Robinson Aponzá llega a Junior con cartel de goleador del fútbol peruano. El 2016 fue el mejor año en la carrera de caucano, anotando 30 goles en 38 partidos jugador con el Alianza Atlético del Perú. Ahora espera emular esos números en Colombia, donde, hasta el momento, no ha tenido tanta suerte como en el país inca.
'Gracias a Dios, pude hacer una muy buena cantidad de goles en Perú, a pesar de que soy volante. Ahora quiero ratificar este gran momento en un grande de Colombia como lo es Junior. Tengo un reto lindo por delante y espero estar a la altura', expresó.
'Esto es un paso muy importante para mi carrera y espero aprovecharlo al máximo. Le doy las gracias a Dios por esta oportunidad y a los directivos que se fijaron en lo que yo había hecho en Perú. Ahora tengo que ratificarlo acá en Junior', reiteró.
Aponzá aclaró que nunca tuvo problemas con el técnico Alberto Gamero en el Deportes Tolima. El volante caucano ya quiere volver a trabajar bajo las órdenes del samario, a quien considera un técnico capacitado para dirigir al Junior.
'Con el ‘profe’ siempre hubo una excelente relación, yo salí del equipo por otras cosas, no por indisciplina. Me alegra mucho encontrármelo nuevamente en Junior, es un técnico serio, capaz, ganador. Estoy seguro que las cosas le saldrán bien en Junior', manifestó.
El caucano dejó claro que viene a Barranquilla a ganar títulos. Espera que Junior vuelva a ser protagonista en 2017. 'La obligación de este equipo siempre será pelear el título. Ya van varios años sin que se pueda conseguir, esperamos que el próximo sea el de la vencida. Ojalá los que hemos llegado podamos aportar cosas importantes para el club'.
Aponzá aseguró que disfruta el clima de la ciudad y se siente orgulloso de jugar en la ‘Casa de la Selección’. 'Esta es una plaza especial. Tiene un clima sabroso, que me favorece. En Perú jugaba en temperaturas parecidas y me fue muy bien. Es motivante jugar en Barranquilla, porque es una ciudad futbolera, con historia y porque es la ‘Casa de la Selección’'.
El volante caucano, de 27 años, reconoce que su nombre no genera mucha expectativa en Barranquilla, pero espera ganarse un respeto a punta de goles. 'Voy a entregarlo todo, el respeto me lo voy a ganar con mi trabajo. Vengo ilusionado, con ganas de poder celebrar en estos seis meses un título. A eso le estamos apuntando todos en Junior', concluyó.