Real Cartagena se sigue debatiendo en su mediocridad histórica: ha clasificado dos veces a las finales, en el 2005 (salió subcampeón) y 2009 (fue cuarto en el cuadrangular y ganó un solo partido contra Pereira, 2-1), y ha jugado desde el 2009 en la primera categoría cinco campeonatos y una sola clasificación.
La irregularidad, el bajo rendimiento de varios jugadores y la lesión del panameño Edwin Aguilar —visto como esperanza goleadora— atentaron contra la posibilidad de hacer una buena campaña.
Real jugó 9 partidos en una sede que no es su hábitat natural. En el estadio Diego de Carvajal de Magangué hizo 19 puntos de 27 posibles, para un 70% de rendimiento, pero cedió cuatro empates (8 puntos perdidos), vitales para una clasificación que su frustró porque nunca pudo recuperar por fuera lo que perdió por dentro. Hizo sólo tres puntos como visitante ante Atlético Nacional (partido demandado por falta de seguridad en Envigado).
Su entrenador Hubert Bodhert nunca tuvo un equipo base, especialmente, la parte central de la defensa (recibió 25 goles en su arco). Unas veces por mal rendimiento (Roberto Peñaloza y Orlando Osorio) y otras por lesiones.
El equipo, como institución, acusó pérdidas económicas, aunque recibió una suma estimada en mil millones de pesos de la Gobernación de Bolívar en apoyo.
El arquero uruguayo Adrián Berbia, el volante Emanuel Molina y el delantero Edinson Palomino fueron los jugadores que salvaron el semestre, por la regularidad en su juego.
Se alejó del descenso con 30 puntos con relación al Pereira y a 16 del América. Su afición exige que para el segundo semestre, con un estadio nuevo, se arme un equipo que aspire, al menos, a entrar entre los ocho clasificados.
Por Carlos Hurtado Morón