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El púgil cubano Julio César La Cruz es sinónimo de elegancia. En su primera salida ante Charles Cox, de Barbados, no pasó apuros y los jueces avalaron su combate por decisión unánime. Fue un concierto de movimientos y pegadas en el salón Jumbo del Country Club, escenario donde se desarrolla esta disciplina en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018.

A veces esperaba, luego apretaba. La Cruz manejó a placer el combate desde el primer campanazo. Con buenas rectas y atacando en corto la zona hepática de Cox, el isleño aseguró el pase a la siguiente ronda donde se medirá al colombiano Diego Motoa.

'Segunda vez por acá en Barranquilla. Cuando tienes el apoyo del público encima del ring, el trabajo se hace más fácil. Me he enfocado en este torneo que es importante para el deporte cubano. Mi preparación ha sido buena y peleé en estos Juegos como si estuviera en los Olímpicos de Río 2016', destacó en la zona mixta el pegador de 28 años.

La Cruz, nacido en Camagüey el 11 de agosto de 1989, llegó a Barranquilla a ratificar el oro ganado en Veracruz 2014.

El púgil, perteneciente a la categoría de los 81 kilogramos, es considerado el mejor pegador aficionado del mundo. En Río logró el oro y ha sido campeón mundial en cuatro oportunidades, siendo Bakú la primera, en el 2011.