“Admiro a José Quintana por su mentalidad de guerrero”: Luis Patiño Arzuza
El pitcher barranquillero de 19 años, que juega en Lake Elsinore Storm, equipo de las menores de los Padres de San Diego, realizó una labor estupenda en el pasado Juego de Estrellas del Futuro, en Cleveland.
Su celular se abarrotó de mensajes y su cuenta en Instagram pasó de 2.700 seguidores a más de cuatro mil, apenas finalizó su actuación en la lomita. Luis Fernando Patiño Arzuza, serpentinero barranquillero de 19 años (26 de octubre de 1999) y prospecto de los Padres de San Diego, tuvo una salida de calidad en el pasado Juego de Estrellas del Futuro y dejó claro que tiene madera y millas, muchas millas, para llegar algún día a la Gran Carpa.
Tranquilo, luego de no haber permitido hits ni carreras y haber ponchado a tres bateadores en un inning y dos tercios lanzando por la Liga Nacional, además de ganarse elogios de su mánager y de la prensa estadounidense, Luis dialogó con EL HERALDO.
¿Cómo lo eligieron para el Juego de Estrellas del Futuro?
Esas selecciones las hace la MLB (Major League Baseball). Ellos hablan con los equipos. Cuando me llaman y me dicen que iba a representar a mi equipo, a mi país, eso fue algo impresionante.
¿Qué se le pasó por la mente cuando recibe ese llamado?
Me llaman un par de días antes y me preguntan por mi correo electrónico. En ese momento me sentí extraño, decía que qué estaba pasando. Pensé que me iban a cambiar de equipo porque habíamos llegado al momento en que las novenas comienzan a hacer negociaciones entre ellos y a cambiar jugadores. En esos días llegaba mi familia y en la novena me dicen que ahora yo podía darle la noticia de que iba al Juego de Estrellas. En el equipo me dieron las gracias por ser ese muchacho que siempre ha trabajado, que es disciplinado. Todo fue una sorpresa para que mis padres disfrutaran porque iba a representar a mi país.
¿Qué hizo cuando le dio la noticia a su familia?
Lloré, abracé a mi papá (Carlos Patiño), abracé a mi mamá (Zulma Arzuza). Me dijeron que qué pasaba y les dije que me habían llamado para el Juego de Estrellas del Futuro y fue una alegría. Llamé a mi hermana, a mi novia. En la organización me dijeron que no le podía decir a nadie y ya cuando se estaba acercando el día que se iba a hacer público, les fui contando a mis amigos. Gracias a Dios que pude estar allá.
¿Cómo fue esa participación en el Juego de Estrellas del Futuro?
Lancé inning y dos tercios. Estaba ahí calentando, recuerdo que le dan un jonrón al compañero que estaba ahí antes y me dijeron que me calmara. La adrenalina de ese momento, de que yo quería entrar, fue lo que me llenó de fuerzas, de tener ese espíritu de competir. Cuando veo es que el mánager entra y el coach de bullpen me dice: ‘suelta un par de bolas para que vayas preparando’. Cuando voy bajando las escaleras que entran al estadio fue como si Dios me dijera: ‘este es tu momento, disfrútalo y haz lo que mejor sabes hacer que es jugar béisbol’.
¿Qué le dijo el mánager del equipo antes de realizar el primer envío?
Me dice que le demuestre de qué estoy hecho. Si te dice algo así un exjugador que tuvo más de 23 años de Grandes Ligas como Dennis ‘El Presidente’ Martínez, eso te da fuerzas para jugar y competir. Cuando me monté en la lomita yo solo pensaba en disfrutar el momento y hacer lo mejor.
Ronaldo Hernández fue el otro colombiano en acción, pero en la Liga Americana, ¿cómo vivieron ese momento?
El primer bateador al que me enfrento es a él. Somos muy buenos amigos. Hemos tenido contacto los últimos años. Al final del juego tenía una bandera colombiana y le dije que la iba a buscar para tomarnos la foto. Dos colombianos estaban ahí, demostrando que nuestro país también juega béisbol. Nos llena de orgullo. Eso es lo que yo quería demostrar. Abrirle las puertas a muchos niños que están en Barranquilla cumpliendo sus sueños. Seguir adelante para que esos muchachitos lleguen.
¿Y qué le decían los compañeros en el camerino?
Muchos compañeros quedaron impresionados. “Coño, de verdad que tú tiras duro”, decían. Me animaban a seguir trabajando, muchos no creían que tenía 19 años, no creían que estaba en Clase A avanzada y pensaban que estaba en una liga más alta. Fue una experiencia maravillosa para mí compartir con todos ellos. Todos me molestaban, que si me dolía el brazo, dónde te duele. Son cosas que se dan, la alegría que todos sentíamos por estar ahí representando a un país y a nuestros equipos.
¿Cuántas millas alcanzaron tus lanzamientos en el Juego?
99 millas por hora. Esa es la adrenalina, ese momento en que te paras ahí y a la vez están ese poco de fanáticos mirando qué vas a hacer. Eso te llena de mucho ánimo.
¿Muchos mensajes recibió al finalizar el juego?
Tenía como 2.700 seguidores y a la salida del juego tenía más de cuatro mil. El celular con más de 99 solicitudes. Mi familia me decía que me habían mandado solicitudes de amistad, pero no las veía. Prefería alejarme de las redes, concentrarme en competir. Pero la verdad es que cuando salí del juego pensé que el celular se me iba a estallar.
¿Quién o quiénes lo mantienen con los pies en la tierra para que estos momentos de efervescencia no sean dañinos?
Tengo muchas personas que gracias a Dios tienen el don de hablarme. Mis papás, mi novia y la psicóloga del equipo (Rosa Michelle Pou). Con la psicóloga tengo una amistad muy grande. Antes del juego me dijo que mi vida me iba a cambiar y que no quería que cambiara, y que siguiera siendo humilde. Me dijo que las redes sociales me iban a aumentar y que debía mantenerme con los pies en la tierra para que mi proceso no se estanque al creer que lo he ganado todo.
Hablando de los pies en la tierra, en la lomita actuó con zapatos bastante llamativos y con símbolos de Barranquilla. ¿Cómo se dio eso?
Mandé a hacer esos zapatos como dos meses antes del juego por si me llamaban y por querer tenerlos también. Comencé a buscar opciones. Había marimondas, el escudo del Junior, el Puente Pumarejo, está la Ventana al Mundo, pero si tú veías el diseño que yo tenía antes, ufff, estaban más cosas, la Catedral, la Avenida del Río, El Malecón, tenía el estadio Metropolitano, tenía muchas cosas, pero en un zapato tan pequeño no caben tantas cosas. Me decidí entonces por las cosas más importantes y puse por ejemplo el escudo del Junior en vez del estadio Metropolitano. Más adelante será poner las demás cosas (risas).
Todo el mundo tuvo que ver con esos zapatos...
Así es. Me llegaban las notificaciones que decían: Mira los zapatos que utilizó el colombiano en el Juego de Estrellas del Futuro. Me llenó de orgullo. Esa era la intención mía. Mostrarle al mundo cómo es mi país, cómo es mi ciudad. La mayoría de los extranjeros te hablan de Medellín por las series que hay en Netflix, que Pablo Escobar, que el Cartel de los Sapos, que esto, que lo otro. Eso es lo que ellos creen que es Colombia y yo quería hacer entender que mi país tiene muchas cosas lindas como lo es mi ciudad, Barranquilla.
Por los zapatos que usó sobra decir que es hincha del Junior...
Desde que tengo conocimiento, antes de que mi mamá me pariera era hincha del Junior (risas).
¿Y ese look mono que utilizó en el juego a qué se debe?
¿Qué te puedo decir? Quería cambiar de look y decidí por pintarme el pelo así (risas).
¿Cómo llegó a los Estados Unidos?
Yo llegué en el 2017. Firmé para los Padres de San Diego en julio 2 de 2016. Me reporté primero a la República Dominicana, estuve allá seis meses. Comencé jugando en la Dominican Summer League, luego subí a Arizona y desde junio de 2017 solo me he reportado con el equipo aquí en los Estados Unidos.
¿Cómo le va con el inglés?
Bien, gracias a Dios. Tuve la oportunidad de estudiar a los 9 años de edad. Pasé como seis o siete años en el Colombo Americano y me gradué. No tenía un inglés perfecto, pero tenía una base para adaptarme a la cultura, pedir comida y comunicarme.
¿Qué le falta para llegar a las Grandes Ligas?
Para debutar faltan muchas cosas. No está lejos, pero tampoco está tan cerca. Me falta madurar un poco más en el deporte. No es lo mismo jugar en Ligas Menores que en Grandes Ligas. Allá hay personas con mucha madurez, con muchos años, personas que son estrellas. Me falta siquiera un año o año y medio.
¿A quién admira en su posición?
Tengo muchos. Tanto jugadores actuales como exjugadores. Una de las personas que más admiro es Pedro Martínez, pero actualmente sigo a José Quintana y tengo su contacto para ayudarme en este deporte. Marcus Stroman es otro que sigo. He hablado con él, me gusta mucho por su actitud y las ganas en el montículo.
¿Qué me dice de José Quintana?
Es una persona increíble, lo admiro por su mentalidad de guerrero. Cada vez que lo veo, él tiene las palabras correctas para hablarme. Comienzo a procesar esas palabras y veo las cosas más allá, no como un ligamenor sino como un grandesligas. Todos los días, cada vez que podemos hablar, me dice que siga trabajando, que haga las cosas bien, que siempre hay días malos y días buenos y que los guerreros nos levantamos. Tener a José en un número de teléfono y poder llamarlo a cualquier momento, cuando me siento estancado, es importante porque él tiene las palabras correctas. Me dice que nunca baje la cabeza.
¿Cómo se triunfa en Estados Unidos?
Con disciplina, trabajo duro y creyendo en ti. Y paciencia, las cosas no pasan de un momento a otro.
¿Cuando no está en el montículo qué hace?
Soy una persona tranquila. No salgo mucho. Cuando estoy fuera del béisbol me quedo en la casa de familia donde vivo en Estados Unidos. Prefiero descansar, ver películas o jugar PlayStation.
