipo como Junior perder 2-0 y aniquilado, a levantarse y pelear el partido hasta el final, para terminar perdiéndolo 4-3 luego de un vaivén de emociones difíciles de explicar.

De entrada, el mismo Junior perdido, sin ideas, sin alma, que no producía absolutamente nada, pero que sí regalaba todo, balones, espacios, goles, vida…

Un error de Didier Moreno —uno más de tantos— le dejó servido el gol a Leider Berrío, que no desaprovechó la oportunidad para empezar a desequilibrar la balanza. Y otro error defensivo, que comprometió a varios, le regaló el gol a Leo Castro, que perforó por segunda vez el arco rojiblanco.

Todo parecía perdido. Junior no mostraba absolutamente nada. Ni fútbol, ni juego, ni alma. Pero lo impensado pasó. En un ataque de dignidad —impulsado por los cambios tardíos de Comesaña, que volvió a plantear mal el partido—, el ‘Tiburón’ comenzó a devorarse lo que se encontrara en el camino, y por ahí llegaron los goles de Carlos Bacca, tras una gran acción individual, y del irregular Didier Moreno, que maquilló medianamente su pésimo partido con ese tanto.