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El barranquillero Brandon Valdés Daza sueña con ser campeón Olímpico. Josefina Villarreal.
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Puños que han mandado a la lona a la delincuencia

A sus 16 años, Brandon Valdés tiene una carrera prometedora en el boxeo, pese a que creció entre líos judiciales.

Aquel 24 de diciembre de 2013, Brandon Valdés Daza prefirió ponerse los zapatos rotos antes que ver a su padre salir a la calle a hacer algo indebido para traerle unos nuevos. Cuando Fabiola Daza, madre del joven boxeador de 16 años, recuerda dicho episodio, las lágrimas salen a flote.

El silencio aparece por segundos. Brandon y su padre, Edwin Valdés, que están sentados en la terraza al lado de Fabiola, no aguantan el dolor al escuchar el relato y también comienzan a llorar. “Todos estaban estrenando. Mi hijo me dijo: mami yo no quiero que mi papá haga algo malo, yo me pongo esos zapatos rotos. Entonces los pegó con gota mágica. Ahí dije ya está bueno”. Este hecho hizo que el eterno deseo de Brandon se cumpliera: ver a sus padres alejados del camino de la delincuencia.

A los 9 años, Brandon se enamoró del boxeo y comenzó a cosechar éxitos. Desde hace cuatro calendarios viene ganando campeonatos nacionales consecutivamente y recientemente se coronó en Magangué.

Después de su tercer día como pugilista, saltó al cuadrilátero, mostró su casta y desde ahí se ganó el respeto de su entrenador, Eliécer Escorcia.

A la edad que se subió al ring también comenzó a vivir el calvario y la angustia de saber que sus padres salían a la calle para robar y así sustentarlo a él y a sus otros cuatro hermanos. Los problemas con la justicia en los que estaban envueltos sus padres hicieron que el campeón nacional de boxeo viviera una vida nómada. “Mis padres estuvieron presos porque andaban en la delincuencia, ellos eran ladrones, robaban. Mi padre estuvo preso y mi madre me daba consejos, me decía que siguiera en el boxeo. Cuando ella también cayó presa, mi papá estuvo pendiente de mí, les doy muchas gracias a los dos porque nunca me dejaron solo”.

Brandon Valdés Daza asegura ser un boxeador estilista.

El testimonio Brandon lo hace con firmeza, no se arrepiente de contar la vida que llevaron sus padres. Sus errores los tiene como lección.

Ahora con sus puños se labra su propio camino, no se ha dejado tirar a la lona por las drogas o la delincuencia. Es el orgullo del barrio Villa del Carmen, ese muchacho al que todos llaman “campeón”.

Mientras luce el uniforme de la selección Atlántico y cuenta su historia de vida, vecinos se acercan a la casa, que está a la orilla del arroyo Don Juan. “Yo le decía: ‘mijo’, usted no va a ser como su papá, porque su papá fue lo que fue, pero usted va a ser un profesional”, apunta Edwin Valdés, quien desde hace nueve meses porta un brazalete del Inpec en el pierna izquierda debido a que está en detención domiciliaria por haber cometido un delito.

Brandon piensa en grande, a pesar de tener 16 años en sus palabras se nota madurez, esa que dice tener cada vez que sube al ring.

“Mi meta es ser mejor que Floyd Mayweather. Voy a ir a unos Olímpicos y me ganaré una medalla de oro, después seré campeón del mundo. Quiero lograr todo esto porque quiero comprarle una mansión a mis padres”.

Brandon agradece a quienes han sido sus padrinos en el boxeo, José Vallejo, Wilmer Estrada y Julio Torres. De todos espera que lo sigan ayudando y así seguir más enamorado del deporte que lo salvó de la delincuencia.

Brandon con sus papás Edwin Valdés y Fabiola Daza.

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