El Heraldo
Willer Ditta está viviendo un gran momento futbolístico con Newell’s Old Boys.
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"No tengo resentimientos y siempre seré hincha de Junior": Willer Ditta

El defensa cesarense habló con EL HERALDO sobre su gran momento en Newell’ Old Boys tras salir del club rojiblanco, donde afrontaba una catarata de críticas.

Willer Ditta la está rompiendo en Argentina. Le llueven elogios de la prensa y la hinchada por su desempeño seguro y combativo en la defensa de Newell’s Old Boys. Su sorpresiva llegada al conjunto rosarino resultó una buena escapatoria a la presión y animadversión que envolvía a su nombre en el ambiente Junior por algunos parpadeos en la cancha y una falla fuera de ella.

En medio de tanta ojeriza, Ditta necesitaba un nuevo aire, un entorno más agradable. Y en Rosario lo ha conseguido. El zaguero de la Jagua de Ibirico (municipio cesarense del que orgullosamente se siente hijo, aunque su documento de identidad dice que nació en Bogotá), se ve recargado, remozado, motivado.

Después  de su paso exitoso por Junior –exitoso porque solo su último tramo se nubló, tuvo más luces que sombras en su recorrido como rojiblanco, su participación en dos estrellas, dos títulos de Superliga y un subcampeonato de Copa Sudamericana lo confirman—, Ditta encajó en el club ‘leproso’ y ya existen rumores del interés de ese y otros equipos en adquirir sus derechos federativos y económicos, que siguen siendo del cuadro caribeño.

‘Willy’, como lo llaman ahora sus compañeros argentinos, habló con EL HERALDO. Luce reflexivo. Reconoce equivocaciones del pasado. Siente que ha madurado deportiva y personalmente. Cuenta pasajes serios y jocosos de su experiencia en el exterior. Está feliz, disfrutando su momento y sin resentimientos ni rencores con el juniorismo. Para nada.

¿Cómo se ha sentido en Argentina hasta ahora? ¿Qué balance hace?

Tranquilo. Feliz con la oportunidad de venir a esta liga importante. Venía con muchísimas ansias, sabía que era un reto importante para mí y para mi carrera. Lo necesitaba. Todas las personas en torno a Newell’s han hecho que mi estadía sea mucho más fácil. Estoy muy contento y satisfecho, enfocado en seguir aprendiendo y creciendo, en que mi fútbol evolucione.   

No todos los colombianos encajan de inmediato en las exigencias del fútbol argentino. Ha sido rápida su adaptación…

Llegué a un club muy interesante y grande. Las personas que están al mando y a su alrededor han hecho que me sienta cómodo. Eso es parte fundamental para el rendimiento. Futbolísticamente me he sentido con muchísima confianza. Eso ha hecho fácil la adaptación, que no me cueste tanto. 

¿Cuál es la principal diferencia entre el fútbol argentino y el colombiano?

Hay muchísimo roce y es más rápido y directo, dinámico, de ida y vuelta.

Se le ha vuelto costumbre que cada vez que se acaba un partido y Newell’s gana, usted hace un gesto con los brazos y emite un particular grito de combate. ¿De dónde surgió?

Eso se dio en un partido, creo que fue contra Talleres, si no estoy mal. No fue nada planeado, simplemente lo estaba sintiendo así, la euforia de haber ganado un partido importante. Se ha hecho muy común cuando logramos una victoria. A la gente le gusta. Surgió de la emoción.  

En las calles de Rosario la gente lo saluda haciendo el gesto…

Sí, a la gente le impresiona, me ven así, se identifican con el gesto. Me piden en la calle que lo haga o me gritan: ¡vamos Newell’s! Los niños también. Me pasó algo con una niña pequeña, ella decía que se quería tomar la foto con el que hacia las celebraciones después de los partidos. Es muy bonito que a la gente le guste y que se identifique con eso.

La pasión en Argentina por el fútbol es enorme. ¿Cómo es vivir en una ciudad con el antagonismo de dos archirrivales como Newell’s y Rosario?

La ciudad se divide en dos en ese aspecto. Se vive mucha rivalidad, la gente es muy apasionada, muchísimo. No hay un día que no vea una camiseta de Newell’s en la calle. Cualquier día se ve. La pasión es impresionante. Es chévere eso. La ciudad es muy bonita también.

Lionel Messi es hincha confeso de Newell’s. Ya debe saber de Willer Ditta, ¿no?

Bueno, espero que sí. Por lo menos que me tenga en referencia (risas).   

Al menos verá el resumen de los goles…

Sí, sí, por ahí le dirán que Newell’s ganó, que está siendo protagonista del torneo. Seguramente en algún momento escuchará que Willer Ditta está en el equipo, el nombre lo ha escuchado, por lo menos (risas).  

PARTIDA DE JUNIOR

¿Su salida de Junior se dio en el momento justo?

Sí. Yo soy muy creyente en Dios. Llegó cuando tenía que llegar. En otra ocasión no se dio. Quizá ahora no se estaba esperando la salida. El tiempo de Dios es perfecto, llegó en el momento indicado. Si Dios me puso acá es por algo. Me siento muy estable, tranquilo, mi familia también. Estoy viviendo un momento importante en mi carrera, lo necesitaba, era importante dar el paso ahora. Estoy disfrutándolo.

Usted sale de Junior en medio de muchas críticas de la afición y de la prensa. La realidad es que no le fue bien en el último año. Estar nuevamente de protagonista y con buenas actuaciones en Newell’s, ¿lo hace sentir ‘un fresquito’, lo reivindica y le fortalece la confianza?

Ese tema se había vuelto, más allá de las críticas, algo muy tedioso por todo lo que generaba. Si bien es cierto que se veía más marcado porque en los últimos años no habíamos ganado los títulos que ganamos en los dos primeros cuando llegué, que todo marchaba bien y salimos campeones, pero en todos los torneos jugaba la mayoría de partidos. Tuve mis errores como cualquier futbolista, pero fueron más las cosas buenas que las cosas malas. Yo me quedo con eso desde la parte profesional. Se generó un entorno mucho más pesado y tedioso. Era importante dar el paso al costado. Mi confianza siempre ha estado presente porque sé la calidad de jugador y lo profesional que soy.  

¿Cree que en Barranquilla han sido injustos con usted?

Yo no puedo calificar si justos o injustos. En el tiempo que estuve fui una persona muy profesional. No puede haber una sola queja de Willer Ditta dentro de su labor como profesional, dentro de sus responsabilidades, no la hay de algún técnico. Me entregué siempre al máximo. Nunca negocié una gota de sudor, nunca negocié un entrenamiento. Que me equivoqué  en varios partidos es cosa del fútbol, somos personas que estamos expuestas al error. Yo me quedo con algo muy bonito, que Barranquilla a mí me cambió la vida, me dio una oportunidad importante en Junior y le cambió la vida a mi familia. Me quedo con las cosas buenas, ganamos cuatro títulos, peleamos una final de Sudamericana. En los títulos fui protagonista hasta las semifinales porque lastimosamente en ambas me lesioné. Me quedo con el profesionalismo, con todo lo que le entregué a la institución y lo que la institución me entregó a mí, me cambió la vida por completo. Más allá de los comentarios y las cosas que se generaron, siempre seré hincha de Junior y estaré agradecido con el club.              

Muy bueno que no tenga resentimientos. Se ve consciente de lo que es su profesión y enfocado totalmente en el ahora…

A mi corta edad (tiene 24 años), o en el corto tiempo que llevo en mi carrera, porque no llevo mucho, he madurado muchísimo porque me tocó vivir cosas joven. En el primer torneo en el que llegué a Junior, cuando me lesioné en la semifinal, corearon mi nombre al salir del estadio, luego me tocó vivir la otra parte cuando me equivoqué, tuve errores como cualquier otro futbolista. Se generaron ciertos comentarios, la gente no estaba satisfecha con los errores. Aprendí de eso. Cuando viví la situación buena, no lo manejé de muy buena manera. Y la situación mala tampoco. Me quedaron las dos experiencias y ahora siento que lo manejo muy bien. Son circunstancias que se presentan en mi profesión, estás expuesto al error y al acierto, a los malos comentarios y a los buenos comentarios. Simplemente hay que estar enfocado en la profesión y en hacer las cosas bien.

¿Por qué cree que no manejó bien los buenos y los malos momentos en Junior?

Cuando pasó el primer campeonato, que me lesioné en la semifinal, me dejé llevar por muy buenos comentarios, leía Twitter, miraba mucho Instagram, veía que la gente me halagaba, que la gente me reconocía en la calle y me decía muchas cosas positivas. En cierta parte me fui poniendo muy egocéntrico en mi casa, sin darme cuenta. Quizá, por ahí, me fastidiaba por cosas que normalmente no me fastidiaban. Cuando estaba así, me equivoqué (en la cancha), creo que fue en un partido contra Santa Fe, y la gente me ‘mató’. Me refugié en mi casa y me di cuenta que estaba en esa situación, que me sentía muy altivo, muy todo. Volví y la familia siempre está ahí. En ese momento malo empecé a llenarme de resentimiento y a decir: ‘la gente es injusta porque he hecho las cosas bien y no sé qué’. Ahí comencé a mirar que eso no era muy bueno tampoco. Aprendí. Simplemente es fútbol, un día estás bien, otro día vas a estar mal, pero siempre hay que permanecer estable, uno no se puede dejar llevar porque un día está bien y la gente lo ama. No vas a ser Dios ni el peor jugador del mundo. Eso me quedó de enseñanza y no me ha vuelto pasar.

El futbolista, en medio de los elogios, a veces entra en una burbuja y no se da cuenta hasta que recibe lecciones como la que a usted se le presentó…

Yo no era una persona arrogante, mala, pero sí en ciertos aspectos, con mi familia, en un círculo muy cercano, sí había cierto ego. No es que hubiera cambiado del cielo a la tierra, y que me creía, pero había cierto ego. En tu subconsciente se meten tantas cosas buenas y crees que todo está perfecto. Era un error y aprendí de eso muy temprano. Eso me ayuda muchísimo en esta etapa en la que estoy.

Ahora que vive las maduras en Newell’s y se dice que comprarían sus derechos, y que se rumora que existe clubes de Europa que han mostrado interés en sus servicios, ¿cómo lo toma?   

Yo estoy muy tranquilo, lo más importante, y lo que se debe hacer, es estar enfocado. Yo vine un año a préstamo y estoy cumpliendo con mi labor en Newell’s. Estoy muy contento y quisiera quedarme, pero no depende de mí, simplemente sigo trabajando. Todo llega en el tiempo que tiene que llegar, cuando Dios disponga. Yo trabajo para eso, para ir a Europa y avanzar.

¿Y si le piden regresar a Junior a mitad de año?

(Risas)… No depende de mí. Yo tengo una opción, estoy a préstamo por un año, depende de si Newell’s quiere que continúe o no quiere que continúe, que no sé. Ahí Dios sabrá. Lo que se dé es porque se tiene que dar, y yo lo aceptaré.

¿Oficialmente el presidente de Newell’s o su representante le han dicho que el club argentino quiere adquirir sus derechos?     

A mí no me han manifestado nada Yo estoy cumpliendo con mi trabajo y mi contrato muy contento, quisiera quedarme, pero no depende de mí. Simplemente estoy enfocado en el torneo.

¿Ya no revisa lo que escribe la gente en redes sociales?

Sí. Dándole cierto límite. Me llegan mensajes, los leo y ahí contesto uno que otro. Muchos niños me piden videos y si estoy desocupado se los envío. Trato de revisar la mayoría de los mensajes. Algunos comentarios los leo. No tengo habilitadas las etiquetes. Todo muy medido. Es mentira si digo que no leo, pero no exagero.

¿De su último período en Junior hace alguna reflexión o autocrítica?

Sí. Tuve fuera de mi trabajo como futbolista un error que lo reconocí. Salió un video mío. En ese momento di mi punto de vista en redes sociales y me disculpé con la afición. Evidentemente no estaba en horarios de trabajo, ya estábamos de vacaciones, pero fue algo muy mal visto porque somos figuras públicas y muchos niños nos siguen, y hay personas que les duele y sienten mucho amor por la camiseta. Me disculpé. Siento que fue un error mío que lo asumí en su momento. Dentro de lo futbolístico no puedo disculparme por haberme equivocado en algún partido. Estoy muy tranquilo porque profesionalmente estuve siempre al 100% y cumplí con mis responsabilidades. Futbolísticamente di todo todo lo que pude, todo mi esfuerzo, algunas veces las cosas no salieron, otras veces sí. No tengo ningún tipo de resentimiento con nadie, al contrario, estoy muy agradecido.

OTROS TEMAS

Se ha entendido a las mil maravillas con Cristian Lema, su compañero en la zaga…

 Bien. Es un jugador con mucha experiencia. A lo largo de su carrera ha adquirido muchísima experiencia, es un jugador importante. Vine a aprender y aportar. He aprendido mucho de él y de los otros compañeros de zaga. Encontré un grupo muy bonito, muy humilde, con gran sacrificio. No es solo de Cristian o de Ditta, es de todo el equipo. Cristian es una gran persona y un gran profesional, nos hemos entendido muy bien.

¿Cómo fue enfrentar a Rafael Pérez (Talleres) que fue su compañero en Junior?

Fue una buena experiencia. Rafa y yo compartimos muchos partidos en Junior. Fuimos compañeros de zaga por muchísimo tiempo y generamos una bonita amistad en Barranquilla. Somos muy amigos, sabía que era un jugador importante en Talleres, enfrentarlo acá era un gran reto. Lo importante era poder ganarles (ganó Newell’s de visitante 2-1). Fue chévere reencontrarme con él y verlo como una figura importante en su equipo.    

¿Le tocó marcarlo en las pelotas quietas?

Sí, yo lo marcaba a él.

¿Cómo estuvo la ‘conversación de codos’?

Bien, bien. Rafa es un jugador muy aguerrido, muy agresivo. Estuvo difícil. Rafa conmigo no tuvo choques. Sí lo tuvo con Pablo Pérez.

¿Cómo han sido los cruces suyos con los delanteros argentinos, que tienen su cuota de viveza y malicia?

Todo el mundo conoce que son muy mañosos, pero yo siempre he sido tranquilo en ese aspecto, no tengo esa malicia de estar diciendo algo. Verbalmente no me gusta sacar al jugador. Me tocó después del partido contra Racing, con (Marcelo) Correa, si no estoy mal. Yo estaba contento por el partido y el esfuerzo que habíamos hecho. Él, al ver eso, me dijo algo. Pero lo dejé así, no tengo el chip de insultar o algo así.

¿Cuáles son sus metas? ¿Qué tiene entre ceja y ceja?

Ahora mismo, cumplir mi estadía aquí, ser una ficha importante, conseguir el campeonato con Newells y recibir un llamado a la selección Colombia de mayores, que sería un sueño (ya estuvo en la Sub-23). Cada vez lo veo más cerca, estoy trabajando y esforzándome para eso. A corto plazo ese sería mi plan.

Willer Ditta y Cristian Lema, la pareja de defensas centrales de Newell’s Old Boys.

¿Luis Díaz lo ha llamado?

No siempre ahora, pero sí nos escribimos. Cada vez que subo una foto, ‘Lucho’ me la comenta. Cuando hay algún partido que nos acordamos, él me escribe o yo le escribo. Siempre nos comentamos y nos deseamos éxitos y bendiciones. No entablamos una conversación como tal, pero siempre nos estamos saludando y pendientes el uno del otro a través de redes sociales.

¿Los jugadores que surgieron del Barranquilla FC no tienen su grupo de WhatsApp?

Teníamos un grupo, estábamos más juntos antes, pero nos fuimos distanciando. Los horarios son diferentes. Hay otros que están con otros proyectos y cosas, se diluyó un poco, pero siempre estamos en contacto y pendientes de la carrera de cada uno. Iván Scarpetta, Gabriel Fuentes, Fabián Ángel, Sergio Pabón… siempre estamos en contacto.        

¿Cómo ha visto a Junior bajo el mando de Juan Cruz Real?

 Muy bien. En realidad, desde que estoy acá, no me he perdido ni un solo partido de Junior. He estado pendiente y siguiendo al equipo. Me alegra lo que está haciendo en el torneo internacional porque Junior es un equipo que siempre ha peleado por estar ahí y se merece un título. Ahora se le están dando las cosas, veo un equipo muy rápido, físicamente está muy bien. Dios quiera que siga por ese camino, que se le dé clasificar a la siguiente fase y que vaya escalando poco a poco. 

Usted se encuentra en Rosario con su esposa y su hijo, ¿Cómo se ha adaptado toda la familia a la cultura argentina?

Siempre es difícil cambiar. Además que esto fue muy repentino, pero lo hemos llevado muy bien, estamos muy unidos. La tranquilidad ha sido lo principal y más importante para nosotros. La adaptación ha sido buena, igual no salimos mucho. Rosario es una ciudad muy bonita, pequeña. El niño el lunes entra al jardín. Ahí vamos como familia desarrollándonos. 

¿Los compañeros le han puesto algún apodo?

En Colombia me decían Ditta o Willer, aquí me dicen ‘Willy’. En los entrenamientos y en los partidos les hago un sonido para que me pasen la pelota, entonces, cuando me saludan, me hacen ese sonido. Es una vaina rara (emite el sonido y se ríe).

Ya para concluir: muy pocos jugadores pueden decir que ganaron cuatro títulos con Junior o que jugaron una final de un torneo continental. El balance suyo acá es bueno. ¿Qué mensaje final quiere dejar?

En Barranquilla hay gente que me apoyó muchísimo desde mi llegada, me dio la mano, siempre estuvieron pendientes de mi carrera deseándome buenas cosas. De cierta manera uno deja algo bueno en las personas. En el último período no se consiguieron muchas cosas positivas, pero creo que el balance general es bueno. Contribuí para que se consiguieran títulos importantes después de mucho tiempo. Invito a la gente, yo que soy un hincha más de Junior, a apoyar al equipo, ir al estadio y alentarlo. Tengo la plena fe de que van a clasificar a la próxima fase de la Sudamericana. Va a ser importante que el equipo sienta el respaldo de la tribuna. Muy agradecido con Barranquilla por cambiarme la vida a mí y a mi familia, allá tengo muchas  cosas buenas. Espero volver. El día que regrese o vaya, mi lugar será Barranquilla.    

Cuándo le preguntan de dónde usted, ¿qué responde: Jagua de Ibirico o Bogotá?

 ¡De la Jagua de Ibirico! ¡Yo soy costeño, papá!

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